Insufla valor en los corazones de un pueblo oprimido, ¡inicia una revolución!, y acaba con el poder tiránico que asola las tierras de Ala Mhigo en la segunda gran expansión de contenidos de FFXIV. Es puro espectáculo; una épica aventura de rol online que asombra por la fuerza de su argumento y genial puesta en escena. Te lo contamos en el análisis de Final Fantasy XIV: Stormblood, uno de los mejores MMORPG del momento.
Pasan los años y todavía hay quien se sorprende cuando dices que Final Fantasy XIV es uno de los mejores episodios de toda la saga pero, expansión tras expansión, el MMORPG de Square Enix demuestra que lo es... y con creces. Pocas aventuras de rol emocionan tanto, te involucran en su historia de una forma tan sincera como lo consigue este videojuego que, en Stormblood, alcanza nuevas cotas de maestría. La excusa es una gran revolución, el alzamiento del pueblo oprimido frente al imperio Garleano, pero la grandeza de esta obra radica en la crueldad, el realismo con el que retrata el conflicto. Hay épica, héroes, grandes victorias... pero también sufrimiento, tragedia y personas que sientes reales, que actúan, tal vez, como lo haríamos nosotros en esas mismas circunstancias. ¡Y es genial!, porque llegas incluso a entender a aquellos que prefieren apoyar al bando enemigo, aceptar la tiranía, en lugar de unirse a los que buscan la libertad. En la guerra no todo es blanco o negro, bueno o malo, y esto es algo que el equipo dirigido por Naoki Yoshida refleja con un pulso narrativo digno de alabanza.
Empiezas tu viaje ¡y ya no puedes parar! hasta alcanzar el desenlace de una historia que es apasionante, extraordinaria a un nivel fuera de lo común, con escenas difíciles de olvidar que van directas al corazón. No exagero. Todavía siento escalofríos al recordar algunos de los grandes momentos de este videojuego que poco o nada tiene que envidiar a los grandes episodios de la franquicia. Me ha hecho gritar de alegría, al triunfar en batallas difíciles, pero también me ha dejado al borde de las lágrimas cuando los planes se truncan, los malos vencen, y todos aquellos por los que luchas sufren las consecuencias. Es fascinante, realmente sorprendente, cómo Square Enix te mete de lleno en la acción sintiendo como propias las penas de los protagonistas. Casi que te hunden en la miseria... aun cuando nunca desaparece ese halo de optimismo y esperanza con el que tú, y los tuyos, os embarcáis a la guerra.
La hora de los valientes
La guerra es una tragedia en sí misma. Solo trae desgracias por nobles que sean los motivos que llevan a iniciarlas, y Final Fantasy XIV: Stormblood saca oro puro de esta situación retratando con gran crueldad las miserias provocadas por los conflictos bélicos. Con un estilo que recuerda al del genial The Witcher 3, este MMO nos lleva a conocer la peor cara de la guerra y las tiranías, apoyándose en un grupo de personajes que sientes como humanos, que tienen alma, por su forma de reaccionar a este caos. Es tan real, tan sincera, que verdaderamente te implicas en la lucha. A esto ayuda también el buen diseño de las misiones principales, que son épicas y espectaculares. Para nada originales, también es verdad, pero tan buena es la narrativa y puesta en escena, que cuesta no emocionarse con ellas y, especialmente, ¡con las batallas finales!
Ya no solo hablo de la lucha contra los Primals, que son alucinantes, sino especialmente de las peleas contra los jefazos que aguardan en las mazmorras localizadas en Ala Mhigo, la nueva región que podemos explorar en esta expansión. Qué caos, qué locura, ¡pero qué divertido! Cada batalla se siente única, especial, porque los enemigos nunca dejan de sorprender con nuevos patrones de ataque y defensa que lo cambian todo. Hay batallas trepidantes, de las que dejan sin aliento, y otras que requieren de mayor precisión, de una coordinación extrema por parte de los jugadores, que tendrán que lidiar con peligros fuera de lo común. Explosiones multicolor, monstruos que ocupan toda la pantalla, ataques imprevistos, trampas mortales... si ya Heavensward nos hizo vibrar de emoción con su acción, la nueva expansión de FFXIV da un paso al frente con batallas incluso más memorables.
Stormblood retrata con gran crueldad las miserias provocadas por la guerra
Las nuevas mazmorras suponen también una buena muestra del enorme talento creativo que hay tras el equipo de Stormblood, pues aun cuando pecan de ser demasiado lineales, ofrecen un diseño exquisito tanto a nivel visual como en lo puramente jugable. Todas son divertidas de jugar y en todas encuentras pequeños detalles que te hacen quererlas todavía más. Lo mismo podría decirse de las misiones principales, que se siguen con gran interés. Lástima que Square Enix haya descuidado las tareas secundarias, por lo general bastante anodinas. Son las típicas de ir de un lado a otro charlando con personajes, eliminando enemigos o recogiendo objetos, con la pena de que ni siquiera en lo argumental son destacables.
Si hablamos de las novedades la nueva expansión de Final Fantasy XIV nos da la oportunidad de explorar las profundidades marinas pero, por desgracia, esta es una opción que no se aprovecha lo más mínimo. Bucearás en busca de recursos... y ya está, porque no hay combate submarino ni nada especialmente digno de mención. ¿Las nuevas profesiones? Aquí Square Enix sí da la talla con dos nuevos arquetipos que son una auténtica pasada. Por un lado tenemos el Mago Rojo, con su capacidad de combinar ataques a distancia con la lucha cuerpo a cuerpo mientras apoya a los aliados, y luego está el Samurái, que es una máquina de matar en el combate a corta distancia. Ambas opciones ofrecen además estilos de lucha bien distintos, obligándonos a cumplir ciertos requisitos para sacarles el máximo provecho. Los Magos Rojos, por ejemplo, tienen que mantener el equilibrio entre el maná blanco y negro para usar sus mejores hechizos.
Cada batalla se siente única, especial, porque los enemigos nunca dejan de sorprender
El resto de arquetipos también reciben importantes novedades, con cambios drásticos que casi obligan a volver a entrenarse con estos guerreros para aprovechar al máximo todo su potencial. No basta solo con escoger habilidades especiales y aguantar los tiempos de espera; hay que combinar ataques, usar las esquivas, los bloqueos, para sobrevivir a las duras batallas que nos esperan en esta épica aventura. ¿Os va más la lucha competitiva? El PvP de Final Fantasy XIV apuesta por una barra de habilidades exclusiva, para que los jugadores tengan a su disposición los movimientos de combate especialmente pensados para esta faceta de juego. Es un gran cambio, que hace que estos duelos sean más emocionantes, aunque en estos momentos existen algunos desequilibrios entre unas clases de personaje y otras.
No esperéis grandes novedades en Final Fantasy XIV: Stormblood, pero sí cambios que pulen unas mecánicas de juego que ya en el pasado han demostrado funcionar a las mil maravillas. Claro que echo en falta misiones secundarias más variadas y alguna que otra novedad a nivel jugable, pero lo cierto es que el viaje que propone este MMO es tan emocionante, tan espectacular, que casi cualquier error con el que te topas pasa enseguida a un segundo plano. Porque ya no es solo la historia que cuenta, también el espectáculo audiovisual que presenta. El diseño de los nuevos escenarios, con ese colorido y variedad de paisajes, o las espléndidas secuencias cinemáticas a las que una y otra vez recurre para adentrarnos de lleno en su acción, mantienen a FFXIV como uno de los MMORPG más bonitos y espectaculares del momento. Y qué decir de su banda sonora; los nuevos temas casan a la perfección con ese estilo oriental que muestran las tierras de Ala Mhigo, deleitándonos con piezas de una belleza encomiable. Una vez más, la pena es que el videojuego no haya sido traducido al español y presente los textos en inglés. Cuando la historia es uno de tus mayores atractivos, dejar a jugadores sin poder disfrutar de ella, arruina en gran medida la experiencia.
Square Enix se corona con un magnífico MMORPG que presenta una de las mejores historias vistas en una aventura de rol, sea esta online o de carácter tradicional. En Final Fantasy XIV: Stormblood vibraréis de emoción con la épica y trágica acción de un título que no innova en lo jugable, pero sí presenta algunos cambios que mejoran sustancialmente la experiencia de juego. El diseño de las misiones principales, las mazmorras o los combates contra los jefazos son puro espectáculo, un derroche de imaginación con el que es difícil no pasarlo bien.
Comprar Final Fantasy XIV Online - Stormblood- Una historia apasionante, dramática, que emociona de principio a fin
- Su forma de retratar la guerra y cómo esta afecta a las personas
- Gran diseño de mazmorras y espectaculares combates contra jefazos
- Las nuevas profesiones y los cambios en los viejos arquetipos
- Ala Mhigo es una región que deseas explorar con gran pasión
- Al buceo no se le saca nada de provecho
- Las misiones secundarias y ciertos desequilibrios entre algunas clases de personaje
