Análisis Arise: A Simple Story, manipulando el tiempo desde el más allá

Análisis Arise: A Simple Story, manipulando el tiempo desde el más allá
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Un anciano llega al final de su ciclo vital, pero algo ocurre: se despierta de nuevo en el más allá. En Arise: A Simple Story viajaremos recorriendo las etapas cruciales de este hombre mientras solucionaremos puzles manipulando el tiempo a nuestro antojo.

Puede que Arise: A Simple Story lleve ese «simple» en el título, pero la obra de Piccolo Studios no tiene nada de sencillo. Es, en cambio, un ejemplo de diseño de videojuegos. Una de esas obras que sabe sacar partido de sus fortalezas, que no cae en el camino fácil de la repetición ni tampoco intenta ofrecer más de lo que puede permitirse. Es en ese fino equilibrio en el que Piccolo ha sabido enhebrar su aguja, construyendo una de las mayores sorpresas independientes del año.

El sistema de Arise no es nuevo, pero no se ha explorado mucho tal y como lo presenta. Recuerda a ese The Gardens Between, en el que mediante un rebobinado hacia adelante y detrás del tiempo, debemos solucionar los puzles. Arise lo lleva más allá, a un escenario más abierto, donde tenemos que proyectar nuestro ingenio para saber leer las situaciones y colocar el escenario de forma que se nos permita seguir avanzando. Y el juego engaña. Lo que en un par de capítulos iniciales puede parecer, de nuevo, demasiado sencillo, va adquiriendo complejidad y atractivo. Nunca lleva sus puzles a un desafío extremo, pero tampoco lo necesita para cautivar al jugador en el proceso.

El truco para captar tanto y tan bien tu atención sí es simple. Arise huye de la repetición. Mantiene el sistema de rebobinado del tiempo, pero cambia la mecánica del mismo en cada uno de los diez niveles del juego. En ocasiones, tendremos que detenerlo completamente, en otras, deslizarnos por corrientes de aire o manipular el escenario a nuestra conveniencia. Así, siempre se mantiene fresco. Cada vez que terminas uno de sus niveles tienes ganas de comenzar el siguiente, porque sabes que viene algo nuevo.


Es una de las mayores sorpresas independientes del año

Es cierto que no todos los niveles ofrecen igual atractivo, con algunos que destacan en lo visual y su complejidad y otras que parecen algo más transitivos. Quizá el que más me ha impresionado es el tercero de ellos: un enorme cañón en pleno terremoto, en el que tendremos que manipular el tiempo de atrás hacia adelante y detenerlo en el momento justo para hallar nuestro camino. Pero aunque algunos resulten más inspirados, este planteamiento que busca ofrecer constantemente algo nuevo al jugador es el que logra captar y mantener su atención en todo momento.

La historia de Arise nos pone en la “piel” de un hombre anciano rememorando su vida en el más allá.
La historia de Arise nos pone en la “piel” de un hombre anciano rememorando su vida en el más allá.


Aunque Arise: A Simple Story es un gran videojuego de puzles y plataformas, creo que es consciente de sus limitaciones, como por ejemplo, la falta de precisión en el control y, sobre todo, en los saltos, que es lo más importante. En muchas ocasiones me ha costado más de la cuenta realizar los saltos más simples, bien por la perspectiva de la cámara o bien porque el movimiento de nuestro protagonista es demasiado lento o tarda en efectuar las acciones. Y digo que es consciente porque coloca un punto de control muy cerca del fallo. Es una solución válida, pero que le resta algo de desafío y podrían haber sido más ajustados con un control más preciso, que le acerque más a ese ansiado game feel que busca toda obra. Eso, sí, el desafío se concentra más en la parte de puzle que en la habilidad con los saltos, con algún que otro camino secundario, donde encontrar las diferentes ilustraciones que, a modo de coleccionables, camuflan un puzle añadido y matizan un poco más el recuerdo de cada momento vital de nuestro personaje.

Análisis Arise: A Simple Story, manipulando el tiempo desde el más allá


Arise, una vida sencilla

Es, por tanto, en el diseño de niveles y en la forma de hilvanar este viaje donde Piccolo acierta de pleno. Dice aquí claramente el subtítulo del juego que se trata de una historia simple, y quizá sea así. Arise cuenta la de un hombre de avanzada edad que fallece, por lo que cada uno de los diez niveles del juego transcurre en el más allá, suponiendo un repaso a la vida de alguien que nació, creció y amó. Puede, acostumbrados a que los videojuegos siempre parecen requerir de complejas y épicas historias, que la de Arise sea entonces simple, pero no lo es más que la vida misma, con sus momentos álgidos y también los bajos.

El estilo artístico de Arise es siempre atractivo y diferente en todos sus niveles.
El estilo artístico de Arise es siempre atractivo y diferente en todos sus niveles.


No se trata, entonces, de su sencillez, sino de la forma en la que se nos narra el cuento, con un tono mudo que expresa más que las palabras. Piccolo no paternaliza con el mensaje ni quiere abarcar más de lo que es posible saber sobre el misterio que es la propia muerte, pero sí utiliza con muy buen tino elementos simbólicos e interpretables que resuenan mejor con el jugador y de los que prefiero no poner ejemplos para que cada uno los descubra por sí mismo. Además, todos los niveles son un verdadero deleite de color y composición, siempre acompañado con melodías acertadas que enfatizan cada etapa del ciclo vital de nuestro protagonista.

La mecánica de rebobinado nos permite manipular el tiempo para encontrar el momento preciso en el que podemos avanzar.
La mecánica de rebobinado nos permite manipular el tiempo para encontrar el momento preciso en el que podemos avanzar.


Todos los niveles son un verdadero deleite de color y composición

No creo que Arise tenga nada de simple. Lo que ha conseguido aquí el estudio barcelonés no es fácil, conjugando con elegancia todo aquello que conforma un buen videojuego. Sabe cuándo ha explotado bien una mecánica y debe llevarte a otra que se sienta fresca. Maneja con soltura esta «vida más allá de la vida» atendiendo a las emociones primarias de la condición humana y sabe incluso cuándo parar, siendo consciente de que el sistema no da más de sí ni hace falta alargar la experiencia por cumplir con una cuota de horas. Piccolo no ha dado puntada sin hilo y, por ello, ha logrado una obra inteligente y una muestra, simple pero efectiva, de diseño de videojuegos.

Excelente

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Arise: A Simple Story

Por: El equipo de 3DJuegos
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Arise: A Simple Story ha supuesto una sorpresa. Su ingenioso diseño que nos permite manipular el tiempo se mantiene ágil y fresco ya que se niega a repetir mecánicas en cada uno de sus diez niveles, mientras que la historia es sencilla, sí, pero llega al corazón. Necesita algo de pulido en el control, que no es el más preciso sobre todo en los saltos, pudiendo llegar a frustrar. Pero es fácil perdonarlo, cuando la experiencia es tan emotiva e ingeniosa. Todo un ejemplo de diseño.

  • Un ingenioso sistema de manipulación del tiempo para crear sus puzles.
  • Sus mecánicas siempre se renuevan en cada uno de los 10 niveles.
  • La historia puede parecer simple, pero es emotiva y simbólica.
  • Falta precisión en el control y, sobre todo, en los saltos.
  • Algunos niveles no están tan inspirados como otros, aunque siempre se mantiene interesante.
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español
Duración: 5-6 horas
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