Sherlock Holmes Chapter One es el nuevo título de la saga de Frogwares que nos pone en la piel del detective más famoso de la literatura. Un buen número de nuevos casos por resolver nos esperan esta vez desde la perspectiva de un Sherlock más joven que tendrá que hacer frente a un oscuro secreto de su pasado. ¿Consigue esta nueva entrega superar a sus antecesoras? Te lo contamos en nuestro análisis.
El personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle está de regreso al videojuego de la mano de Sherlock Holmes Chapter One. En esta entrega nos ponemos en los zapatos de un joven detective que todavía no se ha ganado la fama de ser el mejor del mundo. Antes de conocer al Doctor Watson, Sherlock ya se hacía acompañar de otro Jon (sin hache intercalada), un enigmático personaje sobre el que recae gran peso de la historia en una trama que descubrirá un oscuro secreto del pasado de Sherlock, al que daremos respuesta a medida que exploremos la isla de Cordona. El regreso de Sherlock a la isla en la que pasó su infancia tiene que ver con el fallecimiento de su madre. Descubrir cuál fue la auténtica causa de su muerte y, sobre todo, quién fue responsable es el leitmotiv de esta obra que explora la psique del detective de una manera realmente atractiva consiguiendo, en términos narrativos, un resultado sobrecogedor que, a buen seguro despertará alguna que otra agria polémica entre los seguidores del personaje.
No quiero entrar en mucho más a debatir sobre este punto ya que creo que merece la pena que el jugador descubra todo este arco lo más limpio posible, eso sí, conviene señalar que, en la línea de anteriores juegos, este Sherlock Holmes tiene mucho más de aventura narrativa que de auténtico juego de investigación. Digo esto porque, aunque no es algo exclusivo de esta entrega, sí que me resulta bastante irritante la decisión del estudio ucraniano de dejar en manos del jugador decidir sobre la verdad que va a vivir en su experiencia. Es algo paradójico que, en un juego centrado en la figura de un personaje que siempre puso por delante de todo la búsqueda de la verdad absoluta, la resolución de los principales casos que componen su historia principal (8-10 horas), acabe siendo siempre abierta.
En Sherlock Holmes Chapter One, no existen consecuencias de ningún tipo sobre nuestras decisiones durante los casos. Puedes mandar a prisión a alguien sin tener la certeza absoluta de que es el culpable y, demasiadas veces me ha quedado una sensación extraña de falta de completitud. En lugar de eso, el título se adentra más en cuestiones morales como poner por delante de esa ‘verdad’ el interés personal o el porvenir de los personajes sobre los que tenemos capacidad de decisión. Al final todo consiste en buscar una solución con la que te sientas cómodo, y esas decisiones que tomes no van a tener un efecto claro más allá de cerrar el caso de una u otra forma.
Mucho más que una mera cámara de fotos
Con todo, el número de instrumentos y mecánicas que presenta el título para la resolución de los casos es variado y entretenido yendo más allá de, la infrautilizada en esta entrega, cámara de fotos. La creación de perfiles sigue estando presente en el juego. A diferencia de lo que vimos en Devil’s Daughter en esta ocasión no tendremos que discernir si el enrojecimiento de los ojos de un personaje se debe al alcohol o a la falta de sueño. En lugar de abordar punto por punto cada una de las pesquisas se dejará que, una vez hayamos reunido todas las pistas se elija entre dos perfiles distintos del personaje que tenemos delante. Estos perfiles muchas veces muestran variaciones mínimas y, de hecho, en muchas ocasiones no van a ser determinantes a la hora de llegar a conclusiones más allá de darnos algunas pistas que pueden considerarse concluyentes (o no) al relacionarlas con los entornos.
La exploración de las escenas del crimen sigue siendo el núcleo central desde el que abordar cada uno de los casos, para ellos contamos con el modo concentración que revelará pistas a priori invisibles. Con todo, tendremos que reconstruir los acontecimientos que se dieron en cada uno de los escenarios en un proceso en el que es difícil perderse si se han seguido con atención las indicaciones que el juego nos va dando. En caso de perdernos algo, de no recordar bien algún punto o de que, simplemente no hayamos entendido correctamente las señales, no pasa nada, el título no te permitirá avanzar hasta haber dado con la secuencia correcta.
Seguir rastros, o realizar determinaciones toxicológicas y químicas son algunas de las otras herramientas que el título presenta cómo útiles para reunir el 100% de las pistas de cada caso. La experiencia cambia mucho en este punto en función del nivel de dificultad escogido, por ejemplo, en joven detective vamos a tener una serie de indicadores que nos van a marcar a las claras qué es lo que tenemos que hacer con cada una de las pistas para poder seguir avanzando. Lamentablemente, si decides apostar por una experiencia más realista, puede que te veas demasiado perdido, especialmente en aquellas pesquisas que requieren de ser utilizadas para realizar interrogatorios a los distintos testigos del caso. Creo que Sherlock Holmes Chapter One no encuentra aquí el equilibrio, a pesar de contar con una dificultad personalizable que, por falta de profundidad, no marca tampoco la diferencia. O muy perdido o demasiado guiado, así me he sentido en este juego.
O muy perdido o demasiado guiado, así me he sentido en este juego.
Me ha resultado especialmente torpe la forma en la Sherlock Holmes Chapter One desbloquea distintas acciones, teniendo que haber marcado y fijado previamente desde el menú la pista a seguir. Es un método claro, pero muy incómodo a la hora de manejarse. Algo parecido me ha ocurrido con la mecánica de disfraces, un clásico de la saga. En esta entrega sigue teniendo un peso importante, no obstante, algunas de las pistas o referencias que he encontrado para averiguar qué disfraz es el más apropiado en cada ocasión pueden acabar sintiéndose algo obtusas, algo que me ha tenido en alguna ocasión recurriendo al tan arcaico método de ensayo y error más típico de las aventuras gráficas de los noventa.
El minijuego de escucha de conversaciones también ha sufrido cambios en esta entrega. Se abandona el recurso de mantener los dos joystick del mando dentro de un círculo, a cambio iremos leyendo en pantalla distintas frases que tendremos que ir descartando o fijando en función de si lo que estamos viendo tiene o no coherencia con la idea desde la que parte dicha escucha. Este cambio es, sin duda, acertado, y solo le penaliza el hecho de que podemos fallar tantas veces como queramos sin miedo a ser descubiertos en ningún momento por los NPC’s a los que escuchamos. Me hubiera gustado ver aquí algo más de realismo. Habría estado bien ver cómo los escuchados huyen de nosotros si detectan que nuestra presencia en el lugar se alarga durante demasiado tiempo, no digo perder la opción de hacernos con la pista, pero sí tener que buscarles en otro lugar o tiempo para recuperar la ocasión perdida.
Cordona, un gran escenario para Sherlock Holmes Chapter One
La mayores novedades de Sherlock Holmes Chapter One vienen de la mano de la propia isla de Cordona, la cual es completamente explorable a pie. Esta ciudad cosmopolita donde se integran los colonos ingleses con la población otomana consigue ser un buen marco para la acción del juego, ofreciendo variedad de escenarios y ambientaciones para aglutinar un buen puñado de casos secundarios, misterios de la propia ciudad o guaridas de delincuentes en las que perderse fuera de la aventura principal. No esperéis tampoco un ejercicio de construcción de mundo abierto que quite el hipo, la ciudad es modesta en cuanto a dimensiones y luce prácticamente como si la hubiéramos sacado de Assassin’s Creed II. No obstante, pronto se plaga de otros puntos de interés como tiendas de ropa, muebles para nuestra mansión, venta de periódicos o archivos locales como el del ayuntamiento, la policía o el diario local, que son lugares de especial relevancia ya que, frecuentemente, tendremos que rebuscar entre sus archivadores para hacernos con información necesaria para continuar en los casos.
Me ha gustado como se ha implementado este sistema de archivos, cierto es que cuesta pillarle el punto en los primeros compases, pero más entrada la aventura acaba resultando un recurso interesante que se ha sabido integrar muy bien en esta estructura de mapeado abierto que tiene Sherlock Holmes Chapter One. Otra de las cosas a las que hay que prestar más atención que nunca es al nombre de las calles, el juego no te lleva de la mano a la hora de decirte a qué punto tienes que dirigirte a continuación y es frecuente verte explorando el mapa desde el menú para colocar un marcador en la zona a la que te lleva la siguiente pista, algo que mejora la sensación de inmersión.
Lo que sí que me ha decepcionado profundamente han sido las guaridas de bandidos. Tanto en ellas como en algunos momentos puntuales entre casos tienen lugar tiroteos. No reprocho a Frogwares aquí el querer introducir algunas secuencias de acción que no desentonan con momentos de peligro que el famoso detective ha vivido a lo largo de sus representaciones literarias o cinematográficas. Sin embargo, el sistema de disparos funciona terriblemente mal, se trata de una mecánica que apuesta por la inhabilitación en lugar de la eliminación del oponente (algo lógico y acorde al personaje), para ello tendremos que desarmar a nuestros rivales, acabar con sus puntos de armadura, hacerles explotar un saco de harina cerca o regarlos en vino si es necesario. Observar los escenarios es fundamental y para ello contamos con un modo concentración que destaca los elementos con los que podemos interactuar. Cuando el enemigo queda aturdido se abre un quick time event que, de cumplirlo con éxito (lo harás, siempre es el mismo), acaba con un K.O. llevado a cabo mediante una animación que verás hasta la saciedad.
Estos tiroteos son extremadamente repetitivos y faltos de aliciente, basándose en oleadas que acaban cansando por la escasez de desafío y lo poco afinado que se siente el apuntado y el sistema de coberturas presente en las distintas arenas. Creo que nadie viene a Sherlock Holmes Chapter One a enfrentar un Call of Duty, ni mucho menos, pero creo que Frogwares podría haber destinado esos recursos a elaborar secuencias de acción más variadas en lugar de ofrecer un modo al que no han podido sacarle el rendimiento para el que han estado trabajando. Lo cierto es que cada uno de los distintos barrios de Cordona cuenta con su propia guarida, y a base de acabar con ellas iremos desbloqueando algunos modificadores que nos permitirán obtener mejor puntuación y mayores beneficios económicos. Algo que para nada es necesario en el juego, ya que es preferible ganarnos el pan a base de resolver casos para la policía.
Con todo esto te haces una idea de qué es lo que vas a encontrar en esta nueva entrega de Sherlock Holmes. Los casos siguen siendo su fuerte, aunque cabe destacar aquí que no todos están igual de inspirados. Los de carácter opcional muchas veces consisten en una mera recreación del lugar de los hechos, un reaprovechamiento de las mecánicas presentes en otras investigaciones de mayor entidad que los acaban tornando insustanciales en comparación y que, solo en caso de querer completar el juego al cien por cien se pueden llegar a recomendar, ya que su aporte a la historia o trasfondo de nuestro personaje es más bien escaso.
Se nota que Frogwares ha puesto mucho esfuerzo en dar lo mejor de sí
Hemos analizado Sherlock Holmes Chapter One en PS5. Hay que tener en cuenta que estamos ante un título que será lanzado también en consolas de la octava generación. Se nota que Frogwares ha puesto mucho esfuerzo en dar lo mejor de sí. Sin embargo, no resulta suficiente y, fuera del elenco principal, el resto de los personajes son extremadamente clónicos, la generación aleatoria de los mismos da lugar a situaciones extrañas, especialmente en las descripciones que obtenemos de ellos de manera rápida a través del modo concentración. Habiendo jugado en modo rendimiento, resulta muy preocupante las continuas ralentizaciones y caídas de imágenes por segundo que sufre el juego en exteriores, especialmente cuando hacemos que Sherlock vaya corriendo.
Los tiempos de carga son prácticamente inexistentes en esta versión, pero habrá que prestar especial atención en las ediciones de la pasada generación ya que uno de los mayores problemas de Evil’s Daughter fue precisamente lo dilatado de estas transiciones entre escenarios. Sherlock Holmes Chapter One llega con subtítulos en castellano y unas soberbias actuaciones en inglés que acompañan a la perfección a cada uno de los personajes en función de su procedencia.
Sherlock Holmes Chapter One es un intento valiente por hacer avanzar esta saga de aventuras. Su mundo abierto, el buen número de casos secundarios y secretos que puedes encontrar o el argumento principal son buenas excusas para aquellos con ganas de más, o que quieran acercarse a la saga por primera vez. Sin embargo sus tiroteos se sienten torpes, poco inspirados y repetitivos, mientras que las decisiones del jugador parecen tener poco peso en la trama principal, algo que pesa mucho en la aventura.
- La isla de Cordona es un mundo abierto que puedes explorar libremente.
- La resolución de los casos sigue siendo demasiado complaciente con el jugador. Nuestras decisiones no tienen consecuencias.
- Los tiroteos son, sencillamente, olvidables.
- Muchos casos secundarios por investigar, además de los de la historia principal.
- Problemas de rendimiento y un apartado técnico flojo.
