FIFA 21 no será la entrega más recordada de la saga de simulación futbolística de EA Sports. Ligeras modificaciones jugables, técnicas y modalidades subrayan un pensamiento generalizado de toda la comunidad: hay que dar un buen repaso a la franquicia en la nueva generación... y quitar a Manolo Lama y Paco González en la versión española.
No entendí la campaña que hubo contra Simeone hace unos meses, pero entonces recordaba lo que le hicimos a Mauricio Pochettino en el Espanyol y tengo que callar. Tras salvar al club barcelonés de una caída a los infiernos en la temporada del éxodo al RCDE Stadium, Poche logró cautivar a todos los pericos con su espanyolismo indiscutible y su mano dura. Sin embargo, no siempre los romances más intensos son garantía de perpetuidad, y tras una mala racha de resultados en la temporada 11-12, el Espanyol no dudó en destituir al ídolo. En su despedida se refirió al club como "su casa y su familia" y aunque las referencias del de Murphy al club de sus amores han sido constantes en los últimos ocho años los caminos no podrían estar más separados: hoy Pochettino es uno de los entrenadores más deseados del panorama futbolístico internacional; el Espanyol... bueno, en fin. Veo un paralelismo claro entre lo de Simeone, Pochettino y la actualidad de la saga FIFA con su nueva entrega, FIFA 21.
FIFA es el rey indiscutible del mercado de simuladores de fútbol. Si lo analizásemos de forma fría y objetiva, hablaríamos de un producto de una categoría indiscutible, con cinco modos de juego que sustentarían a la perfección una experiencia jugable por sí sola. Pero la relación entre usuarios y el juego de EA Sports, aunque llena de buenas intenciones y mimo, parece agotada. No entraremos en la falacia de la repetición del mismo juego de un año a otro, pero creo que coincidiremos que, en el último lustro, FIFA ha mantenido una base jugable familiar que no ha sufrido grandes revoluciones como las vividas a finales de la pasada década. Creo que es normal que algunos usuarios estén agotados de una fórmula repetida en una generación y motor que parecen no dar más de sí, efecto que se ha acentuado tras toparnos con el que es, seguramente, el FIFA con menos cambios desde los tiempos oscuros de la marca.
¿Nos hemos acostumbrado tanto a las virtudes de FIFA como producto que ahora son pura rutina y somos demasiado críticos con el software o tenemos motivos para pensar que FIFA 21 ha quedado algo lejos de lo que EA nos tiene acostumbrados? Hay un poquito de todo, pero de lo que no cabe la menor duda es que a un juego al que los usuarios le dedican cientos de horas al año no puede ser tan malo como los voceros que hablan mucho y juegan poco nos quieren hacer creer. Veamos qué ha dado de sí la entrega de la nueva temporada y veamos si la historia acaba como la de Pochettino en el Espanyol o la de Simeone en el Atlético de Madrid.
Un modo mánager renovado como carta de presentación
El gran destacado de FIFA 21 está en el modo mánager, que permitirá a los jugadores tomar las riendas del club de sus sueños como nunca habían hecho antes en la saga FIFA. Aunque puede que destaque más ante la falta de novedades del resto de modos de campaña, la realidad es que la renovación para el mánager ha sido importante y generalizada, lo que permitirá a los jugadores echar horas y disfrutar de una notable experiencia de gestión en la que la gestión deportiva y financiera se darán la mano como nunca antes habíamos visto en la franquicia deportiva. Tendrás que crear tu propio entrenador, escoger club y lanzarte a la dirección de la temporada. Todo acaba importando: desde las declaraciones que hagas a la prensa a las conversaciones que tengas con los propios futbolistas.
Pero lo que más importa, sin duda, es el rendimiento del equipo. En tu mano está lograr que el ritmo de entrenamiento y el apretadísimo calendario se acomoden a las condiciones de tus futbolistas para lograr los mejores objetivos en las principales competiciones del planeta fútbol. De hecho, la gestión de entrenamientos en diversos bloques y grupos te permitirá tener un control más óptimo de lo que hacen tus jugadores en su trabajo diario. Cuando llega el día del partido hay distintas opciones: la primera es jugarlo o verlo, la segunda es recibir el resultado rápido como pasaba en anteriores entregas del simulador y, por último, la posibilidad de verlo resumido y esquematizado sobre un mapa virtual del encuentro. Una forma óptima de saber cómo va realmente el encuentro y poder intervenir con cambios tácticos o de jugadores cuando sea necesario. Una opción acertada y necesaria, justo entre las opciones que ya teníamos antaño.
¿He dicho que lo que más importa es el rendimiento? Bueno, a medias: la gestión económica será esencial también, claro. Tendrás que tener cuidado con los movimientos realizados para hacerte con los mejores cracks de clase mundial y no acabar con los fondos de tu equipo. Las negociaciones entre clubes se realiza de una forma muy cinematográfica, en auténticos tira y afloja entre los principales entrenadores de los mejores clubes de Europa y el mundo. No dudes en tener contentos a tus jugadores y evita que el nuevo club rico de turno se lleve alguna de tus perlas. Satisfactorio, y aunque lejos de las posibilidades de gestión de juegos dedicados exclusivamente a dicha materia, el añadido ha sido correcto y adecuado. Lo mejor del nuevo FIFA.
No podemos hablar de grandes cambios en el resto de modos. Nueva historia para VOLTA (con nuevos futbolistas legendarios participando en su trama, campos callejeros imposibles y ropita chula), sin grandes cambios a la hora de jugar el modo PRO, sin nada destacable en el modo carrera para jugador o en FIFA Ultimate Team, que cuenta con un buen puñado de modos de juego propios y desafíos para aburrir, pero que no ha recibido una actualización a la altura de la que ha venido recibiendo en los últimos años. ¿Se reserva algo EA Sports para la nueva generación? Restará esperar. Lo que era previsible es lo difícil que resulta jugar a Ultimate Team sin pasar por caja: realizar un equipo decente no te costará, pero si lo que buscas es un equipo a la altura de la competición vas a tener que echar horas al juego para que la suerte acabe sonriéndote.
Justita evolución en lo jugable
Como seguidor de los avances jugables de la saga en cada entrega, soy un firme defensor de las mejoras anuales de FIFA, pero comprendería en el presente ejercicio a los jugadores que piensen que no hay grandes avances entre FIFA 20 y FIFA 21. Los hay, porque sería inconcebible que no fuese así, pero la realidad es que estamos ante una de las entregas menos novedosas y avanzadas que recuerdo desde los años más de la marca, que ya es decir. Las mejoras más destacadas están en los desmarques dinámicos y de pared, que te permitirá corregir los errores de la inteligencia artificial para ordenar tú mismo el movimiento a seguir de los futbolistas sobre el césped a la hora de desmarcarse.
Por último, el poder controlar jugadores que no tienen el balón es una enorme opción, pero se limita ante las pobres decisiones que suele tomar la IA por sí misma. No obstante, y aunque tampoco es una novedad genuina en la saga la presente medida, son nuevas opciones como la presente las que acaban engrandeciendo el producto en el futuro, siendo el caso de FIFA 12 con las físicas uno de los más claros ejemplos en los que una entrega algo caótica en sus nuevos añadidos acaba deparando una sonora mejoría al resultado final. Ciertamente, y valorando las novedades jugables de FIFA 21, estamos ante una de esas entregas que no cumplen todo lo que nos gustaría con los más acérrimos seguidores, repitiendo una circunstancia molesta ya conocida en otras entregas: la superioridad del ataque sobre la defensa.
A las nuevas herramientas otorgadas por EA Sports a los jugadores en ataque hay que sumar, además, un nuevo movimiento de regate que traerá de cabeza a las defensas durante todo el año. Es cierto que las mejoras de años pretéritos ha ayudado a la línea defensiva a ser más eficiente que en ejercicios anteriores, pero no es menos cierto que nos encontramos ante una entrega de FIFA con una superioridad atacante en el que, previsiblemente, habrá más goles que en entregas anteriores, restando algo de credibilidad y aportando un estilo de juego algo más desenfadado que el exhibido en FIFA 20. En FIFA 22 tocará remar por la defensa, aunque esperemos que el cambio jugable sea más drástico para entonces que el dado en el sonido y lo visual.
FIFA 21 en lo gráfico se limita a cumplir y ya está, lo cual es bastante decepcionante dada la dejadez que ha venido acompañando a la serie desde los últimos años. Me atrevería a decir que el motor pide cambio desde hace minutos, pero no parece que en EA Sports estén por la labor de hacerlo. Quizás haría falta tener menos estadios y mimarlos más para que luzcan más de lo que lo hacen. Las nuevas animaciones son testimoniales, y el reciclaje evidente de las ya vistas en juegos de anteriores temporadas no hacen más que subrayar algo de lo que poco puede escapar ya FIFA de cara a próximos años: toca dar un giro en el apartado visual. La recreación de los jugadores es aceptable en el caso de las grandes ligas y el trabajo de adaptación de los elementos característicos de cada competición sigue siendo meritorio, pero toca dar un paso al frente.
Lo del sonido es, sencillamente, irritante, incomprensible e injustificable. FIFA es una saga que en España vende millones de unidades, por lo que el estado de los comentaristas en el año 2020 es para poner el grito en el cielo. El reciclaje de audios con respecto a temporadas anteriores es tan notorio que se nota a la perfección cambios en el equipo con el que se grabó cada línea o la aparición aleatoria de una ronquera aguda de Lama (seguramente provocada por maratonianas sesiones de grabación para acabar el trámite de doblar las nuevas frases del videojuego de la temporada... efectuadas hace cinco o seis años). El rol de Antonio Ruiz es intrascendente e inane y el papel de Nira Juanco ha tenido más publicidad y noticias en medios de comunicación que participación en el juego en sí. No se puede consentir lo del sonido ni un solo año más en España: hay que renovar la biblioteca de sonidos o cambiar a los comentaristas por unos que se tomen en serio la ingente cantidad de usuarios de FIFA que hay en España.
Una temporada en blanco
Es habitual que la última entrega de FIFA antes de cada nueva generación presente un pequeño parón
No podemos decir lo mismo de las EA Trax, ya una marca de la casa con un buen puñado de temas que acabarán en tu lista de Spotify tras horas de juego a la nueva entrega de la saga, probablemente la menos novedosa que ha deparado la actual generación de consolas. No por ello menos sorprendente, porque es habitual que la última entrega de FIFA antes de cada nueva generación presente un pequeño parón para dar un buen empujón al estrenar las nuevas consolas... pero eso no justifica el estado del juego en PS4, Xbox One y PC, mucho menos lo que vivirán los usuarios de Nintendo Switch con una nueva y decepcionante entrega Legacy Edition, es decir, sin cambios jugables o nuevos modos más allá de la actualización de las distintas plantillas y equipaciones.
Pero como destacaba al principio de la crítica, FIFA 21 sigue siendo un producto que deparará cientos de horas a cualquier aficionado al fútbol virtual. ¿Te gusta el modo mánager? Puedes encontrar una opción satisfactoria en la nueva entrega. ¿Buscas algo jugablemente distinto a FIFA 20? Ciertamente hay cambios, pero no esperes lo de FIFA 11 a FIFA 12. ¿Llevas unos años sin comprar un FIFA y el 21 te hace ojitos? ¡Qué suerte tienes! Puede que seas el jugador que mayor partido saque al producto, con todas las mejoras realizadas en la saga en los últimos cinco años y alucines con lo expuesto en nuestra reseña y en la propia nota. Porque vale la pena no olvidarlo: FIFA 21 está muy lejos de ser un mal título de fútbol, al contrario. La sensación es que llevamos tantos años de virtudes que uno con defectos puede causar un melodrama inesperado
FIFA 21 es un videojuego excelente desde un prisma imparcial, pero como ejercicio anual se queda con un tibio notable
En definitiva, FIFA 21 es un videojuego excelente desde un prisma objetivo e imparcial, pero como ejercicio anual se queda con un tibio y poco habitual notable. ¿Ha tenido que ver el COVID? ¿Ha sido la cercanía de la nueva generación de consolas? Sea lo que sea, la realidad es que estamos ante uno de los FIFA más decepcionantes en tiempos recientes, al menos para los jugadores que, religiosamente, acuden a la tienda cada mes de septiembre u octubre para depositar su confianza en EA Sports. Ojalá el cambio sirva para tener una mejor entrega el año que viene, puesto que parece complicado que haya minuto en el descuento con las versiones de nueva generación. ¿Cuánto queda José Francisco?
FIFA 21, analizado como un producto independiente y ajeno a su carácter anual, es una producción completa y repleta de horas de juego para todos los aficionados al fútbol virtual. No obstante, se trata de la entrega con menos novedades jugables en mucho tiempo, circunstancia que no premia a los jugadores que apuestan cada año por el simulador de EA Sports. Renovado modo mánager con un imponente lavado de cara que entusiasmará a los fans de las finanzas y la gestión deportiva, pero la despedida de la actual generación por parte de FIFA no ha podido ser más amarga.
Comprar FIFA 21- El modo mánager como gran fichaje galáctico de la temporada
- Aunque no son muchas novedades jugables, siguen siendo interesantes
- La cantidad de modos de juego y horas que aporta FIFA siguen siendo imbatibles
- FIFA Ultimate Team sigue siendo el modo online estrella de los videojuegos deportivos...
- … pero FUT debe conciliar sus micropagos para no convertirse en un voraz P2W
- El abandono en 2020 de modos como Clubes Pro, el propio FUT o el modo carrera
- FIFA 21 será recordado como el FIFA menos novedoso en mucho tiempo
- Lo de Manolo Lama y Paco González. Por favor, hagan caso al hijo de Rajoy
