Una aventura RPG de acción con un gran mundo, cantidad de misiones, aún más quests, diseño procedural de mazmorras, jefes finales, cooperativo y un diseño artístico de lo más cautivador. ¿Te llama la atención? Entonces te interesa leer nuestro análisis de Nobody Saves the World.
Probablemente, muchos no habréis escuchado nada de este juego, pero detrás de él se encuentran los mismísimos creadores de Guacamelee. Cuando en la redacción lo descubrimos, y vimos su propuesta, sabíamos que tenía algo de interesante. No nos equivocábamos. El nuevo videojuego de la canadiense DrinkBox Studios es una aventura RPG variada, duradera, original, simpática, de calidad… y encima tiene cooperativo.
La propuesta de Nobody Saves the World es la de un juego de rol con mucha acción en que encarnamos a un personaje que, en principio, no parece tener nada en particular: un don nadie. Sin embargo, pronto descubre un poder que le permite convertirse en todo lo que quiera: un caballero, un arquero, un mago, un caballo, un ratón y así hasta más de una docena de formas que se van desbloqueando a medida que progresamos en el juego.
Cada transformación dispone de sus propias habilidades, rangos… y por supuesto también subimos de experiencia. La sensación de progresión es enorme, pero también es muy importante la variedad de entornos y situaciones que nos encontramos en un mundo con libertad de movimiento, y que además es bastante grande y entretenido de recorrer. ¿La conclusión? Que por todo lo que tiene y la forma en que está realizado, creo que merece mucho la pena, tanto si eres fan del género como si sientes curiosidad por su atractiva propuesta. Déjame que te lo cuente todo a continuación…
El RPG de las transformaciones
Nobody Saves the World es un Action RPG en que una de las claves principales está en su mundo. Hay cierta libertad para recorrerlo, pero al estar dividido en regiones (cada uno con enemigos con un determinado nivel de experiencia), se te obliga a seguir unos determinados caminos y reservar otros para más adelante. En definitiva, un diseño de mapa muy habitual en este tipo de títulos, ya que adicionalmente está plagado de mazmorras que toca visitar para obtener un determinado número de estrellas y seguir adelante.
Este es a grandes rasgos el esquema jugable de un videojuego que sorprende por lo adictivo que puede llegar a resultar. Una de las claves está en su árbol de transformaciones. Al principio del juego somos un don nadie, pero al adquirir nuestra primera transformación e ir mejorándola, van desbloqueándose otras nuevas. Un ejemplo: al principio del juego eres un ratón, pero al acabar con ciertos enemigos y superar una serie de quests específicas, desbloqueas al caballero. Así funciona el sistema… y creo que es todo un acierto, porque te incentiva a jugar y descubrir las posibilidades de cada personaje.
En total son cerca de una veintena de personajes a controlar, pudiendo cambiar entre ellos en cualquier momento de la partida. Si en un momento dado te vienen bien los ataques cuerpo a cuerpo, lo mejor es el caballero. Si prefieres ataques a distancia, una buena opción es el arquero. Si tienes que atravesar pasadizos estrechos, puedes hacer uso del ratón. Cada personaje cuenta con su repertorio de acciones específico, aunque lo mejor es que se pueden personalizar con más de 80 habilidades, tanto activas como pasivas. Al final, acceder a la pantalla de pausa para consultar el árbol de personajes y escoger sus habilidades es algo esencial para entender este videojuego.
La otra clave son, por supuesto, las mazmorras de diseño procedural, lo cual quiere decir que varían ligeramente cada vez que entras en ellas. Esto tiene como consecuencia algo muy habitual en este tipo de juegos: el diseño de niveles no es el mejor. Sin embargo, y dado que la lógica se basa en acabar con oleadas de enemigos (en ocasiones masivas), el sistema funciona razonablemente bien. Además, el reto está lo suficientemente ajustado como para que tengas que repetir tu intento. No es un paseo.
La sensación de progresión es buenísima y con bastantes horas de juego
Cada mazmorra posee unos requisitos de entrada y un nivel recomendado. Las hay obligatorias y opcionales, y frecuentemente suelen estar custodiadas por un jefe final. Al no existir un avance guiado, sino un mundo con libertad para recorrerlo, no hay tampoco una progresión fluida, sino que depende de las decisiones que tomes. Esto tiene sus pros y sus contras. Por una parte, te sientes más libre, con un montón de posibilidades de exploración. Por otro lado, hace más habitual la tarea de grindear, algo que puede ocasionar que en ciertos momentos sientas que tu avance se está ralentizando.
En cualquier caso, la aventura se disfruta. La sensación de progresión es buenísima y tienes posibilidad de obtener grandes sumas de dinero para invertir en la tienda. Básicamente, siempre estás siendo recompensado por tus acciones, y eso es algo muy positivo en cualquier videojuego. Aparte, en este caso contamos con un aliciente muy especial, y es que el juego puede jugarse por completo en cooperativo online hasta un máximo de dos jugadores. No es mucho, pero se agradece la posibilidad de poder compartir el título y hacerlo todavía más gratificante.
Otro aspecto que considero muy importante es el fabuloso apartado artístico de Nobody Saves the World. Ya conocíamos la labor de este estudio por su particular y único punto de vista a la hora de usar los colores, las animaciones y crear personajes (lo vimos, por ejemplo, en Severed). La esencia y estilo pueden apreciarse también en este videojuego, con un trabajo que solo puedo calificar de brillante. Hay mucha simpatía puesta en cada detalle, con un sistema de iluminación cuidadísimo que da a cada estancia una tonalidad y colorido únicos.
Por todo esto, unido a una duración que está en torno a las 15-20 horas (hay opción de nuevo juego plus con enemigos más desafiantes), podemos decir que es una aventura rolera que merece mucho la pena. Es especialmente recomendable si te gustan los "rogue like", pero cualquier usuario puede asomarse a la propuesta debido a su alta accesibilidad. Tiene un control pulido, una sensación de ataque gratificante, buena sensación de progresión, variedad jugable y un acabado de alta calidad, como nos tiene acostumbrados esta desarrolladora. La recomendación es clara: dale una oportunidad.
Nobody Saves the World es un RPG único, cuyas mayores virtudes son su variedad, basada en un profundo sistema de transformaciones, así como una fuerte sensación de progresión basada en un mundo repleto de retos a superar. Si te gustan este tipo de planteamientos roleros con acción, estás ante un título que ofrece una duración adecuada, una calidad por encima de la media y una adicción que depende de lo que te gusten los juegos con elementos rogue-like. Ante la duda, ¡pruébalo!
- Un RPG de acción bastante atípico, con un diseño único y encantador.
- Posibilidad de transformarse en muchos personajes de distintas habilidades.
- Mazmorras numerosas y variadas, basadas en diseños procedurales.
- Buena sensación de progresión, aunque a veces el ritmo puede desfallecer.
- Acertada duración y capacidad rejugable, con opción de cooperativo online.
