A los mandos de una nave espacial, Elite: Dangerous nos ofrece toda la libertad del mundo para que exploremos los confines del universo del modo que deseemos. ¿Serás un honrado comerciante? ¿Un avispado contrabandista? ¿O te va más la acción pura y dura? Sé lo que quieras ser en este notable simulador espacial y disfruta del que es uno de los mejores lanzamientos del año para PC.
Desde tiempos inmemoriales a la humanidad le ha embriagado el deseo de explorar el espacio exterior; de salir "allí afuera" y descubrir qué misterios se ocultan en los confines del universo. Deseo que no pocos han tratado de recrear con más o menos tino en el mundo del cine y los videojuegos. Sin embargo, lo de Elite: Dangerous es un caso especial puesto que este simulador espacial, secuela de todo un clásico nacido hace ya 30 años, logra hacerte sentir en la piel de un piloto perdido en la inmensidad del espacio como pocas veces hemos visto en la industria. Y no exageramos lo más mínimo.
Con más de 150.000 sistemas planetarios a nuestro alcance y toda la libertad del mundo para hacer lo que queramos, esta obra de Frontier Developments ha terminado enamorándonos por la épica de sus batallas y el realismo con el que recrea el pilotaje de una treintena de naves espaciales que podremos personalizar a nuestro gusto para que con el paso de las horas, días o meses podamos gritar orgullosos ¡esa es mi nave espacial!; el vehículo con el que he explorado infinidad de mundos sin límites de ningún tipo. Y solo por eso ya merece la pena adentrarse en este fastuoso universo de ciencia ficción.
De comerciante a pirata espacial
Fiel a los principios con los que nació esta emblemática serie, en Elite: Dangerous prima la libertad de acción por encima de todas las cosas. Su lema, por resumirlo claramente, es el del "Sé lo que quieras ser... pero atente a las consecuencias". Y lo cierto es que es un eslogan que le va como anillo al dedo. Porque en este simulador espacial podréis encarnar a un honrado comerciante transportando mercancías de aquí para allá a través de rutas comerciales seguras u otras no tanto, extraer minerales de mundos sin explorar, convertiros en letales cazarrecompensas o temibles piratas del espacio... en definitiva, como decíamos, hacer lo que os plazca.
La idea es que partiendo todos de un mismo punto, con mil créditos en el bolsillo a los mandos de una nave no demasiado efectiva, cada jugador escriba su propia historia. Y esto es genial porque habrá quienes gracias a sus dotes como piloto de combate se labren una reputación de oro entre los miles de jugadores que actualmente pueblan los servidores de Elite: Dangerous, y los que con sus audaces acuerdos comerciales consigan modificar, aunque de momento sea levemente, la economía virtual de este universo construido sobre una mentalidad propia de los MMO.
Aquí cada jugador tiene algo que aportar. Los habrá que se muestren respetuosos con la ley y no se metan en problemas, y los que no tengan reparos en asaltar a cualquiera que se cruce en su camino... ¡incluidos nosotros! Algo que obviamente genera una sensación de peligro constante que nos ha encantado, obligándonos en muchos casos a buscar el respaldo de otros aliados para no caer presa de los piratas o los enemigos de nuestra causa –también hay facciones a las que podemos apoyar o perjudicar-. Algo que no siempre resulta tan fácil como debiera ya que ciertas facetas multijugador de Elite: Dangerous están claramente desaprovechadas, empezando por lo complicado que puede ser a veces formar un escuadrón y que este se mantenga unido.
También queda mucho trabajo por delante en lo que respecta al equilibrio y progreso de este universo de ficción, que en aspectos como el comercio todavía está algo verde. Los beneficios por transportar y vender materias primas en las diversas estaciones espaciales dispersas por la galaxia son mínimos, restando valor al esfuerzo que requiere sobrevivir a los incontables peligros que deparan estos viajes. Aunque también es verdad que esto no ha hecho nada más que empezar, y que son los jugadores los que con sus actos determinarán el devenir de esta economía virtual. Así que habrá que esperar un par de semanas para ver qué tal evoluciona el universo Elite.
Otro detalle que no nos ha gustado tanto es el pobre diseño de misiones que atesora el juego. Son poco variadas entre sí y salvo contadas excepciones, en las que nos veremos envueltos en colosales batallas espaciales, su ritmo de la acción es bastante discutible. Y sin embargo algo tiene este título de Frontier Developments que te invita a seguir jugando, a continuar este viaje hacia lo desconocido que tantas alegrías puede dar. Porque sí, lo reconocemos, hay momentos anodinos de esos que te hacen pensar en abandonar la partida, y de repente... ¡BAM!, aparece un crucero de guerra frente a ti porque sí, porque este es un universo vivo en el que todo es posible, y entonces te ves inmerso en una épica batalla espacial o, por qué no, en la más trepidante de las huidas. Y es en ese momento cuando te das cuenta de la enormidad y de la calidad de este simulador espacial.
Un videojuego que como hemos destacado, consigue hacerte sentir de verdad en el pellejo de un piloto con la capacidad de ir allá donde desee. Todo ello además recreado con gran lujo de detalles y un grado de realismo en el manejo de las naves verdaderamente admirable. En este sentido, huelga decirlo, Elite: Dangerous es un título difícil al que cuesta cogerle el punto si no se ha jugado previamente a otros simuladores del estilo. Hay montones de tutoriales, sí, pero no siempre se explican las cosas con el detalle necesario, haciendo que incluso acciones como atracar en un puerto –hay que pedir permisos, alinear la nave, etc.- puedan tornarse en un suplicio.
Superado este escollo, sin embargo, este título es una maravilla. Y lo es porque perderse en la inmensidad del espacio a bordo de nuestra nave, mejorada y adaptada a nuestro estilo de juego, es una experiencia casi religiosa. Un placer que os llevará a trastear con los paneles de mando con un realismo asombroso, navegando por menús interactivos, accionando palancas aquí y allá, activando sistemas de defensa, escáneres.... Y si además lo hacéis con un buen joystick –en nuestro caso hemos usado el T16000 de Thrustmaster- y las gafas de realidad virtual Oculus Rift, os garantizamos que os sentiréis en el paraíso de los simuladores espaciales.
No hay otra forma de definir la sensación de ver pasar sobre nuestras cabezas un par de cazas rivales, a los que podemos seguir con la mirada mientras tratamos de dominar los controles de una nave seriamente dañada por el fuego enemigo, y salir victoriosos de ese encuentro gracias exclusivamente a nuestra habilidad como pilotos. Así que sí, hay misiones repetitivas, a veces el juego puede volverse un tanto aburrido, y nos habría encantado poder recorrer a pie las estaciones espaciales o incluso descender a los miles de planetas que dan vida a este universo. Pero algo tiene Elite: Dangerous que nos ha hecho sentir verdaderamente como pilotos del espacio. Y esa es ya de por sí la mejor de las excusas para darle un tiento a esta obra.
Sin olvidar tampoco lo bien que luce este videojuego en lo audiovisual, con una magnífica recreación de las cabinas de nuestras naves, que sufrirán incluso las inclemencias del combate con gran realismo. El diseño de las estaciones espaciales también resulta digno de mención por la gran cantidad de detalles que presentan. Atracar en un puerto espacial es simplemente maravilloso. ¿Lo malo? Que existe muy poca variedad de estas, lo que a la larga le resta cierto encanto al conjunto. También echamos en falta algo más de vidilla en el espacio.
Los diversos sistemas planetarios por los que nos moveremos están muy bien recreados y cuentan con los suficientes detalles como para diferenciarse unos de otros; pero sí que es verdad que en más momentos de los deseados, nos hemos sentido volando en "la nada", como si solo estuviéramos nosotros y un bonito fondo en el horizonte. Que sí, que en el espacio no hay vida y todo eso. Pero hacen falta más estaciones, más cruceros de batalla, más centros comerciales, para hacer de este universo un lugar en el que permanecer años.
Por último, en lo tocante al sonido, el título de Frontier Developments cumple con nota tanto si hablamos de las melodías que nos acompañarán en momentos puntuales de la partida, como especialmente a los efectos sonoros con los que se recrea el pilotaje de las naves, la contundencia de los combates, etc. En este punto, conviene destacar que el juego está actualmente en inglés, pero la idea es traducir también los textos a otros idiomas como el español. Algo que ayudará mucho a que los no iniciados se adentren con mayor facilidad en el terreno de los simuladores espaciales.
Pocos juegos transmiten la emoción de pilotar una nave espacial por los confines del universo de forma tan espectacular como lo consigue este notable simulador, que si de algo peca es de ser repetitivo en los retos que plantea. Sin embargo, la libertad de acción que brinda; el que nos permita ser piratas, honrados comerciantes o peligrosos cazarrecompensas, y que sea en compañía de otros jugadores, hacen de Elite: Dangerous un título francamente recomendable.
- Consigue que de verdad nos sintamos como un auténtico piloto espacial
- Puedes ser lo que quieras: comerciante, pirata, explorador, contrabandista...
- Algunas batallas son verdaderamente épicas
- En algunos momentos el juego se torna un tanto repetitivo
- Su faceta multijugador está algo desaprovechada
- Le falta profundidad jugable en ciertos aspectos como la economía virtual
- No siempre se explica muy bien cómo se juega
