Hack and Slash de la vieja escuela de la mano de Namco Bandai. Una buena propuesta argumental que se malogra por una jugabilidad mediocre, por momentos tediosa y olvidable. Un título discreto en todos los sentidos que no acaba de remontar el vuelo.
Dar con un videojuego que cuente a sus espaldas con un buen concepto es ciertamente difícil, especialmente en un momento en el que la industria cada vez se arriesga menos a la hora de innovar y se vuelca en la constante repetición de fórmulas y patrones seguros y de demostrada rentabilidad. Es por ello que la decepción que trae consigo Knight's Contract resulta especialmente dolorosa, y es que con un punto de partida como el suyo parecía francamente plausible tener un videojuego más que notable entre manos.
El título que nos ocupa queda lastrado por constantes problemas de cámara, de IA enemiga y aliada, y de una experiencia jugable excesivamente monótona y repetitiva. Su estilo de Hack and Slash puede deparar cierto interés para los aficionados del género, sin embargo es demasiado breve y monocorde como para poder recomendarlo.
Destino de Caballero
En Knight's Contract seremos Heinrich, un caballero que goza de un sorprendente don para un videojuego de este corte: La inmortalidad. Con este apasionante punto de partida no tardaremos mucho en conocer nuestro talón de Aquiles, la bella Gretchen a la que deberemos proteger como si de un gigantesco guardaespaldas se tratara.
En los primeros compases de juego el título es ciertamente desconcertante a nivel argumental, sin embargo a los pocos minutos de partida descubriremos un sorprendente giro de acontecimientos -que por supuesto no describiremos- y por el cual comprenderemos del estrecho lazo que une nuestros destinos de forma irremediable.
Así pues los dos protagonistas son complementarios. En cuanto a lo defensivo él inmortal, ella vulnerable; en cuanto a lo ofensivo, él dado al cuerpo a cuerpo y ella poderosa en el manejo de los hechizos. A menudo tendremos que plantar cara a enemigos que no serán sensibles al filo de nuestras armas hasta que la magia los aplaque, de modo que el simultanear las habilidades de ambos será fundamental a la hora de salir victoriosos.
La campaña individual no está particularmente bien narrada durante sus, aproximadamente, ocho horas de duración; pero es fácil sentir cierta empatía por el conflicto de intereses de los dos protagonistas y la obligación que tienen de entenderse sobre el campo de batalla. La única barra de salud que veremos en pantalla será la de ella precisamente, de modo que deberemos estar ciertamente preocupados de su integridad en todo momento.
Sin embargo este concepto interesante se viene abajo por una jugabilidad innecesariamente lastrada por problemas técnicos como una IA aliada verdaderamente lamentable. En un juego de cooperación con un personaje controlado por la inteligencia artificial puede ser un problema el que ésta sea de una inteligencia dudosa, como es el caso, pero aquí lo negativo del caso se multiplica exponencialmente debido a que el devenir de nuestras partidas depende siempre de sus acciones y de su integridad.
Así pues Knight's Contract se convierte en un Hack and Slash bastante derivativo por las limitaciones de acciones y movimientos de su protagonista, que está tremendamente limitado en cuanto a ataques, y también en cuanto a la consecución de combos. Por si fuera poco el juego nos sorprende con innumerables "Fines de Partida" cada vez que la buena de Gretchen decida quedarse atrancada con algún obstáculo del escenario, o decida que la ruta más adecuada para recorrer un mapeado es la de cruzar por en medio de un grupo de colosos enemigos.
Al margen de la campaña individual, ciertamente breve, no hay más alternativas jugables en Knight's Contract, un título que igualmente es incapaz de destacar en aspectos tecnológicos, artísticos o sonoros. A nivel visual el título es discretísimo, con una dirección artística estrictamente genérica y con una faceta tecnológica que hace lo justo para obtener el aprobado raspado: ¿Los motivos? Una tasa de imágenes por segundo aceptable, pero con unas físicas extremadamente pobres, una cámara que es literalmente un dolor y unas texturas muy poco detalladas. Por lo que respecta al audio, el lanzamiento es aquí donde resulta más compacto merced a una banda sonora interesante, a un doblaje tolerable en inglés -los textos están en español- y a unos efectos igualmente adecuados.
Knight's Contract es un mediocre acercamiento al Hack and Slash con una propuesta que, a priori, parecía destinada a ofrecer mejores resultados. Poco valor obtendremos con el título de Namco, y es que su escasa duración y su pobre apartado jugable son impedimentos que, lamentablemente, el título no puede superar.
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