Análisis de Zelda Ocarina of Time

Análisis de Zelda Ocarina of Time
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Aventuras fantásticas, épicas batallas, grandes descubrimientos, momentos de auténtica epopeya... La leyenda de Zelda encierra esto y mucho más. Y para que todos lo descubramos Nintendo nos ofrece el mejor exponente de la franquicia remasterizado con efecto 3D, pero el mismo aroma legendario de siempre. Link viaja en el tiempo, y no se le notan para nada los años, en un "remake" digno de fans pero también de nuevos aventureros dispuestos a descubrir el poder de la Trifuerza.

El encuentro con el árbol Deku, el momento en que conocimos la inmensidad de Hyrule, la primera vez que tocamos la ocarina, la sensación única que provocaba ver de nuevo a la princesa Zelda, el descubrimiento de la tribu Goron, el reencuentro con el malvado Ganondorf, la comprobación del poder de la trifuerza, el paso de la niñez a la edad adulta...

Uno de los motivos por los que The Legend of Zelda: Ocarina of Time pasó a la historia como uno de los más grandes videojuegos jamás creados, fue simplemente por condensar en un cartucho -de tan sólo 32 megas- tantas experiencias inolvidables. Aquel noviembre de 1998 quedaría marcado en los corazones de muchos usuarios de Nintendo 64 como la primera ocasión en que descubrían el primer Zelda en 3D, y vaya forma de hacerlo...

El título no sólo se convirtió en gran referente para los títulos de acción y aventura que vendrían durante los próximos años, sino en una auténtica oficina de patentes interactiva. El "Z-Targeting", el botón de acción contextual, el cambio dinámico de música dependiendo del escenario... Fueron muchas las novedades introducidas, aunque ninguna tan importante como el hecho de diseñar un videojuego tan redondo en términos audiovisuales y jugables (con unas 30-40 horas de juego).

Una leyenda atemporal
Por ello, ahora significa una gran alegría conocer que la, tal vez, mejor leyenda de toda la franquicia Zelda es revivida en Nintendo 3DS con gráficos mejorados y uno de los más trabajados efectos estereoscópicos que haya visto la portátil hasta la fecha. Una gran manera de celebrar el 25 aniversario de la saga, a la vez que una ocasión irrepetible para rememorar un videojuego de trece años de antigüedad en una máquina actual.

Todo gracias no sólo al estudio de desarrollo de Nintendo, con Miyamoto supervisando el proyecto, sino también a Grezzo, una compañía japonesa que -curiosamente- está dirigida por uno de los hombres más importantes que haya dado el género J-RPG. Nos referimos a Koichi Ishii, creador del mítico Secret of Mana, a la vez que partícipe en algunos de los mejores Final Fantasy jamás creados.

Por tanto, talento suficiente como para renovar un clásico legendario, el cual regresa con la misma premisa que hace una década: ponernos en el papel de un héroe y derrotar a una oscura fuerza que está amenazando la próspera tierra de Hyrule. Todo mientras conocemos a personajes entrañables, descubrimos lugares fantásticos y libramos épicas batallas al mismo tiempo que vivimos una aventura que parece sacada de los mejores cuentos de hadas.

El encuentro con la princesa Zelda es un momento mágico, y ahora con este "remake" lo será más, gracias al efecto 3D.
El encuentro con la princesa Zelda es un momento mágico, y ahora con este "remake" lo será más, gracias al efecto 3D.

Es digno de mención, además, que aunque hayan pasado tantas primaveras, Ocarina of Time siga manteniendo fresco no sólo su planteamiento RPG, sino también su espíritu jugable y hasta diseño artístico. Gracias a la variedad de situaciones planteadas, a la inmensidad de su mundo, a la complejidad de sus puzles y a un sistema de batalla sencillo a la vez que repleto de posibilidades, la reedición de este enorme videojuego es recomendable tanto para los fans de la franquicia como para aquellos que quieran introducirse por vez primera en la leyenda.

Y es que, específicamente para ellos, se ha integrado un sistema de control adaptado a la doble pantalla de la consola. Marco superior para disfrutar de la acción e inferior para navegar de una manera sencilla y rápida entre las opciones de juego. Ya nunca más será necesario pulsar el botón START para cambiar nuestro equipo (asignarnos un nuevo escudo), ver el mapa o equipar un nuevo objeto.

Sólo basta con tocar la pantalla táctil con nuestros dedos para acceder a dichas opciones de la manera más sencilla y accesible, algo que igualmente se aplica al sistema de control. Donde antes sólo teníamos tres botones asignables, ahora disponemos de hasta cuatro (uno más que en Nintendo 64), lo cual hará incluso más difícil que debamos volver una y otra vez al inventario. Además, todos estos botones (X, Y, y B) se pueden asignar con tan sólo presionar sobre ellos, y hay dos incluso (conocidos como I y II) que son completamente virtuales, es decir, se puede interactuar con ellos mediante la presión directa sobre la propia pantalla.

El campo de Hyrule luce mejor que nunca. Renovadas texturas, efectos de iluminación mejorados y un detalle visual, en general, más pronunciado.
El campo de Hyrule luce mejor que nunca. Renovadas texturas, efectos de iluminación mejorados y un detalle visual, en general, más pronunciado.

Por si esto fuera poco, en el marco inferior existen otros botones táctiles de rápido acceso, como uno que nos sirve para hablar con Navi o tocar la ocarina cuando la acción lo requiera (siendo las notas a tocar igualmente táctiles). Hay espacio hasta para otro botón que nos permite mirar en primera persona. Así que, desde este punto de vista, Nintendo no podría haberlo hecho mucho mejor...

De hecho, es de agradecer que gracias a esta implementación táctil ahora resulte mucho menos tedioso superar momentos problemáticos de la aventura, como en su día significó, por ejemplo, el Templo del Agua. Eiji Aonuma (director de la franquicia) sintió hasta la necesidad de disculparse por ello durante el E3 del 2010, al mismo tiempo que anunciaba que iba a resolver el error de diseño gracias al "remake" para 3DS.

Dicho y hecho. Gracias a la integración de los botones táctiles en la pantalla inferior, es posible asignar las botas y quitarlas en cualquier momento, haciendo que uno de los escasos -pero molestos- lastres de Ocarina of Time desaparezcan. Y no solamente eso, sino que adicionalmente se han rediseñado las paredes de esa mazmorra específica (con guías de colores) para que el jugador ahora vea más intuitivo navegar por su interior.

El clásico remasterizado
Pero no todo es integración táctil y pequeñas reformas que procuren rescatar el clásico con todo su aroma original. Con el fin de hacer la vida mucho más fácil a aquellos nuevos usuarios que quieran asomarse a esta gran aventura, Nintendo ha decidido integrar las piedras Sheika, que una vez consultadas nos explican cuál es el próximo paso a dar (tal y como lo hiciera la "super guía" en Super Mario Galaxy 2). Tres, cuatro o cinco "clips" de vídeo, con unos segundos de duración, serán suficientes para ayudarnos a dar con la clave del próximo enigma a completar dentro de la trama.

Evidentemente, se trata de algo completamente opcional, casi tanto como la posibilidad de repetir el título, una vez completado por primera vez, bajo una nueva perspectiva: la de Master Quest. En ese caso, nos tocará revivir la aventura con una dificultad más alta de lo normal (los enemigos hacen el doble de daño), objetos cambiados de lugar y un entorno que está -como en Twilight Princess- en modo espejo con respecto a la versión original.

Una interesante oportunidad de arañar unas cuantas horas más al título, aunque creemos que lo adecuado hubiera sido integrar esta opción desde el principio. De esta forma, probablemente muchos usuarios que ya hubieran completado el juego en su día, ahora tendrían una razón más para adquirir este "remake"; ya que no podemos negar que, aunque el título sea tan recordado y añorado, muy pocos de los entonces quinceañeros ahora disponen de tanto tiempo para dedicarle a un producto que ya completaron.

Recordar ciertos momentos como la infiltración en el castillo no tienen precio. Pero Nintendo nos lo da en un "remake" digno de sus fans.
Recordar ciertos momentos como la infiltración en el castillo no tienen precio. Pero Nintendo nos lo da en un "remake" digno de sus fans.

Por suerte, no es la única opción adicional que se incorpora. Una vez superados los jefes finales, gozamos de la posibilidad de enfrentarnos otra vez a ellos, y por orden -uno tras otro-, gracias a un Boss Challenge que nos invita a conseguir la mejor marca de tiempo. No dispone de marcadores online, ni tan siquiera de la oportunidad de aprovechar el StreetPass, pero puede suponer un aliciente personal o simplemente un buen instrumento para luchar -ya desde la calma- contra los grandes jefes finales contenidos en la obra.

Una obra que no realiza un exhaustivo uso de la tecnología giroscópica de 3DS, aunque -al menos- sí que resulta acertado. A estos efectos, observar y apuntar en primera persona con armas como el arco, el tirachinas o el "boomerang" se convierte en una experiencia renovada y precisa, ya que todo se basa en mover y girar nuestra portátil en el aire, de una manera sorprendentemente intuitiva.

Sin embargo, si existe alguna capacidad realmente exprimida en The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D, entonces debemos hablar del efecto estereoscópico aplicado; sinceramente, uno de los mejores que existen y que, probablemente, veremos en el futuro. Puede que su único inconveniente sea que -curiosamente- hace que el efecto "antialiasing" (disimulación de bordes dentados) pierda fuerza, pero a cambio enfatiza todos los modelados y texturas del juego hasta hacerles ganar una casi mágica apariencia.

Uno de los grandes cambios es que ahora podremos usar la ocarina, y sólo haciendo uso de la pantalla táctil.
Uno de los grandes cambios es que ahora podremos usar la ocarina, y sólo haciendo uso de la pantalla táctil.

Todo, además, sin que el "frame rate" se despeine en absoluto, con una fluidez exquisita, mejorada sustancialmente con respecto a la versión original de Nintendo 64. Y es que, en términos generales, la renovación gráfica es abismal, con más polígonos en los modelados, mayor detalle en los decorados y texturas completamente reinventadas que, aparte, presumen de una resolución magnífica.

Si se es un incondicional de la franquicia, puede incluso que nos percatemos de nuevos objetos que antes no estaban o hasta detalles en las paredes de mazmorras o ciudades. Un labrado trabajo de refinamiento visual que viene acompañado de alguna que otra animación por parte de Link y el resto de protagonistas -no pocos- que aparecerán durante nuestro legendario periplo.

En definitiva, estamos ante uno de esos escasos videojuegos donde sería una auténtica pena no colocar el deslizador 3D al máximo, ya que no sólo ganamos en brillo y colorido, sino también en una profundidad de escenarios colosal. Verdaderamente, Nintendo y -en particular- la compañía Grezzo ha realizado un impecable trabajo a la hora de sumergirnos en la épica aventura de Link.

La plaza de la ciudadela de Hyrule está irreconocible, como otros tantos parajes de un "remake" que reinventa texturas y modelados.
La plaza de la ciudadela de Hyrule está irreconocible, como otros tantos parajes de un "remake" que reinventa texturas y modelados.

Eso sí, no todo es positivo, y hemos echado mucho de menos que se realizara -al mismo nivel que el plano gráfico- una completa renovación instrumental. Las melodías orquestadas no son una realidad en este "remake", y eso que era un aspecto ampliamente esperado por los fans. En su lugar, tenemos que conformarnos con la extraña sensación de tener unas geniales composiciones dentro de un formato tan desfasado como el MIDI, con el único consuelo de pensar que el sistema sonoro de 3DS nos hace escucharlo todo con una renovada perspectiva.

Resulta igualmente criticable que se hayan rescatado tantos efectos de sonido sin añadir ninguno nuevo. Al mismo tiempo, es digno de mención que los diseñadores no se hayan atrevido a añadir ni una sola modificación al plano jugable, con alguna mazmorra adicional, algún que otro enemigo o, al menos, tareas secundarias inéditas que ayudaran a los viejos usuarios a decantarse por la compra del "remake". Eso sí, de lo que no podemos quejarnos es de una gran, aunque también necesaria, traducción "in game" en castellano.

Broche de oro para un cartucho que se venderá en dos ediciones: la normal y la especial (con póster incluido), siendo esta última la más aconsejable si queremos guardar en casa un recuerdo muy dorado -la carátula es de este color- de uno de los mejores videojuegos que ha dado la industria del ocio electrónico durante todos sus años de existencia.

Excelente

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The Legend of Zelda: Ocarina of Time

Por: El equipo de 3DJuegos
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El regreso remasterizado de una de las grandes obras de todos los tiempos como es Ocarina of Time, siempre es buena noticia, sobre todo si viene acompañado de un conjunto de mejoras visuales y tecnológicas (como el añadido del efecto 3D), que consigan hacerlo apropiado tanto para fieles seguidores de la franquicia como para nuevos usuarios dispuestos a entrar en la leyenda. Y aunque podría criticársele cierta falta de innovación en su planteamiento (sin grandes novedades más allá de lo estético), su naturaleza de leyenda atemporal le hace viajar en el tiempo -como a Link- sin que pierda la frescura y gran jugabilidad que le hizo triunfar en su momento.

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Jugadores: 1
Idioma: Manual en español y textos en español
Duración:
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