Pese a sus limitaciones, Torchlight logró en su día abrirse hueco en el difícil mercado de los juegos de acción y rol. Ahora su secuela, mucho más grande y variada que el original, llama a las puertas del cielo para coronarse como uno de los grandes exponentes de este prolífico género. Y es que Runic Games ha dado vida a una continuación brillante que ha sabido crecer y mejorar de forma consistente en todas sus facetas.
Fantástico. Solo así podemos describir el trabajo realizado por el equipo de Runic Games, que tras sorprendernos con el notable Torchlight, ha logrado dar vida a una secuela netamente superior en todos los sentidos, alcanzando un resultado sobresaliente al que pocas pegas se le pueden poner. Se nota en este caso la veteranía del estudio, formado por parte de los principales responsables tras los dos primeros Diablo, que ha sabido mantener la esencia de los clásicos que desarrollaron tiempo atrás, pero añadiendo a la fórmula importantes novedades que mejoran el resultado de forma palpable.
Y es que Torchlight II no solo es más grande y variado que el original. También se trata de uno de los títulos de acción y rol más completos del mercado. Algo a lo que ayuda mucho la inclusión del multijugador online que tanto extrañamos en el original, así como la inminente llegada de las herramientas de edición con las que los jugadores podrán ampliar su experiencia de juego con nuevos contenidos.
Unidos contra el mal
Arrasada por el descomunal poder del Alquimista y decidido a destruir por completo el Ember por el que tanto sufrimos en el título original, Torchlight ha sido la primera ciudad que ha sucumbido ante el poder de este villano. Un enemigo tan poderoso que ni tan siquiera los héroes que conocíamos han sido capaces de derrotarle. Y justo aquí nos encontramos con una de las primeras novedades de esta secuela: la presencia de cuatro guerreros completamente nuevos que sorprenden por su gran versatilidad para adaptarse a las exigencias de combate de cada jugador.
En concreto, hablamos de los letales Outlander, auténticos especialistas en el manejo de armas a distancia; los poderosos Berserker, brutales en los combates cuerpo a cuerpo gracias a su furia animal; los llamativos Ingenieros, que arrasarán con todo gracias a su descomunal resistencia y sus artefactos mecánicos; o los siempre atractivos Embermage, que podrán recurrir a una gran variedad de conjuros mágicos.
La gran virtud de Torchlight II radica en la enorme libertad de acción que brinda a la hora de personalizar las habilidades de cada uno de estos guerreros. No en vano, un mismo héroe puede actuar de forma completamente distinta dependiendo de cómo hayamos desarrollado sus habilidades. En este sentido, Runic Games ha apostado por un sistema de progresión muy en la línea del clásico Diablo II, permitiéndonos invertir libremente puntos de experiencia para definir los atributos físicos del guerrero -Fuerza, Destreza, Vitalidad y Focus-, a la par que aprendemos nuevos movimientos en un tradicional árbol de habilidades.
La primera de estas elecciones, como es habitual en el género, determinará los puntos fuertes de nuestro guerrero, permitiéndole mejorar su nivel de salud o maná, su capacidad para esquivar golpes o generar ataques críticos, su destreza con armas… mientras que el árbol de habilidades nos dará la oportunidad de ampliar nuestro repertorio de movimientos ofensivos y defensivos, con opción incluso de mejorarlos hasta 15 niveles para potenciar notablemente sus efectos.
Ambos aspectos otorgan al juego un elevadísimo componente estratégico, más si tenemos en cuenta que no existe opción de revertir estas decisiones (en el caso de las habilidades, solo las tres últimas aprendidas). Por eso, al subir de nivel nos quedaremos un buen rato estudiando los pros y contras de cada una de las habilidades disponibles –que no son pocas-. ¿Interesa aprender muchas o especializarse en unas pocas? Como decíamos, somos libres de seguir el camino que deseemos… con todo lo que ello implica. Y es que tan pronto podemos crear al guerrero perfecto, como diseñar a un héroe algo más flojo de lo esperado si no hemos tomado las decisiones correctas.
En este sentido, no podemos olvidarnos tampoco de la importancia del equipamiento, con una gran variedad de objetos únicos que podrán ser mejorados con encantamientos o gemas; o de la presencia de nuestra mascota. Una de las grandes novedades que introdujo el título original gracias a la cual, no solo contaremos con un poderoso aliado durante los combates –capaz incluso de aprender hechizos-, sino también con el ayudante perfecto en lo que se refiere a gestionar el inventario, o vender y comprar objetos sin necesidad de abandonar las zonas de juego. Bastará con enviar al animal a hacer los recados con una sencilla lista de la compra.
Y a todo esto debemos sumar la inclusión del modo multijugador cooperativo para seis jugadores (a través de Internet o LAN) que tanto se extrañó en el título original. Una opción perfecta que nos ha encantado por su enorme potencial. Y es que si antes destacábamos lo estratégico que resulta el juego, cuando se disfruta de Torchlight II junto a cinco amigos más la cosa mejora de forma considerable. Además, la cooperación resulta vital si se quiere sobrevivir a los brutales enfrentamientos que plantea el juego, que se hará más y más difícil conforme aumente el número de héroes en pantalla.
No hay que olvidar que Runic Games nos da la oportunidad de disfrutar de la aventura en solitario sin necesidad de conectarnos a Internet, y posteriormente usar ese mismo personaje para disputar partidas online junto a los amigos con total libertad. Por supuesto, aparte de combatir, los jugadores también podrán comerciar libremente con sus amigos. En este sentido, como ya se ha visto en otros títulos de corte similar, el botín que dejarán caer los enemigos se mostrará de forma individualizada a cada jugador sin que el resto pueda adelantarse y quitarle los objetos más valiosos, como ocurría antaño.
Más aventura, mejores mazmorras
Casi cincuenta áreas de juego frente a las siete del original. Es indudable que Torchlight II es un título infinitamente más grande, pero también lo es en términos de calidad. Y es que uno de los aspectos que más nos ha sorprendido es lo mucho que ha mejorado el diseño de las mazmorras a las que tendremos que hacer frente. Laberínticas, repletas de trampas mortales, con puzles y planteamientos de juego muy originales, enemigos finales únicos… ciertamente no les falta de nada. Y es que Runic Games ha logrado lo imposible haciendo que las casi 30 horas de juego que plantea esta secuela en su dificultad "veterano", sorprendan de principio a fin.
La variedad de localizaciones resulta en este sentido encomiable. También nos encanta la libertad de acción con la que contamos, no solo ante la posibilidad de afrontar diversas misiones secundarias, sino también por tener al alcance de la mano mazmorras aleatorias, puzles integrados en el propio mundo de juego que nos darán acceso a tesoros muy valiosos, e incluso desafíos adicionales tremendamente duros a los que accederemos a través de portales mágicos. Si os gusta explorar, ya os garantizamos que tendréis aventura para rato.
Y volvemos a insistir en el diseño de las mazmorras, porque estas son geniales. En algunos casos por su ambientación, en otros, por la presencia de trampas y puzles que dificultarán enormemente nuestro avance, o por los impresionantes jefazos que nos esperarán al final de las mismas. En este caso, hablamos de casi 30 enemigos con sus propias rutinas de ataque que nos pondrán las cosas verdaderamente difíciles. Más si disfrutamos de la acción en los niveles de dificultad más altos -es asequible, pero bastante duro-.
Y aunque antes destacábamos que la aventura puede durar unas 30 horas, Torchlight 2 no termina al derrotar al temible jefe final. Justo en ese momento, aparecerán retos adicionales y la posibilidad de afrontar la aventura en el modo de dificultad New Game +. Una modalidad de juego solo para usuarios experimentados en la que tendremos que hacer frente a desafíos verdaderamente difíciles, conservando la experiencia y el botín de la partida anterior. Eso, o apostar por el clásico modo Hardcore (si mueres, se acaba la partida).
Eso sin contar con las herramientas de edición de Torchlight II, que en principio se estrenarán en cuestión de pocas semanas. Gracias a este TorchED, los jugadores tendrán la capacidad de crear sus propios mods para añadir más contenido al mundo de juego. La posibilidad de compartir libremente estas creaciones garantizará horas y horas de diversión en estado puro. Sin embargo, como decimos, de momento esta opción no está disponible; amén de que está por ver qué tal funciona. De todos modos, por antecedentes, esperamos lo mejor de la comunidad modder.
Héroes animados
Como salta a la vista, el estilo cartoon del Torchlight original se mantiene prácticamente intacto en esta secuela, aunque sí que es verdad que ha apostado por un estilo visual algo más realista. No en vano, y a pesar de mantener el colorido y las texturas planas como una de sus señas de identidad gráfica, el diseño de personajes se ha estilizado mucho más huyendo de la apariencia “infantil” que muchos criticaron en su día. Y esto nos deja con un título visualmente llamativo que muestra una gran personalidad en lo que se refiere al diseño de personajes –hay cientos de enemigos distintos-.
El diseño de las mazmorras también resulta sorprendente por variedad y cantidad de detalles, aunque en verdad hemos echado en falta algo más de esplendor artístico en los exteriores. Escenarios divertidamente enrevesados, aunque con demasiadas zonas poco atractivas. Situación que se va corrigiendo conforme nos acercamos al tramo final de la aventura, en la que los escenarios ganan en esplendor y vistosidad gráfica.
Por otro lado, también nos ha encantado la espectacularidad de las batallas, que en algunos casos rayan la locura ante la cantidad de enemigos presentes. Algo que no merma para nada la optimización del juego, que funciona perfectamente incluso en equipos de gama media con una alta configuración gráfica. Aun así hay que matizar que en los momentos de máxima afluencia de enemigos podemos sufrir alguna que otra caída en la tasa de imágenes por segundo.
Por último, no queremos olvidarnos tampoco del gran trabajo llevado a cabo por el compositor de la banda sonora de Diablo, Matt Uelmen, que ha dado vida a un acompañamiento musical que irremediablemente recuerda al clásico de Blizzard. Y eso, como podéis imaginar, es algo que nos encanta. Sobre todo por lo bien que casan estas composiciones con la acción que se muestra en pantalla. Los efectos sonoros tampoco desmerecen este conjunto. Como punto negativo, el juego se encuentra completamente en inglés, aunque es algo que no afecta en exceso a lo jugable si tenemos en cuenta que la historia es una mera excusa para hacernos avanzar.
Es más grande, sí, pero también mucho más divertido que el original. Y es que solo podemos definir a Torchlight II como la secuela perfecta. Ha mejorado en todo aquello que se podía mejorar, ha incluido novedades tan esperadas como el juego en línea, y encima lo hace con personalidad propia para desmarcarse de la competencia. Si te gustan los juegos de acción y rol ni lo dudes: lo nuevo de Runic Games es uno de los mejores del año.
