El caso Bully: el juego más odiado

El caso Bully: el juego más odiado
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"Las obras de Rockstar siempre causan polémica, pero la particularidad de Bully es que fue incluso antes de salir". Repasamos el clásico de los autores de Grand Theft Auto en cuanto a su capacidad para generar controversia y lo malinterpretado que fue en su momento por quienes ni siquiera le dieron una oportunidad.

Los juegos de Rockstar Games siempre han despertado polémica. El estudio, que siempre ha jugado con esta imagen de inconformismo en sus títulos, ha aprovechado en su beneficio las controversias protagonizadas por series como Grand Theft Auto o Red Dead, de las que se han llegado a decir verdaderas animaladas en televisión y en los periódicos. Videojuegos que en su mayoría contaron con el apoyo de la prensa especializada, salvo en cierta ocasión, en que una de sus producciones de alto presupuesto provocó un cisma ideológico entre los periodistas del medio. Bully, o Canis Canem Edit como lo conocimos en Europa, ha sido sin duda el juego más controvertido de la historia de Rockstar. No solo por su temática, muy proclive al prejuicio, sino por tocar la fibra sensible de una sociedad que justo empezaba a reconocer el bullying como la terrible lacra social que es en realidad.

Pese a su nombre, y que algunos medios generalistas así lo afirmaron, Bully nunca fue un simulador en el que encarnar al abusón de un colegio. Su protagonista, Jimmy Hopkins, era un chaval conflictivo que ingresaba en la academia Bullworth, un prestigioso internado en Nueva Inglaterra, tras haber sido expulsado de otras siete escuelas. Jugablemente seguía a rajatabla las directrices de cualquier Grand Theft Auto, pero sustituyendo la ciudad por el campus del colegio y a las clásicas bandas por estereotipados grupos que incluían los empollones, los matones o los deportistas.

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Toda la producción tenía un halo de comedia norteamericana de los ochenta, con todos los tópicos

Dicho así puede resultar desagradable, pero los parecidos con la serie GTA se terminaban ahí. A toda la producción le rodeaba un halo de comedia norteamericana de los ochenta, con todos los tópicos habidos y por haber vistos en series de instituto como Salvados por la campana o El Príncipe de Bel-Air. El repertorio de armas del que disponía el protagonista incluían tirachinas, bombas fétidas o polvos pica-pica. Y las misiones a cumplir iban desde gastar inocentadas en Halloween a recuperar unas fichas de personaje de un juego de rol. En conjunto, como tantas obras anteriores de Rockstar, Bully no era más que una sátira de todo un género cinematográfico y televisivo, cuyos parecidos con la realidad eran meramente anecdóticos. Valga como ejemplo que una de estas bandas eran los greasers, chavales con el pelo engominado sacados directamente de la película Grease. No negaré que el juego podía resultar desagradablemente violento en algunos momentos, por lo que fue correctamente calificado por el PEGI con sus sellos dirigidos a mayores de edad.

El caso Bully: el juego más odiado

Las obras del estudio siempre causan polémica, pero la particularidad de Bully es que la causó incluso antes de aparecer en el mercado. No solo en Estados Unidos; en España tanto el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, como la asociación Protégeles, anunciaron su intención de impedir por todos los medios la comercialización del juego, pues aseguraban hacía apología de la violencia entre menores. Teniendo en cuenta que periódicos como El Mundo o El País publicaron que la finalidad de Bully era "llegar a ser el ‘malo del colegio’" o que su protagonista "se dedica a coaccionar tanto a sus profesores como a sus compañeros de clase", puedo entender que se desatara el alarmismo, especialmente cuando un año antes un caso de suicidio de un joven victima de bullying sacudió a todo el país.

La polémica llegó al extremo de que a la presentación oficial del juego en España, a mediados de septiembre de 2006, acudió no solo la prensa especializada, sino también periódicos y emisoras de televisión. Una presentación en la que los portavoces de Rockstar tuvieron que responder a las incómodas acusaciones de los periodistas. Al respecto P.J. Sim, veterano PR del estudio, sentenció que "es una comedia escolar en la que el acoso es solo un ingrediente. El protagonista tiene que sobrevivir y se defiende. Pensamos que se ha criticado mucho el juego sin conocerlo". Conclusión recogida e inmediatamente cuestionada por la mayoría de periódicos de todo el país. Probablemente en un intento de evitar continuar la polémica el juego fue rebautizado en Europa con el nombre Canis Canem Edit, "perro come perro" en latín, el cual era a su vez el lema de este internado ficticio. Cosa que no sirvió de mucho, pues el juego continuó siendo conocido entre los aficionados por su nomenclatura original.

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La controversia causada por Bully hubiera sido olvidada sin más

La controversia causada por Bully hubiera sido olvidada sin más, como tantas otras han caído ya en el olvido, sino fuera porque dividió también a la prensa especializada. Hobby Consolas, la revista de referencia entonces, no solo le dedicó un escueto análisis de una página en su número 182, sino que en una decisión histórica resolvió no valorar el juego, ya que en sus palabras: "la propuesta de Canis Canem Edit, tras jugarlo en profundidad, no nos ha gustado. Por primera vez en un videojuego se muestra a chavales normales en situaciones conflictivas dentro de un ambiente tan cercano y real como un colegio, algo que, a nosotros, no nos resulta nada ‘divertido’". Una valoración controvertida, pues en anteriores números la misma cabecera afirmó que el juego parecía "muy variado, original y divertido" o que aquellos a quienes molestaba eran unos hipócritas. Cuesta entender la decisión de la mítica revista, la cual fue muy discutida en su momento y que no fue compartida por otras cabeceras como SuperJuegos, que en su análisis defendieron que "el humor y la parodia son las claves para entender Canis Canem Edit".

El caso Bully: el juego más odiado

Pese a todos los varapalos, Bully fue un éxito en todos los mercados. Tanto, que un par de años más tarde apareció una versión remozada para Xbox 360 y Nintendo Wii. Y con el tiempo también en sistemas como el PC o incluso en teléfonos móviles. Recibió múltiples galardones, incluso en galas no dedicadas exclusivamente a los videojuegos, y desde hace años ha sido protagonista de docenas de rumores que aseguran una inminente secuela. Y si me permitís una nota personal, como víctima de bullying que fui en mi infancia, Bully fue uno de mis juegos favoritos de aquella generación.

Una lectura:



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