El profesor Layton y su inseparable pupilo Luke han resuelto el misterio de la villa misteriosa, de la caja de Pandora... pero les quedaba el más difícil todavía: viajar en el tiempo. Nuestros amigos se van al Londres del futuro para resolver 168 nuevos enigmas en una aventura lógica y muy elemental... ¿Verdad, querido Luke?
Hace tres años muy pocos se podrían haber imaginado que un videojuego basado en simples puzles pudiera llegar tan lejos. Pero la franquicia Profesor Layton, con ya 9 millones de unidades vendidas en todo el mundo, ha logrado sorprender tanto a puristas como a recién llegados al sector.
Nacido del profundo amor de Akihiro Hino (presidente de Level-5) por los libros Mental Gymnastics de Akira Tago, la creación de los japoneses ha brillado por su exquisita fusión entre una narrativa envolvente, un estilo artístico encantador y unos enigmas capaces de activar hasta el último rincón de nuestro cerebro.
Y ha llegado el momento de brillar de nuevo. Por lo menos, para cerrar la primera trilogía de una serie que expande su narrativa y puzles con Profesor Layton y el último viaje en el tiempo, una aventura con 168 puzles inéditos que nos invita esta vez a recorrer el Londres del futuro con la finalidad de desvelar los últimos misterios de Layton y su fiel aprendiz Luke antes de que lleguen los tres nuevos títulos que servirán como precuela de la trilogía actual.
Los puzles del futuro
El argumento vuelve a arrancar una vez más en la ciudad londinense, con nuestra pareja de detectives investigando un invento que cambiará sus vidas para siempre: la máquina del tiempo. Después de presenciar la extraña desaparición del primer ministro británico, a nuestros amigos les tocará viajar 10 años hacia el futuro para intentar esclarecer los sucesos y misterios sin resolver que acaban de tener lugar.
No sabemos si dentro de una década en Londres seguirá lloviendo como hasta ahora, pero por lo que hemos podido comprobar, sí que se nota un poco cambiada, al menos en el juego. Los mecanismos, engranajes y tecnología de vapor son parte de la barroca arquitectura que conforma ahora una urbe donde Layton y Luke descubrirán muchas sorpresas sobre su futuro, pero también sobre su pasado...
Viejos conocidos como el inspector Chelmey regresarán a la acción, aunque gozaremos también de nuevos amigos y enemigos dentro de un título dividido por capítulos y muchas horas repletas de diversión y reflexión.
Vieja lógica para nuevos enigmas
Profesor Layton y el último viaje en el tiempo dispone de 168 puzles en total, dotados de la dificultad propia de anteriores entregas. Menos mal que volverán las pistas (hasta tres por enigma) y las monedas, estrictamente necesarias para adquirirlas, aparte de unos tutoriales que a través de varias lecciones nos ayudarán a comprender las mecánicas de un juego apto tanto para principiantes como para veteranos del mundo del videojuego.
Al conjunto se añaden algunos puzles secretos (sólo disponibles si hemos completado los anteriores juegos) y 50 puzles descargables que nos invitarán una vez más a conseguir todos los "picarats" posibles.
Elementos como la maleta (con el diario de la aventura, los casos sin resolver o el acceso a los puzles ya superados) vuelven en esta entrega, además de la posibilidad de abandonar un puzle por si nos resulta demasiado complicado. Y eso sin contar con la opción de realizar anotaciones sobre la pantalla táctil -algo que vimos por primera vez en Profesor Layton y la Caja de Pandora- o la imprescindible acción de guardar partida, siempre disponible desde nuestro menú.
Elemental, querido Luke
No obstante, la mayor contribución de esta entrega van a ser los minijuegos que desde el primer Profesor Layton siempre han servido para apoyar la trama y puzles de la aventura.
En este caso, nos encontramos con tres nuevos pasatiempos: "Strange Picture Box", tres libros con tres historias gráficas que deberemos de completar con los 30 "sticker" o pegatinas que encontremos; "Toy Car Courses", similar al minijuego del hamster en el anterior juego, aunque esta vez con un vehículo que deberemos de guiar desde un punto A hasta otro B; y "Talking Parrot", con la divertida idea de hacer que un loro aprenda 45 palabras para que se comunique con determinadas personas durante el videojuego.
En definitiva, ingeniosas aportaciones que ayudarán a dar más juego aún a los 168 puzles que nutren un producto que promete hacer gala de la misma calidad de siempre, gracias tanto a una mayor cantidad de vídeos y diálogos como a nuevas melodías (incluida la de los puzles) para que los que se quedaran con ganas de más vuelvan con sus detectives favoritos en una fecha del 2010 todavía por confirmar.