Análisis de Battlefleet Gothic Armada. Una épica cruzada espacial

Análisis de Battlefleet Gothic Armada. Una épica cruzada espacial
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Comandar una flota estelar es lo propio en cualquier videojuego de estrategia espacial, no así sentir que de verdad estás a los mandos de un poderoso crucero de guerra. Battlefleet Gothic: Armada lo consigue, llevándote al conflictivo universo Warhammer 40.000 para que allí demuestres tus dotes estratégicas liderando las flotas de los Orkos, Imperio, Eldar y Caos. ¿Preparado para la guerra?

Viras a estribor de forma brusca mientras pones a toda máquina los motores de tu gigantesca nave espacial confiando en que esa acción te permita escapar de una ráfaga de torpedos… ¡y lo consigues! In extremis salvas la vida aunque no sin pérdidas, pues te has quedado sin cañones con los que disparar a ese destartalado acorazado desde el que los Orkos no dejan de cantar, gritar y disparar como auténticos psicópatas. "¡Pa'vosotroz, humanejoz!", vociferan una y otra vez con cada descarga de su artillería pesada. El caos es absoluto pero en medio de ese infierno encuentras la respuesta a tus súplicas. Solo tienes una oportunidad y la aprovechas. "¡Activad los escudos!", ordenas a los tuyos. Y en ese momento, los motores rugen con furia impulsando la nave hasta colisionar violentamente contra los Orkos, que saltan por los aires sin remedio.

Épico hasta el punto de sonar exagerado, estas son a grandes rasgos las sensaciones que transmite Battlefleet Gothic: Armada. Un desafiante videojuego de estrategia en tiempo real que recrea de forma espectacular la crudeza de las batallas propias del universo Warhammer 40.000. Su acción se desarrolla exclusivamente en el espacio, lo que para algunos usuarios puede limitar el disfrute de la obra, pero no caigáis en ese error. El juego de Tindalos Interactive tiene opciones tácticas suficientes como para emocionar a cualquier fan de la franquicia, pues con ellas logra lo que pocas obras del estilo consiguen: hacerte sentir de verdad al frente de una flota de combate.


Un caos impredecible

Los hay que piensan que la supremacía numérica lo es todo para alcanzar la victoria en un juego de estrategia; que los números están por encima de la habilidad o ingenio del general que comanda a las tropas. A veces ocurre, para qué negarlo, pero no es el caso de Battlefleet Gothic: Armada. El cuánto importa, claro que sí, pero no tanto como tu destreza a los mandos de sus colosales naves de guerra. Sin exagerar. Una batalla con los mismos protagonistas de por medio puede variar enormemente dependiendo de cómo manejes la situación. Porque aquí gestionas el armamento, la posición de disparo, los sistemas defensivos, la potencia de los motores y hasta la aptitud de la tripulación, que en cualquier momento podrá amotinarse si creen que la muerte está próxima.

Orkos, Eldar, Caos e Imperio. Estas son las cuatro armadas a las que podemos liderar… de momento. Más adelante se esperan otras como los Marines Espaciales.
Orkos, Eldar, Caos e Imperio. Estas son las cuatro armadas a las que podemos liderar… de momento. Más adelante se esperan otras como los Marines Espaciales.


El ejemplo con el que abríamos el análisis es perfectamente válido para entender la intensa acción de este videojuego, así que olvidaos del clásico "Abran Fuegos" y esperar a ver qué pasa. En Battlefleet Gothic nunca podéis bajar la guardia, pues siempre hay decisiones tácticas que tomar. Hay montones de habilidades especiales a las que recurrir, órdenes que impartir a las tropas, que pueden aumentar la defensa de las naves o mejorar la precisión de la artillería; y por supuesto, acciones por así decirlo de "pilotaje extremo", que son las que en momentos puntuales de la partida nos harán vibrar de emoción. Cómo no hacerlo, si gracias a ellas podemos evadir una muerte segura o torpedear a un enemigo que parecía lejos de nuestro alcance.

Una épica cruzada espacial


Recrea de forma espectacular la crudeza de las batallas propias del universo Warhammer 40.000

No hay lugar para imposibles en este videojuego cuyo mayor logro, ya lo decíamos antes, es hacerte sentir capitán de toda una flota estelar que para gloria de los fans de Warhammer, también se puede personalizar con cierta libertad escogiendo habilidades especiales, mejoras estructurales, e incluso el nivel de destreza de los tripulantes, que son los que al final determinarán cómo de bien funciona la nave: una artillería más precisa, una tropa más fiel e implacable capaz de resistir abordajes, técnicos que recargarán con mayor celeridad las mejores armas del navío… vosotros decidís como si de una aventura de rol se tratase, invirtiendo los puntos de experiencia y créditos que obtendréis al completar partidas, sin importar si vencéis o sufrís una derrota.

A simple vista no parecen gran cosa pero las opciones de personalización son suficientes como para diferenciar notablemente dos naves del mismo tipo.
A simple vista no parecen gran cosa pero las opciones de personalización son suficientes como para diferenciar notablemente dos naves del mismo tipo.


Battlefleet Gothic: Armada apuesta por un concepto de mundo persistente en el que nuestro almirante y sus tropas ganan veteranía con el paso de las horas, pudiendo así acceder a mejor tecnología y naves más grandes. En la campaña principal, que nos pone al frente de la Flota Imperial durante la 12 Cruzada Negra que les enfrentó a Abaddon el Saqueador y sus huestes del caos, también se incluye un mapa estratégico donde turno tras turno, tendremos que lidiar contra toda clase de problemas evitando que el Caos, Orkos y Eldar se hagan con el control del Sector Gótico. ¿Sensaciones? Buenas pero no excelentes, la verdad, porque si bien la idea es prometedora la ejecución no lo es tanto. Está genial que aun sufriendo derrotas la campaña siga adelante, proponiendo nuevos desafíos y aumentando la dificultad; pero hay pocas opciones entre las que elegir. La base son los combates y se nota.

Una épica cruzada espacial


nuevo pie
nuevo pie


Lástima que las misiones, a la larga, puedan tornarse algo repetitivas aun a pesar de los esfuerzos de los desarrolladores por dotar de variedad a la acción: tenemos misiones de exterminio, de defensa, de asalto a posiciones enemigas y otras, las más emocionantes, que nos llevarán incluso a robar información de una nave enemiga antes de que esta salte a otro sector. Lo que es tan emocionante como suena. ¿El problema? Que suelen ser objetivos genéricos. Salvo casos puntuales, las misiones siguen siempre un mismo esquema jugable; hay muy pocas variaciones. Y eso pasa factura al menos en el modo campaña. Bien distintas son las batallas multijugador, que sin duda son el gran atractivo de Battlefleet Gothic: Armada.

De momento son cuatro las facciones disponibles -Orkos, Eldar, Imperio y Caos-, cada una de ellas con sus propias particularidades que conviene tener en cuenta antes de saltar al campo de batalla, pues aunque en esencia todas se manejan igual, en el fondo son muy distintas entre sí. ¿La pega? Echamos en falta alguna armada más, pero este parece ser ya un problema propio de cualquier videojuego basado en el universo Warhammer. Y es una auténtica lástima, como siempre, pues hablamos de un videojuego que ha sabido trasladar a la perfección la emoción estratégica del juego de mesa en el que se basa. Tarea nada sencilla, huelga decir.

Sorprende el mimo y detalle con el que se han diseñado todas las naves bajo nuestro mando


Perder una nave en batalla puede ser un auténtico drama: los costes de reparación sin elevados y si no contáis con los puntos necesarios, puede que permanezcáis varios turnos sin poder hacer uso de ellas. Eso sin mencionar que también podéis activar la opción de muerte permanente, para que cuando sean destruidas o salten al espacio traicionándonos, desaparezcan para siempre. Aquí puede no pareceros terrible pero cuando perdáis una nave equipada con la última tecnología militar y la mejor tripulación posible nos contáis.
Los caídos en combate - Perder una nave en batalla puede ser un auténtico drama: los costes de reparación sin elevados y si no contáis con los puntos necesarios, puede que permanezcáis varios turnos sin poder hacer uso de ellas. Eso sin mencionar que también podéis activar la opción de muerte permanente, para que cuando sean destruidas o salten al espacio traicionándonos, desaparezcan para siempre. Aquí puede no pareceros terrible pero cuando perdáis una nave equipada con la última tecnología militar y la mejor tripulación posible nos contáis.


La épica de la historia que narra (en inglés pero con textos en español), con el sempiterno tono heroico / catastrofista que caracteriza a la obra de Games Workshop, también ayuda a meterse de lleno en la acción; aunque si algo sorprende de Battlefleet Gothic: Armada es el mimo y detalle con el que se han diseñado todas las naves bajo nuestro mando. Son fiel reflejo de las figuras de Warhammer 40.000. Y ya no es solo que luzcan espectaculares gracias al Unreal Engine 4, que por supuesto, es que además se sienten "reales" dentro de ese contexto de ciencia ficción en el que se mueve la franquicia. A las naves más grandes les cuesta horrores avanzar, virar con agilidad, y eso influye de manera determinante en el modo en el que afrontas la acción. Un gigantesco acorazado de varios kilómetros de longitud no es igual a una pequeña nave de escolta, y nos encanta que se vea reflejado de una forma tan creíble. Sin olvidarnos del sonido. ¡Cómo cruje el metal! Parece que las naves gritan de dolor cada vez viran bruscamente o reciben el impacto de un misil.

Hay tantos pequeños detalles de los que hablar, tantas batallas que contar, que lo mejor que podemos hacer es recomendaros que probéis por vosotros mismos Battlefleet: Gothic Armada. Su campaña principal está algo limitada y se echan en falta más ejércitos a los que liderar, pero la emoción que supone derrotar a un enemigo mayor en número gracias a nuestro buen hacer a los mandos de las naves espaciales no tiene precio.

Muy Bueno

Sin sello
Una épica cruzada espacial

Battlefleet Gothic: Armada

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Es espectacular y emocionante como pocos videojuegos del estilo, pero la mayor virtud de Battlefleet Gothic: Armada es que de verdad te hace sentir al frente de una poderosa flota de naves espaciales. Más que eso. Es tu destreza a los mandos de estos colosales navíos de guerra la que determina el éxito o fracaso de la acción, no el número ni el tipo de unidades implicadas en el conflicto. Y eso es genial. Tanto como las diferencias entre las cuatro facciones en liza. Se echan en falta más armadas y mayor variedad en las misiones, pues a medio plazo la acción puede tornarse algo repetitiva si se disfruta en solitario; pero en compañía de amigos aquí tenéis videojuego para rato.

  • El control total de las naves. Te hace sentir de verdad como un capitán estelar
  • Personalizar la flota y mejorar la destreza de sus tripulantes
  • La acción, el tono de la historia, la épica de las batallas en las que te sumerge
  • El multijugador y el concepto de mundo persistente
  • Las misiones se sienten algo genéricas. Plantean varios objetivos, pero les falta algo
  • Echamos en falta más ejércitos entre los que elegir
Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 10-15 horas + multijugador
Ver requisitos del sistema
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