Si ya es difícil analizar una entrega anual de una saga, ya sea un título deportivo o un shooter militar, imaginaos una beta de uno de estos. Tienes que juzgar apenas un puñado de mapas y unas cuantas armas disponibles, por no hablar de realizar un balance entre avisar de posibles problemas, pero no incidir demasiado en cosas que se puedan solucionar con parches de lanzamiento cuyo contenido desconocemos por el momento. Por lo tanto, hay dos enfoques.
O bien optas por describir el contenido y realizas advertencias puntuales para no pillarte los dedos por posibles cambios de cara al lanzamiento definitivo, o bien tratas de hablar de sensaciones y confías en que sea lo suficientemente representativo para la comunidad como para serle de utilidad. El primero apenas tiene interés según lo veo yo para Modern Warfare 3, porque no deja de ser una beta abierta a todo quien haya reservado el juego. Y el segundo tiene trampa: pocas cosas en la industria del videojuego han apelado más a la nostalgia que la beta del pasado fin de semana.
Pero tampoco es que sea una sorpresa. Activision preparó un cóctel con tres mapas históricos del Modern Warfare 2 original de 2009: Estate, Skidrow, y nada más y nada menos que Favela. Los mapas, evidentemente, están remasterizados para estar a la altura de los estándares gráficos actuales y todos ellos cuentan con los modos Duelo por Equipos, Dominación, Punto Caliente.
Y como alguien que pagaba meses sueltos de Xbox Live Gold para jugar al Modern Warfare 2 original en Xbox 360, no os puedo mentir, ha sido una experiencia maravillosa. Claro que hay camperos, y claro que me sigo enfadando cuando nadie es capaz de acabar con el francotirador de tal o cual balcón, pero este fin de semana ha sido como volver a tener 15 años.
La enésima vuelta a los orígenes
He pasado más horas en Favela que casi en mi propia casa.
Las armas tienen una personalidad muy marcada, y aunque adapta el sistema de personalización de las mismas que llegó con el primer Warzone y las últimas entregas anuales, tenemos cosas como las pistolas dobles, las escopetas con un ritmo característico de bombeo, el típico subfusil muy móvil o incluso francotiradores chulos. Más allá de las rachas de bajas y las ventajas, esta beta de MWIII aboga por la sensación en partida más allá de la obsesión por los menús.
Y hablando de armas, aunque la beta estaba capada al nivel 20 y no podíamos ver todo el contenido en este sentido, sí que es interesante ver que las clases de prueba están muy bien paridas, mostrándote cosas como usar un rifle de francotirador de secundaria, o combinaciones potentes en espacios cortos de Subfusil y Uzi.
A nivel de rachas de bajas, un poco lo mismo. Teníamos los sospechosos habituales como el UAV, o el llamativo Guardián-SC que parece un ventilador que aturde a todos los enemigos que entren en su área. La mayoría de ellas son situacionales, pero cumplen la papeleta sin demasiadas estridencias.
Cuando un juego de disparos tiene un gunplay tan divertido...
El verdadero cambio está en los chalecos. El sistema de personalización de personajes ha cambiado hasta el punto de depender de los objetos equipados y no de unas ventajas o el mítico pick 10. De hecho, pueden cambiar el número de huecos para armas y granadas o el tipo de estos huecos. Es una forma de añadir variedad, pero de una forma algo más dirigida para evitar clases problemáticas.
Quizás el uso de estos mapas concretos, tan míticos como distintos entre sí, hablan de cómo el ritmo de juego depende del escenario. En Favela es todo frenetismo y espacios pequeños donde usar subfusiles o escopetas, en Skidrow tenemos variedad con ciertos pasillos o zonas semiabiertas, mientras en Estate los francotiradores hacen el agosto.
Desde la adopción de los tres carriles al estilo MOBA a partir de Black Ops 2, se ha ido perdiendo un poco de la personalidad de los mapas, más allá de los más jugados, y diluyendo la capacidad de usar distintos sets de armas según estos. Y creo que el valor de estos mapas antiguos es traer de vuelta ese sentimiento de depender del terreno más que nunca.
Toca despejar incógnitas con el lanzamiento
Guerra Terrestre no es tan divertido como parece sobre el papel.
De igual forma, también estaba disponible Guerra Terrestre, un modo de juego habitual en la franquicia, pero que ha cambiado muchísimo de forma desde su estreno como broma de April Fool’s en 2014 con COD: Ghosts. Mapa enorme con muchos vehículos y captura de puntos al estilo Battlefield. Aunque sobre el papel parece divertido, y seguramente gane si juegas en patrulla, se queda en una tierra de nadie entre lo efectivo de Warzone y lo clásico de los mapas ratoneros de COD.
Si una conclusión se puede sacar de esta beta, más allá de hablar de esa historia de que es un DLC venido a más y que ha terminado como juego de precio completo, es lo robusto de la fórmula COD. Estamos hablando de un juego que retoca mapas de hace 14 años, y que usa armas similares… Y sigue funcionando. No hay muchos juegos, incluyendo hitos de la industria, que puedan seguir siendo geniales sin tocar sistemas tan importantes del mismo.
Queda por despejar incógnitas como el modo zombis o la campaña, que no son pequeñas, pero las sensaciones de la beta de Modern Warfare 3 han sido positivas.
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