Volvemos a la II Guerra Mundial con nuestro grupo de comandos en una remasterización con luces y sombras, que nos ha traído grandes recuerdos de la obra original. Te contamos el resultado en nuestro análisis de Commandos 2 HD Remaster.
Que podamos a día de hoy escribir y leer sobre Commandos ya me supone una gran alegría. Hay algo en esta fórmula que no envejece y que llevó a esta especie de mezcla entre sigilo y estrategia a tener admiradores incluso en los últimos años, como demostró Shadow Tactics: Blades of the Shogun. Pero Commandos, y sobre todo Commandos 2, tenía un carisma irreplicable. Había algo en su forma de estructurar los objetivos y la pequeña libertad de acción a la hora de realizar cada uno de ellos. Por no hablar de todas las posibilidades que ofrecían los objetos y soldados. Sentías el peligro real de cada cono de visión y el Control + L resoplando en tu nuca. Había hasta cierto miedo en sobreescribir una partida previa que nos rescatase de una mala decisión. Sí, Commandos siempre ha sido una saga despiadada, que mantiene enganchado mientras el jugador experimenta con las posibilidades de cada unidad hasta dar con la forma más eficiente de lograr algo que parece imposible.
Esa esencia sigue aquí, en Commandos 2 HD Remaster. De alguna manera, eso sí, se ha diluido. Cuando no tienes con qué comparar, es mucho más sencillo olvidarse de los interfaces engorrosos, del lioso esquema de control y lo poco intuitivo que resulta cada acción contextual. ¿Por qué mantener shift, por ejemplo, para abrir una puerta en vez de cambiar el icono al pasar por ella? ¿Hacía falta mantener una combinación de botones para girar la cámara y que esta no respetase siempre la misma posición de su eje? Son cosas que, quizá con algo más de tiempo y dedicación, el equipo de Yipee! Entertainment podría haber modernizado, para que jugar a Commandos hoy día resultase una batalla táctica contra el enemigo y no contra los controles.
Puede entender su estrategia. Esta remasterización no es más que una forma de calentar motores, practicar con el estilo artístico y de diseño de estos juegos y crear su propia entrega desde cero que, al fin y al cabo, es por lo que han comprado la licencia. Sin embargo, tanto Yipee! como Kalypso debían entender que detrás del fenómeno Commandos había un montón de jugadores que esperaban que esta remasterización fuese tratada como se merece, a la altura del que es un referente en su género; manteniendo su espíritu, pero creando un producto no solo más accesible, sino más pulido de lo que ha resultado su lanzamiento.
La calidad de imagen ha ganado en resolución y se nota, pero echamos de menos más cambios en accesibilidad
A día de hoy, no he tenido graves problemas con el juego. En mi partida al menos, han desaparecido los bajones de frames y bugs que dieran al traste con la misión, aunque he leído por ahí que alguna que otra misión puede seguir necesitando trabajo extra. Se nota que el estudio está agotando el tiempo de descuento con los errores más urgentes, estableciendo una lista de prioridades. Eso significa que otros bugs menos peligrosos, pero incómodos, como soldados atravesando estructuras o bloqueando el paso no terminan de estar solucionados del todo. Los hay extraños, como el de la misión 2 de entrenamiento, en la que al lanzar un cóctel molotov, este cae siempre en el centro de la pantalla, haciendo que este objeto no sirva para absolutamente nada. Otros verdaderamente incómodos, sobre todo cuando el tiempo es vital, y que nos hacen perder precisión con el ratón a la hora de seleccionar objetos y unidades. Por suerte el último parche arregla un poco más la cámara, sobre todo las opciones de zoom.
Claro, esta unión entre bugs y falta de interés en crear una experiencia más accesible hacen que la remasterización pierda una oportunidad única de seguir cautivando no solo a clásicos, sino también a nuevos jugadores. El aficionado de toda la vida no tardará en desempolvar sus mecánicas, pero el que se acerque por primera vez a Commandos tendrá que superar una barrera, y esta habría sido la ocasión perfecta para que no hubiera obstáculo alguno en primer lugar. Ahora bien, si logra adaptarse, descubrirá todo lo que en su día Pyro Studios fue capaz de aportar a la estrategia y sigilo —y a los videojuegos, en general—, porque hay algo en su esencia que no envejece. Esa cantidad de oportunidades que nos ofrece no solo cada clase, sino los objetos que podemos llevar abren las posibilidades para que decidamos si nuestra infiltración va a ser silenciosa, creativa o no tan sigilosa.
Tras las líneas enemigas
Poco a poco se van corrigiendo los bugs. En la última versión por fin podemos acercar y alejar la imagen con la rueda del ratón
Jugando de nuevo a Commandos 2, me he dado cuenta de cosas que cuando era más joven ni siquiera pensaba. Pese a que existe un diario de misiones y pistas para ayudarte en tu misión, el juego no es en absoluto un libro abierto. Forma parte del rompecabezas entender cada una de sus sutilezas para lograr la llave que necesitas, desviar la atención de un grupo de soldados o encontrar la estancia a la que debes dirigirte. Casi como si de una aventura gráfica se tratase, las piezas del puzle están ahí, pero el juego te invita a que todo haga «clic» en tu cabeza. Recuerdo perfectamente la transición de Commandos 1 a Commandos 2, porque no se trató de un simple «más y mejor». Pese a que disfruté enormemente de los dos juegos y su expansión Beyond the Call of Duty —no se me olvida el nombre por razones obvias—, esta secuela no solo sorprendió por sus escenarios mejor recreados y más espectaculares. El puzle, sencillamente, era más complejo. Añadir nuevas unidades creaba posibilidades donde antes no las había y cada uno de sus niveles te permitía echar toda la tarde hasta completar el mapa. En ocasiones incluso, después de sudar para llegar casi al final, era un placer reiniciar la misión y hacerlo todo rápido y perfecto.
Esta remasterización hace bien el trabajo de retrotraer al jugador. Es cierto que visualmente se podría haber trabajado más, sobre todo en cuanto a algunas animaciones que incluso han perdido con respecto a la personalidad de las originales. Pero consigue un efecto curioso: ahora se ve como creías que se veía en el pasado. Después de jugar a Commandos 2 HD Remaster, solo hace falta arrancar el juego original o ver un vídeo comparativo para darte cuenta de que la memoria, en ocasiones, juega malas pasadas.
Se ha trabajado en ese primer plano del rostro de los soldados, pero también se ha aumentado de definición el terreno renderizado. Tarea compleja, la verdad, ya que trabajar con gráficos 2D y altas resoluciones no suele dar siempre los mejores resultados si no se pone esfuerzo en ello —me hace pensar en cómo lo harán en Electronic Arts y su remasterización de la saga Command & Conquer, por cierto—. Mayor definición se lo llevan los soldados en el campo de batalla, que ahora cuentan con un modelado algo más complejo, aunque eso hace que en ocasiones no se terminan de adaptar del todo al mapa. Aquí y allá se ha optado siempre por remozar la interfaz, desde todo lo adherido al borde de la pantalla hasta los propios diseños de los objetos y armas que añadimos al inventario.
De pocos enfrentamientos cara a cara saldrás airoso en Commandos. Aquí el sigilo y el factor sorpresa son muy importantes
Otro detalle que se ha respetado es el doblaje original español, el cual perdimos en la versión de Steam del videojuego y que aquí se ha rescatado. Con el sonido, las remasterizaciones siempre han tenido complicaciones. Algunas compañías optan por recrear las melodías y doblar de nuevo los diálogos. En el caso de Yipee!, se ha querido incluir el trabajo sonoro original, intentando limpiar al máximo las pistas, aunque se sigue notando una falta de calidad propia de la época. Y luego, por supuesto, está esa censura que ha acompañado al juego y que elimina todo elemento simbólico que tenga que ver no solo con el nazismo y las esvásticas, sino también incluso con los propios imperialistas del sol naciente japonés. No sé si Kalypso piensa que el jugador de videojuego es tan infantil como para sentirse afectado por esta simbología, sinceramente. Sus últimas declaraciones, que afirman que “No queremos fomentar el racismo, la discriminación o la exclusión con nuestros juegos”, dan la sensación de querer anticiparse a posibles polémicas. Como también se han eliminado los cuerpos calcinados por el fuego, creo simplemente que han decidido optar por una vía que no hiera ningún tipo de sensibilidad —que incluye, por cierto, eliminar a Hitler de la introducción original—, y personalmente no puedo estar de acuerdo con ello, dado que el material original tenía otro espíritu. ¿Eran otros tiempos los de Commandos 2? Sí, claro. Y el nazismo alemán también eran otros tiempos. Así es la Historia. Se pierde también su modo multijugador, aunque confieso no haber jugado en su momento, por lo que no puedo medir exactamente cuánto peso tenía en la versión original.
Con todo, no creo que tengas que recurrir al original o su otra versión si quieres vivir por primera vez Commandos 2, ahora que ha salido esta. El remaster tiene el suficiente trabajo como para ayudar a que el juego luzca mejor. Sin embargo había mucho más que se podía hacer en términos de rediseño y remozado. No me cabe duda de que las acciones de nuestros comandos podían ser más accesibles y habría sido una mejor oportunidad para ir probando cómo, de cara a la nueva entrega. Y, sobre todo, la cantidad de bugs que quedan aún son suficientes como para que tu experiencia resulte, al menos, incómoda. El resultado es una remasterización muy justita para un juego excelente al que le pesan los años. Lo justo, también, para calentar motores de cara al futuro de esta licencia tan querida. Pero el aficionado habría abierto más los brazos a ese futuro si el producto final se hubiera cuidado más.
Commandos 2 HD Remaster hace lo justo para traer de vuelta este clásico con una mejor resolución para el entorno y sus personajes. Lamentablemente, también trae consigo unos cuantos bugs que se van solucionado parche tras parche, pero el equipo de Yipee! no parece haber querido remozar nada que tenga que ver con su esquema de control, el cual podría haber hecho más accesible para que muchos jugadores conozcan también por primera vez el que fue, y probablemente siga siendo, un referente en su propio género.
- Sigue siendo Commandos 2, el referente en su propio género.
- Se agradecen las mejoras de resolución en el escenario y sus personajes.
- Múltiples bugs que poco a poco se van solucionando, pero todavía hacen la experiencia algo incómoda.
- Se podía haber creado un esquema de control alternativo, más accesible e intuitivo.
