Hacer un remake de Dragon Quest III en 2024 es una tarea muy complicada. Para empezar, porque este juego es anterior a lo que todos tenemos asumido que es el JRPG ahora. Aunque sí hay momentos emotivos, no hay un gran drama de fondo, tampoco un tremendo desarrollo de personajes ni un mundo especialmente coherente. Los combates son durísimos, aleatorios y por turnos.
Los personajes de nuestro equipo se reclutan en una taberna y son moneda de cambio, carne de cañón. Les asignamos una vocación, los subimos de nivel, los mandamos a otros mundos como refuerzos, les cambiamos sus talentos y sacamos la calculadora para que sean los guerreros más útiles para cada situación. Parece un proceso muy frío, pero la verdad es que les acabas cogiendo cariño a los secuaces que creas.
Dragon Quest III se creó en una época en la que las mazmorras se diseñaban para torturar a los jugadores con combates aleatorios. Había que resistir, haber elegido bien a nuestros compañeros y resistir todas las dificultades, bifurcaciones y trampas que las cuevas, pirámides y ruinas tenían para que tuviéramos que pasar por más y más combates. Esa era la base de todo. Llegabas a un pueblo, te cargabas de pociones, te tomabas muy en serio la equipación de tu grupo y sus roles (curandero, mago, guerrero…) y te pasabas toda la semana yendo y viniendo de la mazmorra, subiendo de nivel, haciéndote más fuerte, sufriendo, resistiendo y perseverando. Eran otros tiempos.
Dragon Quest III reivindica un tipo de JRPG que ya no existe en el mainstream
Tras muchos intentos, conseguías tu objetivo, matabas al jefe del final de la dungeon ¡y eso era un subidón genial! Tu premio era nuevo equipo y desbloquear una nueva región con una mazmorra todavía más difícil por delante. Eso es Dragon Quest III, un juego de rol desarrollado en plena fascinación por Wizardry, y que se parece muchísimo más a Etrian Odyssey que a Dragon Quest XI.
Es una aventura durísima, muy desafiante y tan opaca como los juegos de antes
Por eso digo que Dragon Quest III es un remake difícil de plantear hoy en día y que no es para todo el mundo. Eso sí, he de decir que me ha encantado como se ha afrontado este desafío. Dragon Quest III HD-2D Remake respeta al máximo la idea del juego original. Es una aventura durísima, muy desafiante y tan opaca como los juegos de antes.
El enfoque de su HD-2D es muy distinto al de Octopath Traveller. Los personajes, escenarios y mundos se ven muy bien, pero la cámara se aleja lo suficiente para que se genere esa distancia entre juego y jugador tan propia de los títulos de mazmorreo clásico. Por eso, también sigue pareciendo un juego de NES en cómo se comunica con el jugador, y eso le da a la aventura un aire de misterio y opacidad súper seductor.
Este remake es bonito, pero es tan parco en explicaciones como el original
Los videojuegos actuales están obsesionados con explicarle cada pequeño detalle al jugador para que no se frustre o se equivoque, pero los títulos de los 80 y los 90 le permitían al jugador equivocarse como parte de la experiencia. Eso no solo se nota aquí en su falta expresa de explicaciones sobre las reglas del mundo, también en el uso de objetos que tienen acciones aleatorias.
En un videojuego en el que tener o no puntos de magia implica poder seguir avanzando o no
Mi ítem favorito es un anillo que recupera PM. Lo puedes usar a saco y seguido, pero se puede romper cuando le dé la gana. En un videojuego en el que tener o no puntos de magia implica poder seguir avanzando o no por una mazmorra, imagínate lo frustrante que llega a ser que este anillo se rompa sin querer. Pues Dragon Quest III HD-2D Remake es esto todo el tiempo, tanto en sus combates como en todo.
Este remake ha respetado todo eso en lo visual, en la estructura y en lo jugable, pero ha añadido una serie de opciones para que los que no están acostumbrados a esto lo puedan disfrutar. Si lo que te he contado te ha sonado muy indigesto, lo mejor es que selecciones combates automáticos a toda velocidad y el modo de juego fácil. Al automatizar las peleas, podrás ver cómo se combate bien. El modo de juego fácil te da más fuerza y se la quita a los enemigos, pero hace algo más, te vuelve inmortal. Si un monstruo te va a arrebatar toda tu vida, te quedarás a uno.
Hay opciones perfectas para que Dragon Quest III se haga mucho más fácil
Puedes hacer este cambio en cualquier momento, y lo cierto es que es una opción muy útil para las primeras horas de juego. En el momento en el que subas de nivel un poco por encima de lo que se espera, hayas montado un buen grupo y los tengas convenientemente armados, podrás poner el juego en normal y seguir avanzando. Esta opción puede parecer un sacrilegio, pero a mí me ha gustado. Ojalá gracias a estas comodidad más gente se acerque a este tipo de videojuegos… Y se publique un nuevo Etrian Odyssey, ya que estamos.
También puedes seleccionar algo que te hará falta: señalar tu siguiente objetivo en el mapa. Esto lo hace muy bien este remake, porque te indica claramente a qué lugar hay que ir en el mapamundi, pero lo hace discretamente cuando estás en el interior de una mazmorra, para que disfrutes perdiéndote. Si vienes de nuevas a este tipo de juegos, descubrirás que no siempre hay alguien que te explique que debes ir a cierta montaña a encontrar una llave. En su lugar, un soldado te dirá que si no sabes ni por dónde empezar a buscar esa llave, es que eres un héroe de pacotilla.
Con todas estas opciones, Dragon Quest III HD-2D Remake no es solo un buen videojuego o un buen remake, sino el mejor embajador para este tipo de títulos. Es un título durísimo, con muy pocas guías, que emplea el sentimiento de libertad como el peor enemigo del héroe y que es dificilísimo. Está preparado para ser disfrutado con calma en su modo normal, pero también se puede superar con todas las comodidades del mundo. Así descubrirás lo que tiene para ofrecerte y te animarás a disfrutar las secciones que a ti te apetezca como se ha diseñado el juego originalmente.
Te sientes muy libre jugando a Dragon Quest 3
Además de ser muy acertado el lavado de cara, el tono e intenciones del remake y también las opciones de calidad de vida, Dragon Quest III HD-2D Remake ofrece algunas novedades con respecto al juego original. Se han añadido algunas pequeñas escenas para dar más contexto a la historia de la aventura. No son gran cosa, pero se agradecen. Se ha añadido la vocación de domador de monstruos, que puede usar habilidades que encontramos de determinadas criaturas del mundo.
Esta es una novedad muy chula, ya que el mundo de Dragon Quest III tiene muchos secretos y misiones secundarias escondidas. Entre ellas está la de reclutar monstruos para combatir con ellos en las arenas, y esta vocación le da mucho más sentido y coherencia a esta propuesta. Con todas estas opciones, para mí esta es la mejor manera de jugar ahora mismo a Dragon Quest III y también la mejor toma de contacto para aprender a apreciar la forma de ser de aquellos primeros JRPG que llegaron al mundo heredando el espíritu de Wizardry y Ultima.
He de reconocer que, tras pasarme Dragon Quest III, ahora solo deseo que esta forma tan clásica de entender el JRPG regrese y se explote. Y eso dice mucho de cómo me ha gustado jugar a este título, ha sido revelador.
Dragon Quest III HD-2D Remake no es un JRPG para todo el mundo. No es dulce, claro, guiado y facilón como Octopath Traveler, aunque lo parezca por su apartado artístico. Es duro y de esos juegos en los que hay que sacar la calculadora en los combates. Este remake ha respetado todo eso, lo ha reivindicado y le ha añadido opciones para facilitar el acercamiento a sus sistemas de juego. A mí me ha parecido un remake sensacional con un único “pero”, el arte de Akira Toriyama se pierde con el nuevo estilo visual. Por lo demás, fantástico, pero tienes que saber a lo que te metes. Si entras, no saldrás, y te costará volver al género tal y como está ahora.
Comprar Dragon Quest 3 HD-2D Remake- Es un JRPG de los de antes, deliciosamente duro.
- Tiene opciones suficientes para hacer la aventura más accesible, sin dejar de enseñar los dientes.
- Tienes que tomarte el juego con calma. Mola muchísimo tener que cambiar el chip
- El remake visual está hecho con muchísimo gusto. Se sigue sintiendo un juego de NES, pero mucho más bonito.
- Ojo, hay muchísimos combates aleatorios, y te pueden desesperar
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