Dragon Quest Builders es uno de los títulos más interesantes que ha realizado Square Enix en los últimos años. Prueba de ello es que tengamos una continuación, DQB2, actualmente en desarrollo. Pero antes de que llegue, Nintendo Switch tiene una cita con la primera entrega. ¿Cómo le sienta? Aquí nuestro análisis.
Cuando vimos por primera vez Dragon Quest Builders, nuestros pensamientos se iban directamente a Minecraft, aquel exitoso videojuego creado por el ahora multimillonario Markus Persson. Sin embargo, ¿era justa la comparación? Por una parte, uno no habría existido sin el otro. Pero por otro lado, la obra de Square Enix tiene muchas particularidades, llevando el concepto original a su propio terreno, que es al final lo que cuenta.
Nosotros ya dijimos en el análisis de Dragon Quest Builders que la idea era extraordinaria. Llevar la magia de Dragon Quest a un entorno de construcción, con toques de aventura y supervivencia, se materializó en un videojuego muy interesante. Era adictivo y duradero, con un mínimo de 40 horas de juego en las que tratábamos de reconstruir el mundo de Alefgard, sumido en las tinieblas después de que nuestro héroe hubiese hecho un pacto con el diablo (Draconarius).
DQB fue estrenado originalmente hacia finales de 2016, y ahora lo que obtenemos en Nintendo Switch es exactamente el mismo videojuego. Sabemos lo que suele ocurrir con los "ports" cuando no se tratan bien, pero los japoneses han demostrado respeto por su propia obra, con un rendimiento técnico sobresaliente y hasta el añadido de algún que otro detalle, especialmente indicado para rememorar los ya más de 30 años de Dragon Quest que ha cumplido esta reputada franquicia.
La aventura de construir
Todos sabemos qué es Minecraft, pero sería de un reduccionismo absoluto decir que Dragon Quest Builders hace lo mismo. No es así. Se erige sobre sus principios de "looting" y "crafting". Encontrar materiales con los que crear diferentes objetos, y así ir avanzando en la aventura, es la clave principal del videojuego. Esto se combina con la necesidad de encontrar comida para no desfallecer, y otra importante mecánica apoyada en un sistema de combate sencillo pero satisfactorio, basado en atizar en tiempo real a los enemigos hasta que caigan.
DQB es un título accesible para una gran mayoría, incluso los que no estén curtidos en la saga
Podemos decir que esto es DQB, pero queda lo más importante. A diferencia de Minecraft, este videojuego no es tan "open-ended", sino que posee una estructura y narrativa. Es decir, se nos guía en nuestros pasos de una forma bastante efectiva. Es algo que permite introducir al usuario conceptos de forma ordenada, proponerle nuevos retos, y principalmente llevarle por un camino de progresión que se basa en la superación de varios escenarios (uno tras otro). Supone un gran acierto, haciendo el título accesible para una gran mayoría, incluso a pesar de que no se sepa nada sobre Dragon Quest.
Todo sustentado sobre unos principios jugables que se repiten hasta el final del periplo: encontrar materiales, reconstruir el mundo, derrotar monstruos e incrementar nuestro nivel de experiencia, así como mejorar equipamiento: desde armas hasta uniformes. Una narrativa de fondo sigue nuestro camino, apoyado en transiciones día-noche, la necesidad de obtener comida y de evitar que la barra de vida caiga a cero. Por supuesto, hay guardado de partida.
En esencia, es un título recomendadísimo si no tuviste la oportunidad de disfrutarlo. Más ahora que llega a Nintendo Switch. La versión es idéntica a la que vimos en PlayStation 4 y PlayStation Vita, con el mismo rendimiento técnico (de sobresaliente) y un apartado audiovisual que no pierde ni un gramo de su solidez. Es visualmente agradable y colorido, muy en la línea de lo que se ha defendido en la serie, siempre acompañada de las ilustraciones de Akira Toriyama. Musicalmente es una delicia, con las mágicas composiciones de Koichi Sugiyama, las cuales acabas tarareando por una u otra razón.
Pero centrándonos en Nintendo Switch, es necesario destacar lo bien que sienta su carácter híbrido. Es tan agradable jugarlo en el sofá con un televisor y el mando Pro, como en el transporte público, debido a que es un título relajado, que agradece tanto que le dediques diez minutos como tres horas seguidas. La adicción que provoca es intensa, y creemos que tiene la capacidad de hacer que te intereses por Dragon Quest si es que no te habías metido demasiado en la licencia.
Es tan agradable jugarlo en el sofá con un televisor y el mando Pro como relajado en el transporte público con el modo portátil
Lo único que podemos achacar a esta versión es que proponga tan pocas novedades. Sólo podemos hablar de la incorporación de "dientecillos de sable", que nos ayuda a recorrer los escenarios (bastante extensos), así como obtener nuevos materiales, especialmente destinados a los jugadores más nostálgicos, para que construyan entornos emulando a la época de los 8-bits en que nació la saga. Evidentemente, no supone razón suficiente para rejugar al título, ni mucho menos, pero sí un premio para aquellos que confíen en una adaptación más que correcta y que cumple el nunca irrelevante objetivo de llevar grandes títulos a cada vez más usuarios. Dragon Quest Builders lo merecía, sin duda.
Dragon Quest Builders para Nintendo Switch es una adaptación excelente, un "port" de buen rendimiento técnico que se convierte en una gran opción de juego para aquellos que no hubiesen descubierto aún este interesante título. Su duración es enorme, así como capacidad de adicción y variedad de situaciones en un mundo por reconstruir. Se echan en falta novedades exclusivas para esta versión, pero aún así es una fantástica incorporación al catálogo de la plataforma híbrida de Nintendo.
Comprar Dragon Quest: Builders- Buen trabajo de adaptación a Nintendo Switch
- La incorporación de una montura facilita el desplazamiento por el escenario
- Rendimiento técnico excelente, sin ralentizaciones
- Como el original, gran capacidad de adicción y cantidad de horas de juego
- Prácticamente sin novedades con respecto al lanzamiento original
