Así se lo hizo a saber a escolares de ocho años de un colegio británico.
Durante una visita a un colegio de Sussex, al sur de Inglaterra, el príncipe Harry sorprendió a los alumnos del centro preocupándose por sus hábitos de entretenimiento. En concreto, mostró su disconformidad con que los niños estuvieran jugando a Fortnite en vez de a otros títulos más recomendables para su edad.
Según declararon los estudiantes, el nieto de la Reina de Inglaterra se molestó de que los padres permitieran a sus hijos disfrutar de estas propuestas online sin hacer caso a la edad recomendada -Fortnite tiene un PEGI 12-. Un hecho con el que también coincidió la maestra de los niños, indicando que es otra de sus preocupaciones.
El más que exitoso battle royale de Epic Games protagonizó tiempo atrás en Reino Unido informaciones menos simpáticas que esta anécdota. Así, hace unos meses la prensa británica acusó a Fortnite de convertir a los niños en monstruos.