Si disfrutaste God of War III en su momento habrás seguido con interés la remasterización del juego de Sony. A pesar de grandes titulares como su resolución de 1080p, su frame-rate a 60 cuadros por segundo y sus texturas y efectos mejorados no va a ser un referente visual por el tiempo transcurrido, sin embargo su calidad jugable sigue siendo su reclamo. Nunca has visto mejor una de las grandes aventuras de Kratos.
Dejando de lado cuestiones como la sobreexposición en los últimos tiempos de versiones mejoradas de juegos de la anterior generación, lo cierto es que la de God of War III se cuenta entre las que ciñen su trabajo de remasterización a lo puramente estético. Resolución Full-HD para hacer todavía más vistoso el look general de sus ya de por sí imponentes escenarios, 60 frames por segundo para incrementar la fluidez de los movimientos y del emblemático combate, trabajo sobre las texturas y los efectos y, por último, también los contenidos descargables que propuso el videojuego de Sony Santa Monica en su momento.
Por si fuera poco el objetivo trasladado a la nueva generación no podía ser mejor. La tercera aventura para consolas de sobremesa de Kratos se cuenta entre los mejores Hack and Slash de una generación tan rica para el género como la anterior, y fue un episodio que multiplicó la épica de un universo que ya había dejado generosos rasgos de lo que podía lograr en lo artístico en los juegos anteriores. Toda la brutalidad del salvaje espartano sigue intacta en esta epopeya que tiene algunos de los momentos más inolvidables de la franquicia al completo.
De Camino al Olimpo
La historia de God of War III continúa directamente la de la segunda entrega y, de hecho, tiene en cuenta algunos elementos nada accesorios que se presentaron en las entregas portátiles de la serie. ¿Por qué comenzamos por el guión en una remasterización? Porque resulta curiosa la elección de Sony de traer a la nueva generación este episodio como punto de entrada para aficionados neófitos a la saga. Esto, claro, no significa que no se pueda disfrutar del tercer videojuego sin haber superado los anteriores puesto que no funciona nada mal en lo argumental como juego independiente, pero sí que es cierto que no vamos a entender muchas de las referencias ni a seguir el hilo argumental al completo sin ese bagaje extra.
Como sí se puede disfrutar plenamente el programa y donde es una verdadera maravilla es en su faceta relacionada de forma exclusiva con lo jugable. Ahí nos olvidamos de que narrativamente sea, probablemente, el juego menos satisfactorio de la franquicia y que su final nos dejara algo fríos, puesto que por el contrario los combates, la exploración, los rompecabezas y las secciones de plataformas son maravillosos y rinden a un nivel extraordinario. Todos los engranajes que conforman el videojuego en sí mismo rinden a un nivel extraordinario, y la acción es tan brutal, adictiva y satisfactoria como lo ha sido en todos los episodios de la franquicia. God of War III empieza por todo lo alto, con uno de nuestros prólogos favoritos de cuantos ha protagonizado Kratos, y después es capaz de mantener el ritmo casi siempre, con sólo momentos puntuales de caída en algunas secciones menos frescas y decididamente menos logradas.
La tercera aventura para consolas de sobremesa de Kratos se cuenta entre los mejores Hack and Slash de una generación tan rica para el género como la anterior
Lo que no ha perdido un ápice de su atractivo son las escenas de acción, lideradas por esa demoledora danza de la muerte que protagoniza un Kratos que se beneficia muy mucho de que lo podamos disfrutar en esta ocasión a 60 frames por segundo. El control y la respuesta siempre han sido exquisitos, pero ahora con una tasa de cuadros estable alrededor de esa cifra todo es más majestuoso visualmente y también más fluido en su disfrute. Como ya dejamos claro en el análisis de las revisiones de DMC y Devil May Cry 4, los hack and slash que son veloces y trepidantes se benefician mucho de esta velocidad extra en movimientos y acciones, y si bien este juego no está fijado en esa cifra de forma totalmente escrupulosa, sí que debe quedar claro que nunca muestra grandes caídas.
Claro que si hablamos de claridad en la exposición tenemos que hacer referencia a los cambios gráficos que, aquí sí se limitan a lo puramente cosmético, pero que revisten el videojuego de una capa extra de belleza. Artísticamente God of War III es uno de los lanzamientos más poderosos de la IP, y la inyección extra de resolución garantiza una nitidez acentuada que le sienta francamente bien. El hecho de que el juego fuera lanzado en 2010, hace más de cinco años, podría invitar a pensar a algunos que ha envejecido francamente mal, sin embargo era un producto muy avanzado para su momento, lo que se ha traducido en que su traslado a la nueva generación es mucho más que digno. Los colosales titanes lucen mejor que nunca, los escenarios transmiten incluso de forma más notable sus épicas dimensiones y el modelado de Kratos y del resto de personajes deja de mayor manifiesto el buen acabado del que goza gracias a esos píxeles extra en pantalla; aunque también debemos decir que hay algunos que no están a la misma altura que el resto, por desgracia. Por otro lado también hay un interesante trabajo en cuanto a texturas y efectos lumínicos que ayudan a engordar la calidad de lo que se muestra.
Lamentablemente el tema de las cinemáticas es harina de otro costal. Si juegos como la estupenda remasterización de The Last of Us hicieron un gran trabajo a la hora de rehacerlas de nuevo desde cero, no ha sido el caso del de Sony Santa Monica, que presenta una baja resolución en los vídeos que empequeñece notablemente el conjunto cosmético de la obra. No es que luzcan mal, ni mucho menos, pero desde luego no están a la altura de lo que esperamos de un trabajo de revisión de un clásico de este tipo, y en contraste con la nitidez y el buen hacer de las partes jugables desentona negativamente.
El lanzamiento trajo consigo algunos DLCs que están incluidos en este embalaje, aunque no son tan ricos por tamaño u oferta jugable como los que otras producciones han venido ofreciendo a posteriori. Hay algunos skins y también arenas de combate extra, pero no es nada que el aficionado fuera a echar en falta si no hubiera estado presente. Se trata de un extra testimonial que, sin embargo, como siempre agradecemos. Otra de las novedades es el Modo Foto, que está convirtiéndose en uno de los grandes reclamos de algunos videojuegos Triple-A en general, con abanderados multiplataforma como La Tierra-Media: Sombras de Mordor, pero especialmente en los videojuegos exclusivos de Sony donde ha logrado grandísimos resultados estéticos como con The Order: 1886 o inFamous: Second Son. En esta ocasión el resultado es el mismo a lo que nos hemos venido acostumbrando, con las habituales opciones de posicionamiento, los filtros y la posibilidad de compartir nuestras hermosas instantáneas que, una vez más, vuelven a beneficiarse del gusto de esta obra de Sony Santa Monica por lo grandilocuente y desaforado.
Con 1080p y 60fps, mejoras visuales y todos los DLCs, no se nos ocurre mejor manera de disfrutar a día de hoy de God of War III que con esta remasterización. Como siempre en estos casos nuestro interés en él dependerá principalmente de si ya lo jugamos en su momento, sin embargo no faltarán quienes deseen volverse a sumergir en uno de los grandes juegos de los últimos tiempos atraídos por su nuevo y potente aspecto.
Comprar God of War 3: Remastered- La resolución de 1080p le sientan muy bien a las dimensiones colosales del juego
- El nuevo frame-rate mejora todavía más la fluidez del combate
- A pesar de los años sigue siendo uno de los grandes Hack and Slash
- A nivel argumental sigue siendo una de las entregas más flojas de la saga
- El pobre aspecto de las secuencias pre-renderizadas no hace justicia al resto
