Dos pantallas, dos estilos de juego diferentes y un único objetivo: la diversión. EA Tiburon crea uno de los experimentos interactivos más inimaginables en la actualidad juntando en una sola tarjeta DS los cada vez más olvidados géneros de los puzles y las plataformas.
Simple, adictivo y de la vieja escuela. No hacen falta muchas palabras más para definir a Henry Hatsworth in the Puzzling Adventure, un videojuego que, aunque desarrollado por apenas siete personas, ha sabido colarse sigilosamente en el catálogo de Nintendo DS para ofrecernos una aventura que mezcla plataformas y puzles creando una experiencia única que pone de manifiesto el talento y creatividad de EA Tiburon.
El planteamiento del título es sencillo. Tanto, que se podría simplificar en la idea de tener dos videojuegos de diferentes géneros concentrados en una única tarjeta DS. La pantalla superior para la acción plataformera y la inferior para la resolución de puzles basados en bloques de colores. Eso sí, todo interconectado mediante una dinámica de juego elaborada, pulida y envidiablemente planteada.
Si ahora recubrimos a este plataformas puzlero con un argumento y ponemos como protagonista a un pixelado aventurero británico que va en busca de tesoros, entonces ya tenemos el juego de "scroll" horizontal que el equipo encabezado por Kyle Gray se ha sacado de la manga. Un título que nos pondrá en el papel del inglés Hatsworth para recorrer el mundo en la búsqueda del "traje del caballero", el cual permite a la persona que lo vista controlar un mundo paralelo plagado de muchos puzles, pero también de tesoros de incalculable valor.
Dos géneros, dos pantallas y una experiencia
Cinco mundos y más de 30 niveles son los responsables de las más de diez horas de juego que nos ofrece una obra que puede presumir de una dificultad exquisitamente ajustada, propia de la época de las consolas de 8 bits.
Cuando nos encontremos en la acción plataformera, podremos avanzar por el escenario, realizar saltos ajustados, atacar a los rivales con una espada, lanzar bombas e incluso usar una escopeta para defendernos desde la distancia. Hasta aquí, nada se diferencia de un juego tradicional, salvo un detalle, y es que los seres que abatamos, convertidos en bloques de colores, caerán en la pantalla inferior de nuestra DS.
He ahí la magia de lo nuevo de Electronic Arts, ya que si no hacemos nada por evitarlo, dichos bloques ascenderán como en el clásico Tetris hasta salirse por la pantalla superior para atacarnos. El mundo de los plataformas y el de los puzles están interconectados en Henry Hatsworth in the Puzzling Adventure, así que tendremos que hacer lo necesario para reconducir el "problema" en nuestro beneficio. ¿Cómo? Pues apretando X para pausar la acción plataformera, cogiendo nuestro stylus y comenzando a mover bloques con el objetivo de agrupar a tres o más del mismo color hasta hacerlos desaparecer.
La verdadera lógica plataformera
La idea detrás de Henry Hatsworth in the Puzzling Adventure es sencilla, aunque no exenta de retos, y es que una de las mayores dificultades estriba en que nuestra permanencia en el mundo de los puzles está controlada por el rompecabezómetro, un indicador que se rellena mientras estamos en la aventura plataformera.
Se trata, por tanto, de una simbiosis entre los dos géneros. Plataformas y puzles se alternan con una lógica dinámica, de manera que ambas formas de entender el entretenimiento se complementan y entran en armonía, dando lugar a una experiencia unitaria y francamente satisfactoria.
A esto contribuye el hecho de que juntar bloques con éxito arroja consecuencias en el mundo de la pantalla superior de nuestra DS. Regeneración de vida, potenciadores, paralizadores de enemigos... Las posibilidades son extensas, aunque la que más llama la atención es la "hora del té[/t]", un poder especial que, una vez hayamos juntado y, consecuentemente hecho desaparecer los bloques necesarios, nos meterá en el cuerpo de un [b]robot invencible capaz de hacernos avanzar más fácilmente por el escenario de la pantalla superior.
Llegó la hora del té
El patrón jugable se repite fase tras fase, pero no por ello el videojuego resulta monótono. Los variados escenarios, la presencia de enemigos finales, la adquisición de nuevas habilidades (como la de trepar por muros) o la compra de mejoras -gracias al dinero que recojamos al vencer enemigos- ayudan, y mucho, a obtener una sensación de juego sobresaliente.
Además, si a esto le sumamos una banda sonora agradable -con más de 30 composiciones- y un apartado gráfico retro, colorido y propio de principios de los 90, obtenemos un cóctel de lo más apetecible, sobre todo para aquellos que antepongan la diversión a la espectacularidad gráfica.
Henry Hatsworth in the Puzzling Adventure ha sido, por tanto, toda una sorpresa, superando nuestras expectativas y dando una vez más la razón a la originalidad, al talento y a las ganas de hacer las cosas bien. Desde luego, con apuestas así nos queda cada vez más claro que si el género de las plataformas murió fue porque alguien nunca quiso reinventarlo. En definitiva, una compra obligada para los amantes de los puzles y las aventuras de toda la vida. La elegancia y efectividad del inglés Henry Hatsworth será difícil que defrauda a alguien.
La imaginación es inagotable y creaciones como la de EA Tiburon no hacen más que confirmárnoslo. Henry Hatsworth in the Puzzling Adventure es un atípico ejemplo de cómo rescatar dos géneros olvidados (plataformas y puzles) para ordenarlos, juntar sus fuerzas y crear una experiencia de juego única, adictiva y francamente divertida.
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