El departamento legal de Riot Games está sudando la gota gorda en los últimos meses. Tras emprender demandas por lo que consideran plagios de sus videojuegos, desde la compañía han tenido que abrir un nuevo litigio. Esta vez se querellan contra FTX. La recién quebrada empresa de criptomonedas era uno de los patrocinadores de la competición continental de League of Legends en Norteamérica. Un acuerdo que comenzó con muchas críticas de la comunidad y que ha terminado de la forma más desastrosa después de que Sam Bankman-Fried declarase la quiebra de su empresa.
Un fracaso del que Riot Games no ha querido aprender nada
El acuerdo entre Riot Games y FTX estaba tasado en 96 millones de dólares que la empresa de criptomonedas debía pagar entre los años 2022 y 2028. La suma ascendía de forma anual de modo que en el primer año la desarrolladora de League of Legends, Valorant o Teamfight Tactics debía recibir unos 12,5 millones de dólares. Sin embargo, solo la mitad de esta cantidad (6,25 mill.) fueron abonados hasta ahora. La suma, por supuesto, no va a ascender teniendo en cuenta la situación financiera de su deudor.
La demanda, sin embargo, no busca ingresar la cantidad que ha quedado pendiente. En lugar de eso, Riot Games quiere una salida legal para su acuerdo de patrocinio exclusivo con FTX. La compañía de Sam Bankman-Fried se había garantizado ser la única empresa de criptomonedas con la que los desarrolladores podrían mantener una asociación. En este sentido, la desarrolladora lo tiene claro: necesita quitarse de encima a SBF para buscar un nuevo acuerdo relacionado con este tipo de divisas. Pese al fracaso absoluto de su primera intentona y los malos resultados financieros de la mayoría de estas compañías, parecen dispuestos a volver a intentarlo.
Adicionalmente, la demanda contra FTX también acusa a Sam Bankman-Fried de dañar la reputación de League of Legends. El fundador de la empresa “era conocido por jugar partidas durante sus reuniones de negocios”. También se señala en la demanda que al mismo momento que su empresa se iba a la quiebra, estaba echando unas partidas al videojuego de Riot Games. Una situación que fue recogida por diferentes medios y que, según relata la demanda, “fue comentada por figuras públicas como Elon Musk o Alexandria Ocasio-Cortez (congresista de Estados Unidos)”.
El propio SBF aseguró ser "infame" por jugar a League of Legends durante sus llamadas de trabajo
La polémica de Riot Games con las criptomonedas
Más allá de implicaciones éticas o del desaguisado que muchos ya veían venir, el acuerdo de patrocinio de Riot Games con una empresa de criptomonedas generó polémica entre la comunidad al considerarse injusto. Las divisas vinculadas a la ‘blockchain’ y las empresas especializadas en su explotación están entre la categoría de patrocinios prohibidos para los clubes que participan en las competiciones oficiales de League of Legends o Valorant. Sus logos no pueden aparecer en camisetas y, aunque fuera del escenario los equipos son libres de hacer lo que quieran, esto supone un recorte considerable a sus ingresos.
Esta medida fue justificada por la desarrolladora como una forma de asegurar la emisión mundial de sus competiciones. Mientras que los rótulos agregados en la propia retransmisión pueden ocultarse en aquellos países donde no esté permitido promocionar las criptomonedas, no sucede lo mismo con los nombres o los logos en las camisetas de los equipos. La justificación, todo sea dicho, no sentó bien a todo el mundo. Tampoco parece que vaya a hacerlo si la compañía finalmente decide repetir acuerdo con una empresa de criptomonedas.