Si tienes la suficiente edad seguro que has jugado a un Max Payne... Remedy homenajea a su clásico más de diez años después y, de la mano de Rockstar, nos brinda un más que notable port para iOS de uno de los mejores shooters de todos los tiempos.
Uno de los grandes clásicos de los shooters en tercera persona ha seguido el camino de tantos otros videojuegos legendarios y, tras años de su lanzamiento, debuta en plataformas móviles. Hoy nos acercamos a la versión para iOS del genial videojuego que llevó a cabo Remedy en 2001 y que puso definitivamente en el mapa al estudio nórdico: Max Payne.
Ahora tenemos entre manos una transición francamente interesante del juego a los controles táctiles. Un traslado al que quizá le falta algo de precisión en su manejo para ser plenamente recomendable, pero que se convierte en una opción muy interesante para los aficionados a los shooters que quieran disfrutar de este tipo de experiencias en la pantalla de su dispositivo.
New York Noire
Al igual que vimos hace unos meses con la versión de GTA III para iOS, Rockstar se ha aventurado a trasladar otro clásico del pasado a smartphones y tabletas, y lo ha hecho con la misma idea: la de transportar al completo la experiencia que veíamos en el original y plasmarla de la mejor manera posible en este tipo de dispositivos.
En este sentido el juego hace un trabajo impecable, con la formidable historia del original a la cabeza de un port que en este sentido roza lo perfecto. El potente guión del videojuego se nos cuenta igual que en el original, es decir con una serie de viñetas al más puro estilo cómic que nos narra la pérdida de su esposa y su hija por parte de Max Payne, y la espiral de autodestructiva venganza en la que se embarca el detective para vengar su desaparición.
Este bastante típico hilo sirve para desarrollarse de una forma que en el año del lanzamiento del videojuego resultaba poco menos que revolucionaria y que ahora, no por trillada, tiene menos fuerza. El guión se expande a lo largo de tres años para ofrecer de este modo una buena selección de escenarios muy variados en los que la acción en tercera persona del videojuego hace con notable eficiencia los deberes para no resultar repetitiva. Un almacén, el metro, un edificio de apartamentos, la típica calle neoyorkina...
La clave del videojuego fue por aquel entonces y sigue siendo la de la espectacularidad, con escenas de acción cargadas de imposibles piruetas de nuestro protagonista mientras abre fuego con sus armas y de, por supuesto, las constantes cámaras lentas que podemos activar siempre que lo deseemos. Así pues en la pantalla tenemos un botón táctil que, accionándolo, nos permite ralentizar lo que pasa a nuestro alrededor para abatir a grupos de enemigos y, si estamos en movimiento, servirá para lanzarnos por el aire mientras disparamos nuestras armas de fuego. Todo ello con una barra de "energía" que, por supuesto, se consume con cada uso y que deberemos conservar estratégicamente para salir vencedores de todas las situaciones.
A pesar de lo que pudiera parecer el manejo es bastante sencillo en cuanto al número de cosas que se pueden hacer, pero algo más complicado en lo tocante a ser precisos con él. El movimiento del personaje se gestiona con el clásico stick virtual en la parte izquierda de la pantalla, mientras que movemos la perspectiva con otro en la derecha y accionamos botones para disparar, saltar o usar el Bullet Time. El esquema es muy similar al de GTA III en su salto a plataformas móviles y tabletas, no obstante en un Grand Theft Auto la precisión no es tan importante como puede serlo en un Max Payne, y en algunos momentos vamos a pagar caro el tardar algo más de lo debido en apuntar o el no acertar con el dedo por milímetros en el botón de disparar... Algo que sucederá más veces de las que nos gustaría.
El videojuego, por otra parte, presenta la agradecida posibilidad de repartir los iconos táctiles a nuestro gusto por la pantalla y, así mismo, trae consigo un más que recomendable tutorial que nos permite irnos haciendo una idea de los movimientos del personaje en una calle de entrenamiento. Ahí, con un dispensario de enemigos (sic), bastará con pulsar un botón para ir lanzando contra nosotros rivales armados en bloques para hacernos con un mayor dominio... y a fe nuestra que nos hará falta. El nivel de dificultad Fugitivo es el inicial que debemos superar para ir desbloqueando el resto, y presenta un desafío más bien escaso que entronca con esas imprecisiones del control de las que hemos hablado más adelante. Después encontramos Bien Duro, Muerto al Llegar y Minuto en Nueva York, todas ellas sensiblemente más difíciles y con un reto mucho más adecuado para los aficionados a los shooters.
A nivel visual este Max Payne Mobile es un videojuego francamente bueno. Cierto que en algunos momentos muy contados se observa alguna ralentización y que el tratamiento de los rostros ha envejecido en demasía, pero en líneas generales es un traslado muy bueno de un original que era rompedor en su momento y que ahora se defiende con mucha dignidad. En cuanto al audio, el juego llega doblado a nuestro idioma con el mismo nivel del clásico de 2001 y con la legendaria banda sonora tan fácil de identificar con la IP.
Más de 10 horas de campaña de muy buena calidad a cambio de poco más de dos euros... ¿Dónde hay que firmar? A pesar de algunos problemas con el control que pueden hacer que algunas partes del juego rocen lo irritante, Max Payne Mobile es un gran homenaje en iOS para uno de los mejores shooters de todos los tiempos.
