Cuando en 2012, el equipo de Firaxis Games lanzó al mercado la versión 3D y renovada, con un enfoque táctico por turnos, del clásico de los 90 UFO: Enemy Unknown, no estaban preparados para lo que vendría. Desde entonces, todo juego que ha apostado por un enfoque táctico, de corte militar —aunque esto ha ido mutando, sino que se lo digan a Midnight Suns— y con una jugabilidad exigente, se le ha comparado activamente con XCOM. Miasma Chronicles es "otro XCOM", pero no uno cualquiera. Es uno que entra con fuerza en el ranking de "mejores sucesores espirituales de XCOM".
Llevo varias semanas con esta aventura del dúo Elvis y Diggs dando caña por una Estados Unidos postapocalíptica con reminiscencias al Kojima de Death Stranding y su "unidad de América". Aunque me gustan desde el trasfondo, las mecánicas a los personajes, tengo que reconocer que no hace nada nuevo. Tampoco añade nada muy original al género o a la idea base de XCOM: Enemy Unknown. Aun así, lo hace fenomenal, y es que no siempre hay que reinventar la rueda. Se contenta con hacer bien los deberes y cumplir con lo que se le pide. Con eso, me vale.
Eso sí, por mucho que las imágenes de esta Kentucky futurista sean espectaculares, no esperéis una puesta en escena a la altura de su ambientación. La fuerza de Miasma Chronicles se ve en lo jugable. Lo que nos cuenta no tiene mucho: una odisea en busca de la madre de Elvis, nuestro protagonista, a lo largo y ancho de la costa Este del país para parar la Miasma, una fuerza incontrolable que mata todo a su paso. No resta en absoluto al producto final, pero por sí sola no tiene suficiente fuerza como para contentar al jugador que solo busque algo apasionante. Es gracias a su ambientación y lo bien hilado de sus mecánicas, lo que añade sazón a un punto de partida quizá menos llamativo que el de su antecesor: Mutant Year Zero: Road to Eden. Todo lo demás, es XCOM con mayúsculas e hipervitaminado.
Es casi un mundo abierto, masivo y desgarrador
Aunque de por sí un escenario de un sucesor de del género no se me antoja tan llamativo como para darle importancia en un texto, Miasma Chronicles me ha pillado con la guardia baja. En lo mecánico, mapa de juego se divide en dos escenarios: el mapa de exploración, dividido en escenarios acotados dentro de Kentucky y con Sedentary como base de operaciones, una ciudad minera creada después del apocalipsis para satisfacer a las familias dominantes; y el escenario de batalla, el clásico dividido en recuadros y que acogerá los enfrentamientos del juego.
Es muy interesante ver cómo el mapa de exploración, a pesar de no ser nunca el de un mundo abierto, no solo luce espectacular en lo visual, sino que es de importantes dimensiones y con una verticalidad pasmosa. No es solo eso, sino que los mapas están pensados para sacar músculo de las habilidades de los personajes. Cada uno es distinto al anterior, en arquitectura y tamaño, pero también en posibilidades. Los edificios de hasta 3 plantas son perfectos para Jade, la francotiradora; las estructuras destructibles buscan que Diggs, el tanque, las reviente; mientras que la amplitud horizontal es perfecta para las habilidades de control de zona para Elvis. Y así, con todos los personajes.
Miasma Chronicles incluso añade en estos escenarios diferentes misiones secundarias para que no todo sea un paseo del punto A al punto B sin mayor interés que mirar el paisaje. Hay eventos aleatorios esperándonos para desafiarnos a un buen combate con ranas gigantes, creadas por la Miasma, bandidos o la Primera Familia, líderes casi sectarios del país; mientras guardan un búnker, una base secreta o un ítem exclusivo.
Los mapas están pensados para sacar músculo de las habilidades de los personajes
Son situaciones algo básicas si lo miramos con detenimiento.Ninguna se sale de la tónica de derrotar a un escuadrón, con diferentes recompensas de por medio. Pero, agradezco que diluya la línea, a veces gruesa, de una misión principal y una tarea secundaria. Dan verdadero interés a explorar cualquier recoveco no solo en busca de premios, sino de aventura.
Durísimo con el veterano, implacable con el novato
Este enfoque jugable no lo vi venir. Aunque este tipo de juegos siempre han ofrecido experiencias que nos mantienen en tensión y donde el desafío se va diluyendo conforme más juegas; llega Miasma Chronicles, tira todo eso por la ventana y apuesta por ser implacable de principio a fin. El mapa de batalla, aquel dividido en recuadros, se genera de forma natural en el mapa de exploración. Esto se traduce en que no hay una transición hacia un entorno preparado para pelear, es inmersión pura y dura. Si explorando has visto un barril, al entrar en combate ese mismo objeto estará ahí esperando, listo para explotar. Es espectacular, hasta que te das cuenta que la extensión del escenario de combate abarca todo el mapa de exploración en su conjunto.
He llegado a combatir con un escuadrón de estas "ranas de Miasma" mientras retrocedía buscando mejores posiciones defensivas. Todo ello hasta dar con un edificio que aguardaba una misión secundaria y, por ende, enemigos que se han unido al combate. Esto, aunque solo sucede con los de la misma naturaleza —no podrás pelear con ranas y la Primera Familia a la vez, a no ser que sea una misión scripteada—, añade un grado de dificultad casi soberbio a un estilo de juego que ya de por sí es difícil. He llegado a reiniciar un combate hasta 8 veces; uno que, en principio, parecía fácil hasta que el número de enemigos se ha multiplicado por 2 y me han barrido con gusto.
Y es que, esa dificultad, por mucho que sea elevada, tiene lógica dentro del juego. Elvis y Diggs son dos novatos. Unos niños, a efectos prácticos, que aunque ya han correteado por los alrededores de Kentucky, acaban de salir del capullo para explorar más allá de los límites del pueblo. Todo va a matarlos, y lo conseguirán si bajas la guardia. Incluso los más veteranos del equipo, aquellos más curtidos, no pueden hacer nada con enemigos que triplican su armamento. Es desafiante hasta el punto de que el juego nos arroja en un combate 12 contra 3, con todas las de perder y casi sin salud, y espera que ganemos.
No hay una transición hacia un entorno preparado para pelear, es inmersión pura y dura
Para ello, tendremos que usar el típico enfoque por turnos de XCOM, que esta vez llega con una lista de habilidades proporcionadas por la Miasma para ayudarnos en los momentos más duros. Todos los personajes tendrán, de base, dos movimientos por turno a gastar antes de dejar que el enemigo mueva ficha. Un juego de ajedrez donde las habilidades, porcentajes y el equipo de cada personaje dicen todo, no la suerte. Sí, disparar con un francotirador a medio metro de distancia puede no dar en el blanco si tu personaje no es muy ducho al fuego a distancia. Una lógica imperante dentro del género que tocará paliar eligiendo bien las mejoras del árbol de habilidades.
Sin embargo, aquí es Elvis el que lleva la voz cantante en el grupo. Él, como el portador del "guante", un dispositivo capaz de moldear la Miasma, atravesar y usarla en su propio beneficio, es quien añade esa pizca sci-fi, siempre bienvenida, a la mezcla. Gracias a este dispositivo, podremos crear un tornado de Miasma para coger a un enemigo y lanzarlo contra un enemigo, objeto u obstáculo. También un rayo que, mejorado, impactará en varios objetivos; incluso un ataque en zona que levantará el suelo. Añaden un grado más de disfrute al juego, aunque no supone una ventaja imperativa en los combates.
Estas habilidades se recargan con energía, marcada en vatios, y que o bien obtenemos con cápsulas de potencia a modo de consumibles, o combatiendo. Saber usarlas y, sobre todo, cuándo hacerlo, dan una ligerísima ventaja a unos combates que, aun así, no te lo ponen fácil. Pensar en Elvis como el personaje a proteger es una tontería. Lo he hecho y no he dudado 2 minutos. Hay clases, como los escopeteros —una de las tantas clases que hay, con sus bondades y defectos—, con las que usar el vórtice de Miasma no sirve para nada, pues volverán a cargar y su movimiento de acción es amplísimo. Es en el equilibrio entre personajes, donde está la clave de un buen combate que nos haga disfrutar. Algo que será fácil de conseguir al principio, y enormemente frustrante conforme más horas juguemos.
Un grupo variopinto, quizá pequeño, pero maleable
Todos, tanto Diggs, como Elvis y Jade, son un pedazo de masilla listo para moldear. Si quieres que Diggs, por ejemplo, sea el francotirador del grupo, podrás hacerlo si le añades las armas y equipo necesario, aunque en su naturaleza sea un tanque. Da muchísima versatilidad al juego, por mucho que éste los condense dentro de unos esquemas muy claros.
El de Diggs es el más obvio. Jade, por ejemplo, es débil y el juego nos anima a colocarla en posiciones elevadas o en retaguardia para cubrir posiciones. Sin embargo, podemos darle una escopeta y mejoras de resistencia y escudo para ser una máquina de matar en distancias cortas. Se nos da libertad absoluta con los personajes. Algo que agradezco de corazón debido a que, alejándose de XCOM y similares, su enfoque narrativo nos deja solo 5 personajes a controlar.
Esto también tiene otro aspecto, digamos, negativo, aunque eso signifique que el juego se vuelva afable con el jugador. Ninguno puede morir, al menos para siempre. Si cualquiera cae herido, se le puede revivir con un consumible en combate —a excepción de la dificultad más alta, donde no nos dejarán que revivamos a nadie hasta acabar el combate—, sin efectos secundarios, penalizaciones o miembros amputados (por pedir, que no quede).
Esto mata, ligeramente, la sensación de reto constante que suelen tener los enfrentamientos. Todos tienen su papel en esta historia, por muy pequeño o grande que sea, y es el guion el que determina su futuro, no un enfrentamiento que se nos ha torcido. En este sentido, es tan cercano a Midnight Suns que no me sorprendería que el equipo sueco, vistas las influencias de sus trabajos previos, se anime con un juego similar, con héroes de por medio. Tiempo al tiempo.
Aún sin hacer nada necesariamente original o rompedor dentro de un género que lo tiene todo dicho, no puedo no recomendar el juego. Miasma Chronicles quizá no sea lo que necesita la estrategia táctica para evolucionar, pero hace los deberes, con nota y cumple en lo que se le pide. Su historia es algo anecdótica, pero tiene cierto atractivo ayudado por ese mundo de juego tan vasto, duro y visualmente apabullante que dejas pasar sus "complicaciones" a la hora de guiarte por el juego. Es el mejor ejemplo de “otro XCOM”, pero no por ello es desmerecedor de elogios.
Comprar Miasma Chronicles- No es un mundo abierto, pero sus escenarios son amplísimos y variados.
- Es tan XCOM que si eres seguidor de aquella franquicia, te sentirás como en casa.
- No solo hay tiroteos y armas, sino que contarás con habilidades especiales.
- Los personajes no pueden morir, pero dan mucho más juego en la historia con intenciones y motivaciones predefinidas.
- Es duro y desafiante, y domarlo te llevará varias horas.
Ver 6 comentarios