Análisis de Need for Speed Payback. Una vuelta más

Análisis de Need for Speed Payback. Una vuelta más
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Dos años después, Need For Speed regresa a Fortune Valley con una historia de venganza y carreras callejeras en un entorno tanto urbano como natural, que recoge muchas de las ideas de la franquicia y las mezcla con otras un tanto polémicas. Recorremos todas sus carreteras en nuestro análisis.

Need For Speed se ha dado otros dos años de descanso. No es la primera vez, la entrega de 2015 suponía un reinicio y tardó el mismo tiempo. Sin embargo, no terminó de convencer. Y es que Need For Speed lleva toda la generación intentando dar con la tecla correcta, rescatando todo lo posible del pasado para encarar el futuro en lo que es siempre un buen homenaje a la franquicia, pero carente de ideas que lo hagan renovarse. Una cosa es segura: Need for Speed Payback no es ese futuro.

Sobre el papel, su fórmula puede llegar a ser mejor incluso que el nocturno Need For Speed de hace dos años. Su vuelta al ciclo día-noche, su extenso mapa que propone entornos urbanos y naturales, unido a todo la herencia que ya recogía el anterior trabajo de Ghost Games dan como resultado un juego con más empaque. Sin embargo, la experiencia se ve rápidamente empañada por una estructura incómoda, forzada y artificial provista por la necesidad de incluir un sistema de niveles propio de un RPG que permita a su vez ir desbloqueando SpeedCards (cartas de mejora para tu vehículo) y Cargamentos (Cajas de Premios).

Este sistema se antoja tosco y mal implementado. Need For Speed Payback contiene misiones de Carrera, Derrapes, Escape, Aceleración y Escape. Cada una de ellas requiere un vehículo de cierto nivel, pero conseguir ese coche con las prestaciones requeridas pasa por realizar tareas secundarias y, sobre todo, repetir misiones para conseguir los coches, el dinero y las mejoras necesarias si queremos ser mínimamente competitivos. Intentar entrar en una misión muy por debajo del nivel es, en ocasiones, una pérdida de tiempo. Incluso con el nivel adecuado, a veces queda palpable que el juego se amolda poco a este sistema de niveles, y tiene que seguir utilizando los clásicos trucos en la inteligencia artificial para dar emoción a las carreras. En cualquier caso, Need For Speed se fía poco de tu habilidad para conducción. Sólo lo hace de tu habilidad por invertir tiempo en él.

Gameplay


Por supuesto, si no quieres invertir tiempo, lo puedes hacer en dinero con los Cargamentos: microtransacciones que te proporcionan ese empuje para seguir el ritmo al juego. ¿Son estrictamente necesarias? No, claro que no. Pero repetir misiones y tener que hacer desafíos largos que nos tienen dando vueltas por el extenso mapa no se hace al gusto del jugador. Son una fórmula para extender la vida útil del juego y ni siquiera se antoja una algo divertida, pues son retos ampliamente superados que responden de forma clara al concepto de "grindar". El resultado, como decimos, es que Need For Speed Payback tiene un contenido muy parecido al que hemos visto en anteriores entregas de la saga, pero debido a esta estructura, te será mucho más difícil terminarlo.

Una vuelta más


Desgaste de rueda

Payback no propone nada que no hayamos visto antes. Para un juego que parece estar intentando reinventarse, lo cierto es que no hemos visto en él elementos que no hayamos jugado anteriormente en otros Need For Speed. Sus mayores aportes, de hecho, los rescata de la fórmula que adoptó Forza Horizon a partir de su segunda parte, añadiendo carreras Todoterreno que aprovechan al máximo el mapeado de Fortune Valley, mientras que al derrotar a cada una de las bandas rivales se nos premia con la localización de un coche abandonado a reparar con sus respectivas piezas; de nuevo, como aportó Forza Horizon 2 en su momento.

El nivel de nuestro vehículo define las carreras a las que podemos acceder. En ocasiones nos forzará a repetir misiones si nos quedamos sin dinero.
El nivel de nuestro vehículo define las carreras a las que podemos acceder. En ocasiones nos forzará a repetir misiones si nos quedamos sin dinero.


Las cinco disciplinas son ahora algo más variadas que en el anterior Need For Speed. Las carreras son un clásico, pero en ellas también se incluyen las contrarrelojes. El derrape nos lleva a hacer puntos en recorridos muy bien planteados, con algunas variantes. El todoterreno abre el mapa antes cercado por las carreteras y caminos secundarios. La aceleración propone carreras y un minijuego de cambios de marcha. Por último, el Escape nos enfrenta a persecuciones con la policía y los miembros de La Casa, la organización de la que buscamos venganza.

Cuando la historia se une a los eventos ofrece algunas de las mejores misiones del juego

Modos de juego que, sin ser originales, se antojan mucho más variados de lo que nos propuso anteriormente la franquicia. Se agradece que los eventos de Derrape nos propongan variantes como intentar pasar por objetos de colisión, Todoterreno expanda los límites de su orografía y Escape nos enfrente a una policía que vuelve a ser algo más difícil de quitarse de encima. Aunque su concepción y su estructura se repita, recorrer muchas de estas pruebas ha sido divertido con algunas realmente bien diseñadas. Nos falla, eso sí, las de Aceleración; su minijuego de cambio de marchas es bastante simplón y sus carreras buscan la velocidad, pero con coches que prácticamente son incapaces de girar.

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El mapa no sólo se ha expandido, sino que nos permite salirnos de la carretera para nuevas carreras o buscar vehículos abandonados.
El mapa no sólo se ha expandido, sino que nos permite salirnos de la carretera para nuevas carreras o buscar vehículos abandonados.


Para rellenar el extenso mapa, se han añadido algunas pequeñas misiones conocidas de otros juegos de conducción, como atravesar un radar a toda velocidad, contrarrelojes y carreras de derrapes instantáneas que intentan evitar el tedio de tener que ir a un garaje o centro de tuneo sin gastarte dinero en el proceso. Algo ya de por sí engorroso, pues si queremos personalizar nuestro coche o cambiarlo por otros se nos obliga a pasar por estos puntos de control. Para intentar dar algo de vida al asunto se añaden los Desafíos, pequeñas misiones como conducir en sentido contrario o alcanzar altas velocidades, que nos ayudarán además a abrir Cargamentos para mejorar nuestros vehículos.

El modo multijugador ha ido perdiendo cada vez más peso, reduciéndose a carreras para ocho jugadores sin muchas opciones. Lo mismo ocurre con el Autolog, una de las grandes aportaciones desde Need For Speed Hot Pursuit y que aquí queda algo camuflada sin más utilidad que la de ofrecernos las marcas de nuestros amigos. Al menos vuelven las SpeedList que se habían perdido en la última entrega y donde elegiremos entre un coche de carreras y otro todoterreno. El sistema nos empareja el nivel de nuestro vehículo y, si jugamos con rango, lo hará también según esta clasificación.

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Venganza personal

La historia ayuda a compaginar las misiones, sin brillar con luz propia. Una organización llamada La Casa que amaña carreras traiciona a nuestra banda, que termina disolviéndose. Poco a poco, tendremos que ir recuperando nuestra posición para vengarnos no sólo por lo personal, sino por el bien de la ciudad y el resto de bandas callejeras. Aunque es realmente simple, la mayoría de las veces no estarás muy seguro de lo que te están contando, pero en casi todas estas ocasiones tampoco te importará mucho.

Las SpeedCards mejoran las prestaciones del vehículo. Se pueden comprar, ganar en eventos, a través de una lotería o comprar con microtransacciones.
Las SpeedCards mejoran las prestaciones del vehículo. Se pueden comprar, ganar en eventos, a través de una lotería o comprar con microtransacciones.


Cuando la historia se une a los eventos ofrece algunas de las mejores misiones del juego, donde controlaremos a varios personajes en distintas circunstancias, como la vista en la demo del E3. Sin embargo, estas misiones son muy escasas y en la mayoría de casos nos enfrentamos a distintas bandas cuyos objetivos son simples: carreras, derrapes, persecuciones, lo cual puede llegar a fatigar al jugador.

Técnicamente, el juego luce bien, con algunos detalles muy bien cuidados. Las cinemáticas no están muy conseguidas, pero lo que ocurre en el asfalto tiene buena factura, sobre todo en unos escenarios naturales que brillan en los atardeceres, más que la ciudad: una especie de Las Vegas descafeinada. Lo cierto es que el Need for Speed de 2015 era capaz incluso de crear un apartado visual más realista, aunque claro, ocultando todo bajo el manto de una noche eterna que terminaba agotando, por lo que preferimos la fórmula utilizada en NFS: Payback. Se echa de menos, eso sí, los fenomenales efectos climáticos que ya lucía incluso Need For Speed Rivals en 2013.

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Las disciplinas son ahora algo más variadas que en el anterior Need For Speed

Los efectos sonoros cumplen, con algunos alardes como los motores V8 que rugen bien, mientras que su banda sonora vuelve a mezclar temas licenciados con una banda sonora original para algunas misiones clave. Contiene algunas pistas que entonan muy bien las carreras más frenéticas, mientras que su doblaje a nuestro idioma es simplemente correcto, sin llegar a la calidad del original.

Las persecuciones policiales son escasas, pero han mejorado con respecto a la anterior entrega.
Las persecuciones policiales son escasas, pero han mejorado con respecto a la anterior entrega.


Need For Speed Payback es el cúmulo del trabajo de la franquicia en una generación en la que no ha terminado de despuntar. Se la nota con una falta de ideas evidente, cuyas máximas aportaciones a esta entrega vienen inspiradas por otros juegos de conducción y en donde se ha creado un Frankenstein de estructura que apenas deja respirar a la obra y al jugador. El equipo de Ghost Games tiene talento de sobra para crear un buen Need For Speed y ha demostrado que es capaz de combinar todos los elementos que han hecho grande a la saga en cada una de sus etapas, añadiendo también una gran personalización y tuneo a la ecuación. Pero también se la nota vaga: hace cosas inexplicables, como tener una menor sensación de velocidad que su anterior entrega. Recicla ideas una y otra vez apoyándose en su mundo abierto en vez de mimar cada misión de forma artesanal. Hace la conducción más personal que nunca pudiendo retocar el reglaje, pero vuelve a confiar en que todos los coches sean la variación de un mismo vehículo perfecto con estadísticas disminuidas. Incluso su estilo de conducción se ha pulido tan poco que un fallo del anterior, que bloqueaba la dirección en ocasiones haciendo imposible girar, sigue estando aquí presente. Se apoya demasiado en una inteligencia artificial que a veces hace trampas. Y definitivamente, por mucho que se intente, Need For Speed no puede contener una estructura de RPG repetitivo para avanzar en su historia principal, porque rompe el ritmo. Es hora de empezar a construir este coche de nuevo desde el papel o dejarlo guardado en el garaje más de dos años.

Interesante

Sin sello
Una vuelta más

Need for Speed: Payback

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Need For Speed Payback refina la fórmula del anterior juego, ampliando la escala y rescatando todas las buenas ideas de la franquicia, pero todo se hace demasiado familiar y poco inspirado. Si le sumamos una estructura que fuerza al jugador a repetir misiones para poder continuar, el resultado es un juego que se antoja divertido, pero también algo perezoso y artificial.

Comprar Need for Speed: Payback
  • Las disciplinas, como Derrape, Todoterreno o Escape, muy divertidas
  • Mapa variado, que contiene entornos urbanos y naturales
  • Su estructura nos fuerza a repetir misiones para poder avanzar
  • Pocas misiones principales elaboradas
Jugadores: 1-8
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 20 horas
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