De nuevo, un grupo de terroristas amenaza con hacer de las suyas. Así que ya sabéis, toca ponerse el traje de operaciones especiales, e ir a por ellos.
Cuando llega a nuestras manos una segunda parte de un juego, lo lógico es que ya conozcamos su primera parte. Pues bien, este no es el caso. Investigando he conseguido averiguar que la primera parte de este Winback apareció allá por el 2001 como una conversión de un juego de éxito de Nintendo 64 y que intentaba competir con el Metal Gear de aquella época, consiguiendo más o menos mantener el tipo. Tengo que reconocer que en aquella época yo sólo conocía el PC como máquina de videojuegos, por lo que desconozco completamente ambos títulos.
Bueno, pues por cuestiones que desconocemos, ahora nos aparece este segunda parte, 5 años más tarde. Nada más empezar, una presentación bastante espectacular me deja bien claro el argumento. Los típicos terroristas que intentan hacer de las suyas, y nosotros somos los típicos swat de turno que tenemos que conseguir que no las hagan. El cuerpo especial es un poco limitado, y sólo dispone de 3 agentes, Craig Contrell (el único protagonista de la primera parte), Nick Bruno, y Mia Cabrera, pero que deben ser suficientes para acabar con todos los malos. Tendremos que resolver 30 historias distintas, entre atracos, secuestros, etc., las cuales a su vez están divididas en misiones que al final normalmente nos llevarán ante un jefe final.
Tras la presentación pasamos al tutorial de turno. En este caso es bastante sencillo, y nos enseñará a mirar (si he dicho mirar), movernos, agacharnos y a usar las armas, tanto pistolas o metralletas como granadas, bombas, etc. Todo es bastante sencillo y no hay combinaciones extrañas ni nada por el estilo. Hasta aquí, veréis que ni en argumento ni en posibilidades existe la mínima novedad, aunque como veréis, su desarrollo varía ligeramente del estándar.
Las rutas
Una vez empezadas las misiones es cuando nos damos cuenta de la única novedad que aporta este juego al genero, y que son las rutas A y B. Resulta que para cumplir la misión tendremos que ir siguiendo una táctica ordenada por el jefe, y que siempre se divide en 2 rutas, estando cada una de ellas protagonizada por un único agente. Mejor lo vemos con un ejemplo. En la primera misión, un secuestro en el metro, la ruta A consistirá en un agente que entrará por una zona de la estación e irá avanzando eliminando enemigos y obstáculos, hasta llegar a una zona de tiroteo donde se quedará agazapado. Mientras, se supone que a la vez otro agente ha entrado por otra puerta, y llegará a la zona donde está su compañero, para ayudarle a eliminarlos. Generalmente la ruta A servirá para resolver obstáculos y bloqueos, abrir puertas para que el agente por la ruta B pueda llegar con mayor facilidad al objetivo. En este caso aunque la acción se supone que está realizándose en paralelo, todavía no podemos manejar a dos personajes simultáneos en dos momentos distintos, por lo que primero completaremos la ruta A y luego la B, siendo indispensable hacerlas en un orden.
Aunque a priori no lo parezca o hayan intentado que no sea así, en realidad el juego es totalmente lineal, tendremos que ir resolviendo los típicos objetivos de abrir puertas, buscar objetos, y aniquilar enemigos, pero dos veces en cada misión, y por dos partes distintas del escenario.
Curiosamente, los agentes que participan en la misión comparten las unidades de vida, por lo que si resultamos muy heridos en una ruta, será difícil completar la siguiente. También es importante apuntar que siempre contaremos con un tiempo límite para completar cada ruta, e incluso dentro de la misma, puede ser que para cumplir un determinado objetivo, también tengamos un tiempo limite bastante ajustado, siendo realmente importante resolver la situación con velocidad, cosa que por otro lado, no resulta muy difícil.
Es una forma curiosa y particular de afrontar las misiones, que gustará a algunos y a otros no, pero este planteamiento de rutas es una de las pocas novedades que WinBack 2 aporta al género, aunque termine repitiéndose misión tras misión.
Agentes especiales del pasado
Aunque se ha tardado 5 años en sacar esta segunda parte, parece que su nivel técnico no ha crecido con el tiempo, empezando por el diseño de menús o la música, un tanto sencillos y quizá anticuados. Ya en el juego, tanto nuestros soldados como los enemigos, son sencillamente correctos. Parecen bastante simples y carecen de grandes detalles, siendo además sus movimientos un tanto artificiales en comparación a lo que podemos ver hoy en día. Lo mismo podríamos comentar de los escenarios, terriblemente sencillos, con pocos detalles y sin ninguna posibilidad de mover ni destruir ningún objeto, salvo los interruptores de tamaño gigante que necesitaremos para abrir puertas.
El control de los personajes con el mando es bastante sencillo como ya hemos dicho, ya que entre otras cosas, tenemos muy pocas posibilidades: andar, agacharse, pegarse a la pared y poco más. Respecto al uso de armas, la clásica opción de apuntar automáticamente no suele ser muy rápida ni precisa y bastante a menudo, nos dispararán antes a nosotros. También podemos disparar manualmente a los enemigos con más precisión para intentar alcanzarlos en partes no vitales y así conseguir que se rindan antes de morir y nos den sus armas. Sorprendentemente, antes de que lleguemos a ellos habrán desaparecido como por arte de magia, al igual que sucede con los muertos, que se evaporan rápidamente.
El nivel sonoro tampoco acompaña la acción, no aporta ni ritmo ni situación en ningún momento, y los efectos especiales son bastante tímidos y monótonos. Lamentablemente, el juego no está nada traducido al español, ni menú, textos ni diálogos.
Un juego de hace unos años
La sensación que me queda con este juego es bastante agridulce. Para ser sinceros, a la hora de jugar sus defectos técnicos no son especialmente destacables, sino simplones, pero tampoco destaca ninguna de sus virtudes. Es simplemente correcto, un juego de acción facilito y sencillo, con el que te puedes echar fácilmente unas partidas sin complicaciones, pero que no te engancha, y que encima te deja la sensación de que está bastante desfasado en el tiempo. No se puede comparar ni de lejos con los superjuegos de este tipo que ya hemos visto, y no es que se corresponda con la tecnología que estamos viendo en los últimos meses de gloria de PS2.
Si de pequeño (o de mayor) querías ser un Swat para acabar con los malos, y no eres muy exigente, aquí tienes la enésima ocasión para intentarlo, por lo menos en la tele. De nuevo, el mismo argumento de siempre, en un título sencillo tecnológicamente, y recomendable sólo para incondicionales del género.
