En Persona 3, aunque tenga uno canónico, el protagonista no tiene nombre. El juego, una vez más, te da la opción de ser una absoluta hoja en blanco diseñada para que puedas adentrarte en ella. Su personalidad es increíblemente neutra, de modo que sea el jugador el que rellene los espacios en blanco. Pero curiosamente, pese a toda esta avatarización que pretende el estudio, hay un hecho inmutable que se impone al jugador desde el inicio de la aventura: el trauma inicial, que actúa como incidente incitador del resto de la historia. En el caso de Persona 3, el más terrible de todos. No es spoiler, se dice nada más comenzar que tus padres han fallecido. Y es que Persona 3 es quizá el más oscuro de los últimos tres desde el renacimiento de la saga.
Por todo ello, siempre pensé que el tema de este juego era la muerte. Vas a ver su iconografía en todos sitios, pero principalmente marcada por esa forma tan característica de invocar los Persona del grupo apuntándote con una pistola en la cabeza. Por la ciudad encuentras a decenas de personas muertos en vida tras haber sucumbido a una apatía perpetua. Pero jugando ahora de nuevo, tras tanto tiempo desde la primera vez, me doy cuenta de que va más allá de la muerte. En el fondo, el mensaje de Persona 3 siempre ha sido cómo nos enfrentamos al trauma y la adversidad. Aquellos incapaces de lograrlo, caen en esta apatía. Y para luchar contra ella lo mejor es no estar solos. Este juego es conocido por ser el primero en introducir la mecánica de los social links. Pero es que en Persona 3 los vínculos y conexiones que hacemos con los demás son la clave de todo. La historia sigue teniendo ese talante oscuro y sobrenatural que poseen todos los juegos de la saga; en esta ocasión, con la aparición de la Hora Oscura, una hora que no se refleja en el reloj donde solo algunas personas están despiertas. Pero es la relación del grupo protagonista y nuestros vínculos con otros secundarios lo que dota de alma a este JRPG que, en el fondo, cambió para siempre el género haciendo algo bien curioso: inspirándose en los famosos simuladores de citas japoneses y añadiendo sus atractivas mecánicas de calendario y gestión del tiempo a su fórmula de juego de rol.
Creo que este remake enfatiza muy bien todo esto y, por ello, tanto si has jugado como si no, merece la pena darle una revisión incluso para un juego tan largo como este. Sí, podemos ser algo más cínicos y pensar las razones por las que está hecha este remake. Con el P-Studio enfrascado en Metaphor: ReFantazio y sin ni siquiera saber cuándo podría llegar un futuro Persona 6 estando sin embargo en el pico de su popularidad, creo que Atlus no quería perder la oportunidad de seguir alimentando esta franquicia. Y por ello no me extrañaría que a este remake le sucediera otro de Persona 4 e incluso una especie de remasterización de Persona 5, a falta de saber más sobre la sexta entrega. Pero si el trabajo está tan a la altura como lo ha estado este Persona 3 Reload, lo cierto es que no me importaría en absoluto.
Y es que a primera vista parece haber menos cambios de los que realmente tiene. Aquí ese factor psicológico de cómo recordamos una obra vuelve a hacer mella, porque yo recordaba Persona 3 FES que es el que jugué prácticamente como este Reload. Pero solo he tenido que repasar unos cuantos gameplays para notar el profundo cambio estético y jugable que realmente hay en cada plano, en cada rostro y en cada combate.
Todo está más definido y perfilado de lo que recuerdas. Uno de los detalles que más me ha gustado es la expresividad de todos los personajes, que antes solo se daba a través de su retrato y emoticonos, pero que ahora suceden también en el propio modelo, viendo en todo momento si está triste, contento o enfadado; incluso los podremos ver comiendo con todo lujo de detalles. Hay mejoras de calidad de vida en todos sitios; el juego tiene la representación de un Persona 3 o FES pero la rapidez de un Portable, contando con accesos directos a toda la ciudad, mapas y hasta notificaciones en el teléfono móvil para ir rápido a los lugares donde nos esperan nuevos social links. Todo es más cómodo, más accesible y está mejor planificado. Es más fácil entender el progreso por los diferentes vínculos y estadísticas y además nuestro grupo principal se ameniza con nuevas escenas hasta que llega su momento de estrechar lazos.
La torre infinita de Atlus
Lo mismo ocurre en el combate. Hay refinamiento, mejoras y añadidos muy interesantes. Desde cuidar mucho más las animaciones de cada ataque, las poses de final de batalla que son una delicia, hasta incluir mecánicas de los juegos posteriores. Por ejemplo, tenemos la oportunidad de cambiar de personaje tras atacar la debilidad de un enemigo e incluso un botón de acceso rápido a la habilidad que lo provoca, una vez descubierta.
Y, con todo, creo que toda cara tiene su cruz. Porque sí, todas estas mejoras de calidad de vida y muchas más hacen la exploración tanto de la parte social como de la Tártaro mucho más cómoda, pero también manda un mensaje en el que al menos tenemos que reflexionar: que muchos de los procesos y mecánicas de Persona se han convertido en algo un tanto rutinario. Todas estas mejoras están planteadas para ahorrar tiempo y ser menos repetitivo y, aunque funciona, quizá deberíamos plantearnos si en el futuro de la saga, más que aplicar un parche, se debería reinventar la fórmula para que se siga manteniendo fresca.
De hecho, la Tártaro, la propia torre de una altura imposible que sirve como las mazmorras aleatorias del juego, es quizá lo que más fatiga provoca en esta revisión. Acostumbrados a mazmorras personalizadas y con su propio estilo, este infernal ascenso a lo largo de todo el juego se hace repetitivo y, en ocasiones, aburrido. Tampoco ayuda en absoluto que la diversidad de enemigos no sea muy amplia, ya que muchos son reutilizados con otras debilidades en momentos más avanzados. Siendo un remake, creo que esto se tendría que haber cuidado más. Aunque hay buenos momentos y, por supuesto, buenos combates, no logra ocultar el hecho de que al juego le faltan mazmorras de diseño único. Sí, en cada luna llena hay algún que otro evento especial, pero al que apenas se le puede llamar mazmorra. En ocasiones fatiga, y a ello se le une algo que ningún Persona 3 ha conseguido lidiar del todo bien, la cierta facilidad que tiene el juego en sí.
Ya ocurrió con Portable, por ejemplo, que al añadir la posibilidad de combatir con todo el grupo, se hacían más sencillos los enfrentamientos. Pero en Reload es que directamente han apostado por una filosofía demasiado accesible en este sentido. Normal está chupado y Difícil es normal, teniendo que ir al modo más alto para tener un desafío que te haga realmente gestionar bien la fusión de tus Personas, la gestión profunda del equipo y las sinergias en las habilidades de los compañeros. No puedes cambiar la dificultad, así que tenlo en cuenta. Además, cuando mueres aparece un mensaje de repetir combate e incluso reducir la dificultad del mismo, a lo Trails, así que quizá es buena idea pecar de atrevido.
Todo esto no quiere decir que no se disfruten los combates porque se hace, y mucho. Al final, muchos de los enfrentamientos más difíciles funcionan incluso como un puzle, que te reta a averiguar cuál es la cadena de debilidades de los enemigos y cuánto tardas en averiguarlas o cómo te defiendes mientras tanto. Personalmente he echado de menos la oportunidad de cambiar de equipo en mitad del combate para hacer más variadas las estrategias y no tener esa sensación de que siempre usas a tus favoritos. Pero es fácil dejarte seducir por lo bien que funciona todo en él.
A todas las mejoras, se le ha añadido una que destaca sobremanera: la teurgia. Ahora disponemos de una barra que se rellena para desatar un ataque especial que puede dar la vuelta a un enfrentamiento o, bien tirada, acabar de un plumazo con un enemigo. Los personajes además aprenderán nuevas habilidades pasivas a través de eventos únicos, así que todo esto abre aún más el abanico de posibilidades a medida que subimos y subimos la torre, que cuenta también con nuevos cofres y un nuevo material para abrirlos para tratar de hacer un poco más ameno el paso por cada planta. Fuuka quizá ha sido una de las grandes transformaciones como personaje, que cuenta con habilidades únicas de exploración para pasar inadvertidos o potenciarnos en una planta y también con su propia Teurgia. También se han implementado mejor en mi opinión las puertas Monad, que en esta ocasión, en vez de funcionar como un área secreta desbloqueable bajo ciertas condiciones, está disponible de manera más dosificada en tu primera partida para enfrentarte a enemigos mucho más duros y conseguir más experiencia y materiales.
Un JRPG para forjar vínculos de por vida
Creo que lo mejor que se puede decir de este remake es que, aunque he comentado aquí muchas novedades más allá de lo meramente visual, vas a seguir descubriendo más a medida que pasen los trimestres escolares. Se nota que el equipo le ha puesto mimo a cada día del calendario para que siempre estés pensando lo mismo: "Esto es nuevo". "Este diálogo ha cambiado". "Esta secuencia está más trabajada". Todo lleno de sorpresas para aquel que ya ha jugado y más atractivo que nunca para el que no lo haya hecho, porque tanto el diseño de sus retratos como sobre todo del 3D de sus personajes y los fondos son lo mejor que se puede ver ahora mismo en la saga, que en la versión de nueva generación cuenta con una resolución de 4K a 60 frames por segundo. De la música… ¿hace falta decir que sus piezas siguen siendo tan memorables como siempre? Quizá no, pero sí vale la pena comentar que aunque se han reversionado, puede que al principio te parezca que echas de menos las originales, pero esta sensación no dura mucho porque una vez que haces oído están realmente bien. Y no solo eso, temas nuevos como “It’s Going Down” son directamente clásicos instantáneos. Mención aparte para unos menús que siguen la tendencia estilizada de los juegos posteriores y que siendo una delicia navegar por ellos.
Y sí, quizá algunos estéis pensando que, con todo, esta no es la versión definitiva del juego pues se pierde por ejemplo esa ruta femenina que tenía Persona 3 Portable. Aunque se han añadido elementos del juego, no disponemos de protagonista femenino en esta ocasión. No se sabe aún si puede llegar a estar planificada para un DLC o algo por el estilo, pero incluso sin estas características, sí creo que Reload llega a ser esa versión que contiene más alicientes para jugar la primera vez. Que actualiza y moderniza a los estándares de Persona 5 este clásico de hace casi veinte años. Sin duda, el propio estudio ha sabido como lidiar con la muerte con este remake: lo ha renovado hasta estar más vivo que nunca.
Jugar Persona 3 Reload es una delicia y no solo por el profundo cambio estético que moderniza la obra de PS2 hasta dejarla incluso por encima de Persona 5, sino también por los constantes cambios que vas descubriendo a medida que avanzas por las decenas y decenas de horas que dura este JRPG. Hay cambios mayores, como los que vemos en el combate con sus nuevas habilidades y también sutiles que se van percibiendo en las relaciones sociales y el día a día. Pero todos ellos crean una obra más refinada y enriquecida que supone la mejor vía de entrada a Persona 3 para los nuevos jugadores y una forma distinta de revisitar el clásico, cuyo mensaje interior sigue siendo igual de relevante.
Comprar Persona 3 Reload- Es un remake del clásico de PS2 que cuenta la misma historia.
- Visualmente tiene cambios notorios en entornos, modelados y combates.
- También se notan las mejoras en el día a día y los vínculos sociales.
- No hay mazmorras, sino una gran torre a explorar con plantas aleatorias.
- Hay nuevas formas de relacionarse con el grupo y habilidades para el combate, como la Teurgia.
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