En Sons of the Forest, además de las cuevas, existen otras ubicaciones subterráneas, pero no son de construcción natural. Se tratan de unos bunkers o accesos subterráneos en los que pueden haber peligros como mutantes, pero también una buena cantidad de recursos y herramientas que nos ayuden a sobrevivir.
Pero para poder acceder a todos ellos, vamos a necesitar una serie de tarjetas que desbloquearán el acceso a las mismas, o a otras zonas que estén dentro de otra que hayamos desbloqueado previamente. En esta guía os contamos cómo y dónde encontrar las tras tarjetas de acceso que necesitaremos para movernos por esas estructuras del juego de Endnight Games.
Ubicaciones de las tarjetas en Sons of the Forest
Las tarjetas de Sons of the Forest no se encuentran en la superficie, sino en distintos bunkers, instalaciones, o refugios subterráneos. Existen tres de ellas: la de mantenimiento, la VIP, y la de invitados. Todas ellas sirven para abrir una serie de puertas que requieren de dichas tarjetas y que nos proporcionarán recursos y otras herramientas para progresar.
No es posible conseguirlas en cualquier orden, ya que al menos una requiere de otra de las llaves para obtenerla. Aparte que también será necesario el uso de la pala para poder hacernos con la primera de ellas; podéis consultar como conseguir la pala aquí.
Conseguir la tarjeta de mantenimiento
La primera de las tarjetas que debemos obtener es la de mantenimiento Se encuentra en una área subterránea para la que necesitaremos la pala. Tras desenterrar el acceso, entramos a una zona con acceso a un almacén y una habitación. En ella está lo que nos interesa, junto a una impresora en 3D, la tarjeta de mantenimiento. Con ella ya podemos acceder a las primeras puertas de los complejos.
Conseguir la tarjeta de invitados
La tarjeta de invitados está en el que probablemente fuese el primer bunker que visitamos al llegar al juego, con la impresora en 3D y el acceso a un pasillo pero cuya puerta estaba cerrada. Con la recién adquirida tarjeta de mantenimiento podemos acceder a ella, aunque estaba cerrada por una buena razón.
El área a la que accedemos contiene varios mutantes, así que mejor que saquéis las armas para combatir porque es difícil evitar el combate. Con ellos fuera de juego podemos seguir explorando la zona (vigilando que no haya otros). Tras atravesar un gimnasio o balneario que parece más una morgue por el número de cadáveres que hay en él, llegamos a un gran atrio con dos escaleras. Podemos subir por cualquiera de las dos. Si avanzamos en línea recta (pasada la zona de la piscina) llegaremos a una especie de club nocturno. En una de las mesas (la que tiene varios cadáveres sentados en ella) está la tarjeta de invitados.
Conseguir la tarjeta VIP
La última de las tres tarjetas que faltan se encuentra en otro búnker al que también se accede por una cueva. Tras recorrerla un poco llegamos a una trampilla que da a un almacén con varios recursos. En una de las paredes hay una puerta que requiere de la llave de mantenimiento. Si la abrimos llegaremos a una instalación que claramente es un invernadero.
Si vamos avanzando por el, y dando cuenta de los mutantes que nos salen al paso (un par de infantes más uno con fauces en torso), llegaremos a una zona que está inundada. Si tratamos de llegar al final en línea recta llegaremos a una puerta que requiere de la tarjeta VIP, que precisamente es la que buscamos. Desandando un poco el camino veremos un desvió a una zona que ya no está tan anegada.
Es una habitación de vigilancia e investigación, en la que por el vídeo que hay en las pantallas de playback descubrimos el origen de los mutantes. Pero lo que nos interesa aquí es la tarjeta VIP que hay sobre la mesa que, mirad por donde, es la de Virgina.
Con las tres tarjetas en nuestro poder ya podemos ir explorando cualquier señal del GPS que indique la presencia de un búnker o de instalaciones subterráneas. Ni que decir que son imprescindibles para acceder a las zonas finales del juego además de habitaciones con otras armas y herramientas que podríamos necesitar más adelante. Si queréis saber otras cosas de Sons of the Forest, os remito al artículo de Ivan Lerner en el que confiesa que es le juego que le ha enganchado al género.