Lo de robar los planos de la Estrella de la Muerte es uno de los temas más repetidos en la historia de Star Wars. Que sí, que el nuevo cánon dice que Andor, Jynn Erso y el resto de rebeldes de Rogue One fueron los héroes que lograron asestar ese golpe al Imperio, y tal… Pero es que en lo que es la mitología de Star Wars que ha ido quedando excluida con los años, el viejo Universo Expandido (leyendas que lo llaman ahora), lo de hacerse con los datos técnicos de esta estación de combate es como bajar a por el pan los domingos por la mañana: te levantas con cierta pereza y mucho recelo contra el sistema autoritario y fascista que te rodea, te pones ropa cómoda y te bajas con resignación a por ellos. ¿Quién va a bajar si no? Casi parece que si no has robado los planos de la Estrella de la Muerte, ni eres rebelde ni eres nada. Es el caso de Rianna Saren, la protagonista de un juego Star Wars que, a lo mejor, no conoces.
El eterno robo de los planos de la Estrella de la Muerte
Star Wars: Lethal Alliance fue un juego para PSP y Nintendo DS editado en 2006 por Ubisoft Montreal. Este título de acción en tercera persona nos ponía bajo la piel anaranjada de una mercenaria twi'lek (sí, como la esclava bailarina de Jabba) que, por avatares del destino (o la voluntad de la Fuerza), termina trabajando para la rebelión. Por este título desfilan personajes conocidos de Star Wars, como la Princesa Leia o Boba Fett, y tocaba toda las teclas para que el fan de La guerra de las Galaxias pudiera echarse unas partidas alegre y feliz sin complicarse demasiado la existencia.
Star Wars: Dark Forces
Lethal Alliance estaba bastante bien. La historia era interesante y técnicamente cumplía con creces respecto a lo esperable de las dos plataformas para los que fue lanzando, Tal vez fue precisamente el haber quedado limitado a engrosar el catálogo de estas dos portátiles lo que hizo que el juego no alcanzara la popularidad de otros títulos. Más allá de los buenos ratos que pasé machacando droides de combate IG, soldados de combate clon y pilotando naves (¡tenías niveles de "simulación"!), el poso que me dejó este juego es el de la contradicción. Y seguro que los fans de los videojuegos de Star Wars ya saben por dónde voy. Como decía antes, parece que no hay rebelde que se precie que de alguna manera no esté vinculado con el robo de los planos de la Estrella de la Muerte, y en los videojuegos lo hemos visto ya unas cuentas veces.
Star Wars: Battlefront II (2005)
Por ejemplo, además de Rianna Saren, durante todos estos años hemos visto historias similares de la mano de Galen Marek, nuestro querido Starkiller de la serie Force Unleashed, que ayudó a Bail Organa y Mon Mothma a escapar de esa misma base imperial y a tratar de hacerse con los planos. Algo muy parecido a lo que hizo Biggs Darklighter, el amigo de infancia de Luke Skywalker, tras la Batalla de Orron III en el legendario juego X-Wing de 1993. ¿Y qué decir de Kyle Katarn, que como quien no quiere la cosa encuentra los planos en una base imperial en Danuta durante el inicio de Star Wars: Dark Forces? Nunca lo olvidaremos, pero claro… ¡También los rebeldes que se escapan del bloque prisión de la Estrella de la Muerte en el primer Battlefront II (el de 2005) roban esos planos!
Todo esto no sirve más que para engordar lo que viene a ser el mayor enemigo de Star Wars y sus fans: el cánon. Que por escala y duración ha demostrado ser tan inconsistente como una nube en una mañana de primavera. ¿Y qué os queréis que os diga? Soy un fan de Star Wars al que ya le da un poco igual, porque sí, esos planos los roban en Rogue One, y eso (de momento) queda escrito en beskar, digo, en piedra (y en mi corazón). Pero yo me lo he pasado de rechupete cada vez que he jugado cualquiera de esas misiones, sea cual sea el juego… Y claro, también lo he disfrutado cuando lo he leído en novelas y cómics, pero claro, esa es otra movida…
Si te ha podido la nostalgia, o te ha vencido la curiosidad, te puedes hacer con Star Wars: Lethal Alliance por menos de 10 créditos de República Galáctica de importación en Amazon. Las tiendas digitales no le han tratado muy bien, imagino que por cuestiones de derechos, pero también está disponible de segunda mano a precio de derribo en Wallapop, eBay y similares... ¡Más fácil que robar los planos!
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