La apuesta por la exploración no lo convertía en un "elemento estrictamente necesario".
Meses atrás Nintendo confirmaba que el prometedor Super Mario Odyssey de Nintendo Switch no mostraría en ningún momento la pantalla de Game Over; al morir, el antaño fontanero bigotudo perdería varias monedas de oro y ya está. ¿A qué se debe ese cambio? ¿Por qué no hay un contador de vidas tradicional?
El director de esta nueva aventura de plataformas 3D, Kenta Motokura, reconoce que la apuesta por la exploración le restaba valor a esa idea de perder vidas hasta el punto de vislumbrar el siempre temible "Fin de la Partida". El creativo nipón remarca que el videojuego está plagado de checkpoints, por si caemos en alguna trampa, "por ello decidimos no usar el sistema de vidas tradicional, pues no era un elemento estrictamente necesario".
Motokura reconoce que también pensaron acerca de cómo "afectaría en el deseo de jugar a algunos usuarios porque, mientras algunos de ellos son realmente buenos y rara vez se toparían con la pantalla de Game Over cuando Mario se queda sin vidas, también los hay más inexpertos que terminarían viéndola de manera frecuente". De alguna forma, ese riesgo a acabar la partida reduciría las ganas por explorar libremente el nuevo y colorido mundo al que nos transportará Super Mario Odyssey.