Desarrollado por Cyanide, se venderá por capítulos en PS4, PC y Xbox One.
Cyanide es uno de los estudios franceses más prolíficos de la industria, no hay duda. La firma, además, es polifacética como pocas, atreviéndose con géneros tan distintos entre sí como la infiltración, la estrategia, los juegos de mesa o el ciclismo. El presente es un caso más de su polivalencia: se llama The Council, y lleva al jugador a principios del siglo XIX a una misteriosa isla en la que, personajes históricos de la categoría de George Washington o Napoleón, se darán cita en la mansión de Lord Mortimer para una de sus famosas fiestas.
Nos pone en la piel de Louis de Morat, un misterioso personaje que sufre visiones premonitorias, con un objetivo: saber del paradero de su madre, Sarah de Morat, que desapareció en la isla de Lord Mortimer sin dejar rastro. La inspiración principal de Cyanide es clara, y no oculta su jugabilidad y narración similar a la de producciones como las de Telltale o Life is Strange de Dontnod, que también estuvo en el What's Next de Focus Interactive con su esperadísimo y prometedor Vampyr.
El jugador deberá sacar partido a su visita a la mansión para aprovechar sus capacidades como diplomático, detective o oscurantista, lo que le permitirá conocer más al resto de invitados e indagar en la historia y los motivos que les han llevado a la mansión. Aunque el juego se venderá por capítulos, la producción permite al usuario disfrutar de tres espacios de guardado diferentes para poder jugar una partida con cada una de las especialidades de Louis, por lo que la rejugabilidad es obvia y permitirá disfrutar de tres puntos de vista distintos para encarar la narración.
Más allá del juego de influencias y las visiones de futuro del protagonista, algo oscuro y demoniaco se encuentra en la mansión, que parece regida por rituales satánicos que podrían poner en peligro nuestra aventura. El primer capítulo se estrenará en una fecha por determinar en el presente mes de febrero; se espera que Cyanide concrete la fecha en los próximos días.