Yo creo que la Tierra es una esfera ligeramente achatada por los polos y que en un complejísimo baile de rotaciones, gira alrededor de una estrella. Pero bien podría ser un disco plano, que se sostiene sobre cuatro elefantes que se posan sobre una enorme tortuga que viaja por las inmensidades del espacio infinito. En ambas interpretaciones de nuestra realidad planetaria habitan trolls, bibliotecarios peludos, baúles con dientes y muchas patitas y magos con sombreros divertidos. Bueno, nunca he llegado a ver uno de esos baúles, la verdad. Pero de algún mago de esos sí que tengo constancia de su existencia. Uno de ellos se llamaba Terry Pratchett, y escribía unos libros divertidísimos de fantasía que resultaban delirantes y preocupantemente costumbristas (para ser humorísticos). Y además, le encantaban los videojuegos.
Si no sabes quién era Terry Pratchett mi consejo es que leas los libros de Terry Pratchett. Poca ayuda más puedo darte: es divertido, es inteligente y hará que pienses de manera diferente de algunas cosas sobre las que seguro hace mucho tiempo que no piensas. Si ya le conoces como autor, ahora te recomiendo la reciente biografía autorizada de Terry Pratchett editada por Maimes, escrita por Rob Wilkins, quien fue la mano derecha de Pratchett durante varias décadas. En este libro he descubierto un Terry Pratchett muy humano, maniático, gruñón, curioso y amante de los videojuegos.
Pratchett era capaz de escribir dos novelas al año, imaginad cómo estarían vuestras estanterías si no se hubiera cruzado por su camino Thief
Son muchas las anécdotas en las que Pratchett se zambulle en el mundo de los videojuegos abrazándolo como uno de sus pasatiempos favoritos. Por ejemplo, en uno de sus empleos formó parte de un grupo de auténticos pirados del Space Invaders cuando la recreativa llegó a Reino Unido; o que cuando su hija era pequeña, le pagaba una pequeña propina para que se pasara por él los primeros niveles de los juegos a los que estaba enganchado, para poder seguir por donde se había quedado sin perder tiempo. Hablamos de los vetustos años antes del guardado automático, y de una niña, Rhianna Pratchett, que terminaría trabajando en los guiones del Prince of Persia de 2008, Bioshock o siendo la responsable narrativa del último relanzamiento de Tomb Raider, además de periodista especializada para medios como PC Zone. Pero es otra historia.
La que a mi me interesa ahora, entre las muchas que reúne este libro, es la que tiene que ver con The Elder Scrolls: Oblivion y el cuelgue que Terry Pratchett tenía con este juego de Bethesda Softworks. En un interesante artículo para The Guardian se recoge la pasión que tenía el genial escritor con los videojuegos. Y digo "pasión" por no decir "cuelgue" o "enganche". Si Pratchett era conocido por ser una máquina narrativa bien engrasada capaz de escribir dos novelas al año, imaginad cómo estarían de sobrecargadas vuestras estanterías si no se hubiera cruzado por su camino el mítico Thief, el juego de sigilo desarrollado por Looking Glass Studio, equipo formado por genios de la talla de Ken Levine. El caso es que en el artículo se menciona cómo Pratchett participó en la escritura de uno de los mods más interesantes de Oblivion, pero su biografía da todavía más detalles.
Uno de los trabajos más desconocidos del autor de Mundodisco
Sir Terry era una auténtico apasionado de la informática, y tenía en su oficina (apodada "La Capilla") tantos ordenadores como le era posible tener sobre la mesa. Los equipos más potentes estaban reservados para los videojuegos, y en ellos invirtió una ingente cantidad de horas a The Elder Scrolls IV: Oblivion, un juego que en sus propias palabras funcionaba como "chicle para el cerebro". Pratchett se negaba a tomar atajos y se negaba a utilizar mods de esos que "mejoran la calidad de vida" del jugador. Lo que le interesaba era "internarse en el mundo de Oblivion tanto como el juego se lo permita", según su propio ayudante (y autor de la biografía, Rob Wilkins).
Lo que sí le interesaban eran los mods narrativos, de esos que expanden el lore del juego con nuevas tramas creadas por los fans. Y ahí es donde entra Emma, creadora de un personaje acompañante para el juego llamado Vilja que entusiasmó al autor*. Entre partida y partida, y libro y libro del Mundodisco, Pratchett comenzó a escribirse con Emma, que al principio no tenía ni idea de que la persona con la que se estaba escribiendo era ESE Terry Pratchett, "no solo un Terry Pratchett".
Terry Pratchett, el creador de la triunfal serie del Mundodisco, era conocido y apreciado a lo largo y ancho del mundo por sus novelas tremendamente populares, su humor satírico e inteligente y la humanidad de su obra benéfica. Pero eso es solo una parte del retrato.
Así que ESE Terry Prachett terminaría escribiendo bastante contenido para este mod, expandiendo el personaje y las funcionalidades de Vilja. La colaboración se expandió a todo tipo de opciones de juego. Por ejemplo, Terry quería encontrarse con trasgos en el mundo de Oblivion sin tener que matarlos, lo que cristalizó en la creación de un amuleto de paz que permite al jugador moverse entre los trasgos y recorrer sus moradas sin rencores ni malos rollos. También que se pudiera recompensar a Vilja cuando realizaba algún servicio excepcional, como salvar la vida del jugador. Según Wilkins, el escritor invirtió mucho tiempo en esta colaboración, así que si eres un fan completista de la obra de Terry Pratchett, tal vez quieras desempolvar tu vieja caja The Elder Scrolls IV: Oblivion y sumergirte en la "viejuna" aventura de Bethesda sabiendo que puedes disfrutar de uno de los trabajos más personales y desconocidos de Terry Pratchett.
*El mod de Vilja también está disponible para The Elder Scrolls V: Skyrim. Y sí, esta nota al pie es solo un homenaje a Pratchett.
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