La nueva expansión del exitoso The Elder Scrolls Online añade una nueva característica que me ha conquistado.
Pienso en The Elder Scrolls VI y me resulta imposible no dejar volar la imaginación soñando con los fascinantes lugares a los que nos llevará Bethesda Softworks en este esperadísimo RPG de mundo abierto. Aquí creo que todos tenemos la misma duda: ¿qué regiones de Tamriel serán protagonistas del juego? ¿Harán una locura al estilo Starfield y se atreverán a recrear todo este mundo de fantasía? ¿O seguirán apostando por la fórmula de los últimos The Elder Scrolls, con regiones concretas? Obviamente la idea de tener un escenario descomunal me vuelve loco, pero también soy de los que prefiere algo más contenido si así se consigue un mejor diseño de misiones, ciudades más detalladas y con más vida en su interior, y una historia más cuidada con un ritmo de la acción perfecto. Pero vaya, que si me dicen "aquí tienes toda Tamriel, disfruta del viaje"; doy saltos de alegría.
A lo que voy es que -por supuesto- quiero la evolución de Skyrim; un RPG inmenso a todos los niveles que me haga sentir realmente parte de su universo de fantasía. Pero no es de lo que quería hablaros ahora porque mi nuevo placer culpable en el universo The Elder Scrolls tiene nombre propio: Historias de Homenaje. ¿Os suena? Si habéis iniciado vuestra aventura en The Elder Scrolls Online High Isle estoy seguro de que sabéis por dónde voy. Estoy absolutamente enganchado a este juego de cartas. ¿El reino de los Bretones está al borde de la ruina? Dame unos minutos que acabo una partida y ya si eso me ocupo del fin del mundo. Suena exagerado pero algo así ha pasado.
Los jugadores ya están creando sus propios torneos para competir
No sé cuántas horas llevo ya invertidas en este "pasatiempo" que así de primeras puede parecer demasiado enrevesado pero pronto demuestra que no lo es tanto, y además tiene un potencial increíble. Nada tiene que ver con el interesante The Elder Scrolls Legends que se estrenaba hace ya unos años. Aquí tienes ocho mazos con 20 cartas únicas para cada uno de ellos, tres recursos básicos para jugar en la mesa, y cuatro benefactores observando la partida dispuestos a apoyar o perjudicar a los jugadores, dependiendo de lo generosos que seamos con los donativos. Confieso que me cuesta explicar en pocas palabras cómo se juega a Historias de Homenaje, así que os invito a leer este tema especial con las 10 cosas que debes saber de este juego de cartas. Mi resumen es mucho más directo: ¡es puro vicio!
Ya en las primeras partidas te lo pasas muy bien combinando cartas de un mismo mazo para obtener más dinero o mayor capacidad de ataque; pero a medida que aprendes estas sinergías y entiendes también cómo funcionan las cartas especial como los Agentes o los Contratos, la diversión no hace más que crecer. Entiendo por tanto que los propios jugadores estén organizando torneos para demostrar quién es el mejor en Historias de Homenaje. High Isle lo hace genial tentándote a echar alguna que otra partida, aunque solo sea para subir en el ranking y llevarte suculentas recompensas. Pero al final juegas.
Quiero que Historias de Homenaje forme parte del futuro de The Elder Scrolls
Así que sí, quiero que The Elder Scrolls VI me enamore con una nueva e imponente recreación de Tamriel; deseo poder convertirme en nigromante y tener la capacidad de aterrorizar a ciudades enteras; o disfrutar de un renovado sistema de combate que esta vez sí nos haga sentir auténticos guerreros, o magos, o asesinos en las sombras. Y quiero también que Historias de Homenaje forme parte del futuro de The Elder Scrolls, aunque eso implique abandonar durante unas horas la siempre apasionante misión de salvar el mundo.