Análisis de Treasures of the Aegean. Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

Análisis de Treasures of the Aegean. Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales
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En un 2021 marcado por el desarrollo español, Treasures of the Aegean es uno de esos lanzamientos que, aunque puede pasar desapercibido, tiene el poder para conquistar a cualquier fan de los puzles y las plataformas. Un juego que da una vuelta de tuerca a los metroidvania clásicos con una propuesta tan personal como interesante.

Cuando pensamos en grandes mitos de la antigüedad, el de la Atlántida es uno de los más recurrentes. Pero la leyenda de la mítica isla que Platón describe en sus diálogos se habría inspirado en la civilización minoica, una de las más desarrolladas sociedades de la Edad de Bronce que habitaron la isla de Creta y otras islas del Mar Egeo. La gran erupción de la isla de Thera, conocida en la actualidad como Santorini, en Grecia, habría cambiado por completo la historia de un pueblo del que su cultura fue borrada tras el cataclismo.

Este es el trasfondo sobre el que se desarrollarán los eventos de Treasures of the Aegean, un metroidvania de un estudio barcelonés que llega en un año donde juegos como el galardonado Metroid Dread, Narita Boy o el reciente Aeterna Noctis, no han dejado de recordarnos el gran talento que se esconde tras el desarrollo de videojuegos español. En el caso de Treasure of the Aegean, toma como base para su trama un conjunto de leyendas e historias reales de civilizaciones antiguas y unos cazatesoros que intentarán hacerse con ellas, una fórmula que, pese a no ser la más original, sigue funcionando estupendamente. Tanto el planteamiento de la aventura como la construcción de nuestros personajes, recuerdan a películas como Indiana Jones, Tomb Raider, La búsqueda o Las aventuras de Tintín. Sin embargo, se nota que desde Undercoders no han querido limitarse a replicar una fórmula que ya de por sí es interesante y han buscado sorprendernos, esta vez sí, explorando unos mitos que, si bien nos suenan familiares, apenas han sido explotados en el cine, el cómic o en los videojuegos.

Treasures of the Aegean se sustenta sobre dos grandes pilares: la exploración y los rompecabezas. Nos encontramos con un metroidvania 2D atípico, mucho más abierto que otras propuestas, que toma elementos de varios géneros para conjugar un juego a su manera desafiante -con matices- y con un desarrollo satisfactorio. Para ello, emplea unas mecánicas que prescinden por completo de la acción violenta apostando por un plataformeo basado en el parkour.

Algo que me chocó nada más comenzar a jugar es su perspectiva, más alejada de lo habitual y con un personaje bastante pequeño en pantalla, no obstante, esto encaja especialmente bien con la velocidad de desplazamiento de nuestra protagonista, realmente rápida, sirviendo para anticipar las plataformas por las que vamos a tener que movernos gracias a un plano más amplio, ayudando así a que se mantenga un ritmo de juego en el que no dejamos de correr.

El bucle de Treasures of the Aegean

Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

Los enemigos no intimidan, son pocos y sus ataques son sencillos de esquivar

Treasures of the Aegean integra distintas mecánicas clásicas de los videojuegos de una forma única, aunque la más presente de ellas es el bucle en el que la isla se encuentra inmersa. Esta premisa, habitual en muchos roguelikes, nos coloca un crono al que tendremos que enfrentarnos mientras exploramos y resolvemos nuestros rompecabezas. Realmente, no existe una acción que ponga en riesgo nuestra vida, porque pese a que hay algunos enemigos dispersos por el juego, su presencia no supone un riesgo para nuestra salud. Las grandes caídas tampoco resultarán en muerte, simplemente, veremos una simpática transición en la que nuestra protagonista se recupera y seguiremos nuestro camino, aunque perdiendo parte de nuestro tiempo de juego en ese ciclo. Esta supone una gestión del riesgo algo descafeinada, los enemigos no intimidan, son pocos y sus ataques son sencillos de esquivar. En el peor de los casos, perderemos apenas un minuto de nuestra cuenta atrás, algo que no supondrá un cambio significativo en la mayoría de los ciclos. Lo mismo ocurre con las caídas, llevándonos incluso a ser descuidados en nuestras carreras por el bajo riesgo al que nos enfrentamos. De esta forma, el bucle es el que realmente va a luchar en nuestra contra y el que construirá un reto, aunque es algo que no nos presionará hasta la recta final del juego. La sensación que tengo es que el estudio no ha querido castigar demasiado al jugador y con ello se ha perdido parte del equilibrio entre riesgo y recompensa.

Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

Aunque el mapa no es enorme, tampoco resulta pequeño, esto, sumado a su naturaleza laberíntica, servirá para ponernos a prueba en nuestra carrera por resolver los misterios de la isla. Para ello, nos veremos obligados a explorar hasta el último rincón de un escenario lleno de secretos y coleccionables. La mecánica de bucles nos permitirá conservar la información, aunque no los objetos clave para resolver los grandes rompecabezas. Os recomiendo que, al menos al principio, no prestéis demasiada atención al tiempo, cuando el bucle termine y volváis a la isla, apareceréis en algún punto aleatorio del escenario y podréis dedicaros a seguir explorando para recopilar toda la información de vuestro alrededor. En esta fase, el uso de marcadores será capital, puesto que el mapa del juego no tendrá ni un solo icono. Con el escenario explorado y la información recopilada, llegará el verdadero reto, los puzles.

Esta particular mecánica de bucles podría no ser bien recibida por todo el mundo, sobre todo, cuando tenemos que luchar contra una cuenta atrás, llegando incluso a resultar algo frustrante. Sin embargo, esta arriesgada apuesta sirve de motor para impulsar una jugabilidad rápida y satisfactoria que una vez dominada, nos llevará a sentir que podemos acceder a prácticamente cualquier punto de la isla en muy poco tiempo. Desgraciadamente, los ciclos ganan fuerza a medida que nos acercamos al final del juego, mientras que, durante los primeros compases, son más una molestia que un verdadero reto. Es raro que un bucle nos limite para resolver algo necesario durante la primera mitad del juego, ya que nos limitamos a explorar el mapa y este progreso no se pierde entre ciclos, siendo una mecánica que brilla cuando se nos lleva a encadenar varios puzles en un solo ciclo, algo que no ocurre hasta muy avanzado el juego. Estos bucles van intercalando tanto escenas del pasado de nuestros personajes como fases de plataformas en emplazamientos diferentes al de la isla. El juego intenta evitar con esto que, sobre todo al principio, la mecánica de bucles pueda hacerse tediosa, mientras nos aporta un interesante trasfondo para nuestros personajes.

La isla al completo es un puzle por resolver

Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

Toda la isla es un gran puzle que tendremos que resolver de forma acumulativa

Una forma habitual de organizar los metroidvania es con puertas y zonas a las que no podemos acceder hasta haber conseguido alguna habilidad en concreto, este es el famoso backtracking, y aunque en Treasures of the Aegean vamos a recorrer muchas veces las mismas zonas, su planteamiento es diferente. La exploración será la base para resolver unos puzles, que en su mayoría están presentes y a nuestro alcance desde el principio. Toda la isla es un gran puzle que tendremos que resolver de forma acumulativa, algo que encaja con el resto de mecánicas planteadas. Sin embargo, contar con un escenario tan abierto y accesible puede llevarnos a sentirnos más perdidos que en otros juegos del género. En muchas ocasiones, he apreciado que las pistas eran algo ambiguas o escasas y los objetivos resultaban poco claros. La forma de resolverlo ha sido explorar y explorar hasta dar con aquella pieza que me hacía falta para continuar, prácticamente por casualidad. Arrancaremos con una exploración de la isla donde no sentiremos demasiada presión, ideal para hacernos con los controles y perfeccionar nuestro parkour, después, con la información recopilada y los puntos de interés marcados, comenzará el auténtico reto, resolver los rompecabezas.

Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

Los efectos de algunos de estos puzles se mantendrán entre bucles, aunque los más importantes necesitaremos resolverlos a la vez y antes de que termine el tiempo, es aquí cuando se plantea el verdadero reto para el que tendremos que demostrar todo lo que hemos aprendido a lo largo del juego. Esta progresión es uno de los grandes puntos fuertes del título y hace que unas mecánicas que podrían parecer frustrantes o tediosas, cobren sentido y fuerza en una recta final en la que nos recorreremos la isla de punta a punta en una auténtica carrera contrarreloj.

Estos rompecabezas emplean los distintos elementos que han formado parte esencial del juego, llevándonos a resolver pequeños laberintos, planteándonos fases de plataformas con saltos muy ajustados y acertijos que, aunque no conllevan una gran dificultad, sirven para integrar las leyendas de la civilización minoica. La resolución de los rompecabezas no se centra tanto en plantear un desafío genuino en forma de acertijo, sino en haber sido capaz de encontrar todas las piezas para armar el puzle. Son rompecabezas fáciles en general, pero que, sin la pieza necesaria, se presentan imposibles de solucionar. Tendremos que haber hecho los deberes si queremos llegar al final, conocernos la isla, haber señalizado cada uno de los elementos que necesitaremos y entrenado nuestras habilidades de parkour, porque Treasures of the Aegean, sin ser un juego especialmente difícil, puede llegar a hacerse muy cuesta arriba si no hemos sido metódicos.

Exploramos un precioso cómic europeo

Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

Para su apartado visual, Undercoders apuesta por un estilo tan familiar como es el del cómic europeo, pero consiguiendo otorgarle un aspecto personal y atractivo. Algunos de los colores empleados recuerdan al trabajo de Moebius o Hergé, con una predominancia de los tonos pálidos y las sombras poco pronunciadas. Aunque el diseño se antoja como todo un acierto y la paleta de colores le da una gran personalidad al juego, en momentos puntuales, podemos perder de vista los límites de algunas plataformas, siendo difícil distinguir en un simple vistazo aquello que forma parte del escenario y del fondo. Aunque no llega a suponer un problema serio y en cuanto fijamos la vista, resulta fácil diferenciar estos elementos, el veloz desplazamiento entre plataformas puede jugar en contra de algunos puntos del diseño. En más de una ocasión, me he visto obligado a frenar un poco el ritmo por llegar a una zona de plataformas algo confusa visualmente

La banda sonora es otro de los grandes elementos a destacar de Treasures of the Aegean, no sólo es inmersiva con respecto a la temática, también cambia dependiendo de en qué zona de la isla nos encontremos, adaptándose a las distintas áreas con unas transiciones elegantes y muy bien gestionadas. Estas diferentes zonas de la isla, aunque guardan coherencia entre ellas, gozan de un aspecto único que nos permite ubicarnos rápidamente incluso sin tener que ojear el mapa. En cuanto a la exploración de este mapa, cuenta con un intuitivo sistema en el que se diferencian las zonas ya exploradas en anteriores bucles con las recientemente descubiertas, algo que facilita poder ubicar nuestro desempeño en cada ciclo, pero también refuerza el reto de no tener tan definido en el mapa el espacio que acabamos de desvelar.

Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

El estilo de cómic vertebra todo el apartado artístico, prescindiendo de animaciones elaboradas y apostando por una sucesión de viñetas para narrar su historia. Algunos detalles de esta estética demuestran un gran estilo por parte del estudio, con sutiles diferencias entre los momentos cinemáticos y jugables, apenas añadiendo una clásica trama de cómic al aspecto dibujado general. Sin embargo, fuera de las viñetas e ilustraciones, las sencillas animaciones empleadas se llegan a sentir bastante pobres.

Tanto el estilo visual como la trama resultan en unos personajes repletos de carisma

Tanto el estilo visual como la trama con base histórica y mitológica, resultan en unos personajes repletos de carisma. Nuestros cazatesoros son Marie Taylor, una exploradora con unas increíbles aptitudes físicas, y James Andrew, un historiador obsesionado con la cultura minoica. Ambos forman un equipo con el que es fácil encariñarse y conforme avanza la historia, descubriremos elementos de sus pasados que servirán para justificar el por qué se han embarcado en esta aventura. Desgraciadamente, los enemigos son mucho más olvidables. Tendremos que vérnoslas con unos personajes que actúan como villanos tanto en la trama como en el desarrollo jugable, sin embargo, su presencia llega a resultar anecdótica, quedando sepultada por el interés de los puzles y la cuenta atrás en los ciclos, que terminaremos sintiendo como los auténticos desafíos que superar. Estos enemigos se sentirán como una pequeña molestia jugable sin mayor trascendencia, en una historia que se cimenta de forma excelente sobre unas bases históricas, pero que no consigue despertar el mismo interés en lo que respecta a las relaciones entre los personajes de los distintos bandos.

Parkour contra el crono

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Un metroidvania con puzles, parkour y bucles temporales

Treasures of the Aegean

Por: El equipo de 3DJuegos
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En definitiva, Treasures of the Aegean combina de forma solvente la resolución de puzles con las plataformas, todo ello, construido sobre una mecánica de bucles temporales con elementos roguelike y una jugabilidad rápida, fluida y satisfactoria. Tanto la trama como el trasfondo histórico que enmarca la acción se siente original y en ocasiones, muy familiar, consiguiendo una exploración interesante, aunque algo abrumadora. La excelente banda sonora va de la mano de un apartado visual dibujado a mano y basado en el cómic europeo que, aunque sencillo, resulta muy efectivo. Una grata sorpresa del equipo español Undercoders, recomendable para todo el que busque una propuesta distinta dentro del género de los metroidvania 2D.

5 Cosas que debes saber:
  • Un metroidvania 2D obra del estudio español Undercoders.
  • La mecánica de bucles temporales y sus escenarios abiertos lo convierten en un juego diferente, aunque puede resultar algo tedioso.
  • El satisfactorio parkour y sus puzles son la base jugable de una exploración sin violencia.
  • El contexto histórico de la trama resulta muy interesante, aunque los villanos son bastante olvidables.
  • El fantástico apartado artístico y sonoro sirve para enmascarar unas animaciones algo básicas.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 10-15 horas
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