Imagina crear un juego indie con toda la libertad creativa del mundo, pero al mismo tiempo contar con los recursos de una gran desarrolladora. Eso es precisamente lo que propone Under the Waves, una aventura narrativa poco convencional, que nos lleva hasta el fondo del mar para descubrir un viaje intimista, muy personal. Los desarrolladores de Parallel Studio, un equipo francés formado por unos cuantos empleados, colabora con Quantic Dream para construir un relato con un mensaje poderoso, capaz de impactar al usuario tras jugarlo. Por el momento apenas he podido acariciar su propuesta, pero promete.
Stan es un buzo profesional que de repente se ve solo en las profundidades marinas. Es un personaje azotado por una gran pérdida, que navega en la soledad de unas aguas que en realidad funcionan como una metáfora de su estado mental. Pronto nuestro protagonista será consciente de extraños eventos en las profundidades, y deberá o bien perderse entre las olas, o volver a la superficie superando el dolor que lo atormenta. El planteamiento narrativo es profundo, con contenido no solamente psicológico, sino de concienciación ecológica. En definitiva, un videojuego único, que he podido probar media hora, y que me ha dejado con muchas ganas de descubrir todo lo que atesora.
Viaje hacia el fondo de la conciencia humana
La experiencia surrealista e íntima que supone Under the Waves se articula en la forma de una aventura narrativa. Por lo que he podido comprobar en esta demostración, hay mucha libertad de exploración, tanto a pie como nadando, y también a bordo de un submarino. Aunque tampoco quiero que te engañes, porque todo apunta a ser muy lineal. Esto es lógico. Después de todo, se sigue el estilo de juegos como Heavy Rain, Beyond: Two Souls o Detroit: Become Human.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que hay mucho de la esencia de Quantic Dream en este lanzamiento. Era obvio. Se han prestado tecnologías de motion-capture para representar el estado del protagonista, y se abraza la jugabilidad narrativa del estudio francés para meternos en una historia nada convencional. Así, tienes muchos momentos de conexión con Stan, de indagar en lo que piensa a través de acciones tan cotidianas como revisar los objetos que nos encontramos en las bases acuáticas que visitamos.
Su contenido no solo es psicológico, sino también de concienciación ecológica
Una de las cosas que más me han gustado de Under the Waves es que tienes control directo de Stan para nadar y bucear hacia adelante, hacia atrás, pero también para ascender o descender. Esto te permite explorar cuevas y todo tipo de instalaciones submarinas para buscar pistas sobre algo que aún desconozco, pero que sirven para materializar esos recuerdos que dan forma a la historia tan personal que se nos quiere contar.
Todo con cierta belleza de por medio, sobre todo cuando te subes al submarino y contemplas el fondo del mar. Tienes un radar que te ayuda a detectar enclaves importantes, además de identificar especies marinas. En este sentido, el juego tiene la importante misión de lanzar un mensaje de concienciación ecológica, algo que se hace incitándonos a recoger los desechos que nos vamos encontrando por el camino. Por algo colabora Surfrider Foundation Europe en el proyecto, una organización que es referencia en la lucha por la protección de los océanos.
Queda por ver hasta donde llega este relevante mensaje ecológico, y es que me he quedado con muchas ganas de ver qué es lo que venía a continuación. Mi demo se acabo rápido. Apenas me dio tiempo a hacerme con los controles, bucear a través de alguna instalación, controlar el submarino y recoger algún coleccionable (habrá unos cuantos). Aparte, se me ha dicho que podré obtener materiales y crear equipamiento con el que avanzar a través de este periplo tan particular, probablemente otorgando algo de variedad jugable al planteamiento base.
El juego, desde luego, es bonito, con una línea artística poco convencional, que plasma una realidad alternativa del año 1979. Se combina así lo retro, lo fantástico y toda la belleza de los fondos oceánicos. Es algo que ahora mismo me apetece mucho descubrir, aunque habrá que esperar al 2023 para sumergirnos en su valiente propuesta.
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