Wandering Sword es un RPG muy particular. Estéticamente, es idéntico a Octopath Traveler con la misma combinación de figuras pixeladas, luces de alta calidad y tridimensionalidad en sus escenarios. Pero a diferencia de Octopath Traveler, Wandering Sword se olvida de los tropos habituales de los JRPG para centrarse en los de las pelis chinas de artes marciales de época. El resultado mola bastante.
El juego es una montaña rusa de venganzas, traiciones, asesinatos y exploración del Qi. Es un dramón inmenso con una trepidante guerra de fondo en el que siempre está pasando algo. Me ha encantado el ritmo narrativo. No es tan pausado como Octopath Traveler, no tiene ese puntito teatral que hace que los héroes se pasen horas mirando a la luna explorando sus sueños, esto va a toda leche.
Nuestro protagonista se dedica a transportar turistas en una caravana, pero lo asaltan los bandidos. Envenenan a sus amigos hasta matarlos y a él lo dejan con un pie al borde de la muerte. Pero lo salva un maestro que le enseña a usar su Qi, y este también es atacado por unos bandidos, ¡y secuestran a su hija y…! Si habéis visto este tipo de películas ya sabéis a qué me refiero. Es un no parar de emociones.
El ritmo al que fluye su historia te enganchará hasta el final
El personaje principal podría estar mejor escrito, pero toda la gente que nos encontramos en nuestros viajes lo compensa. Wandering Sword está plagado de misiones secundarias que se entrelazan con la principal. Muchas son una tontería, pero hay varias muy interesantes en las que se desarrollan las vidas de la gente anónima que nos encontramos. Se nota que este juego aprendió mucho de Octopath Traveler, y no solo por los gráficos. En el juego de Acquire y Square Enix, los protagonistas pueden interactuar de muchas formas con los habitantes de los pueblos. En función de la habilidad de cada uno, pueden robarles, descubrir sus secretos…
En Wandering Sword, podemos observar a casi cada vecino y ver sus stats de fuerza, ataque o resistencia. Si nos gusta lo que vemos, podemos retarlos a un combate y darles regalos. Si aumentamos nuestra afinidad con ellos, se unen a nuestro grupo. Esta idea, combinada con el encuentro de muchas subtramas interesantes, es lo mejor de Wandering Sword. Se nota que es un juego que quiere hablar de su sociedad, y poner el foco en el habitante anónimo.
Las ciudades están llenas de gente, y cuando salimos al mapamundi también vemos a personas moverse de un lado para otro. Esta vida acentúa el tempo de su narración y hace que jugar Wandering Sword sea un placer. Siempre te apetece descubrir una nueva ciudad, intentar enrolar a alguien nuevo a tu grupo, y que un borracho anónimo te cuente una nueva historia melodramática que no te esperabas.
Te encantará reclutar a nuevos miembros para tu banda
He de reconocer que me gusta mucho más cómo hace esto Suikoden II. Aquí es todo muy transaccional, la verdad. Si te hago regalos que te gustan y te gano en un combate te unes a mí. Pocas veces sucede lo que ocurre en el JRPG de Konami, que tus aliados imprevistos se unan a ti a causa de una subtrama. Sin embargo, sigue siendo muy divertido. Por supuesto, además de esto, se nos unirán otros amigos que comparten intereses con nosotros.
Su apartado visual robusto, la celeridad de su historia y cómo nos deja reclutar a nuestras tropas, es lo que más me ha gustado del juego. En la cruz de la moneda está su combate, su interfaz y sus subtítulos solo en inglés y no demasiado bien traducidos. Las peleas no están mal, pero no me han acabado de enamorar. Se parecen a las de Live A Live. Saltamos a la arena de batalla y los monstruos se reparten por cuadrículas. Tienes que ir moviéndote por ellas y usar una técnica de artes marciales cuando toque.
Se me ha hecho muy farragoso este sistema, y lento. El juego tiene un modo para jugar estas peleas en tiempo real, para que no haya nunca pausas en los combates y todo vaya más rápido. Sin embargo, siempre que lo uso me aniquilan. No es que el sistema de combate sea malo, para nada. Es divertido, funciona y te deja realizar combos y probar sinergias entre luchadores. Pero lo que ocurre fuera de él me ha sabido tan fresco e interesante, que me ha fastidiado que las batallas sean tan convencionales.
Su interfaz también es bastante malillo. No sabe explicarse bien, y tardarás mucho tiempo en entender para qué vale cada objeto, armaduras o el correcto empleo de tus técnicas. Y es importante que te esfuerces en comprenderlas. Tampoco ayuda que el juego no venga en español, en especial porque la personalización de nuestro guerrero es amplísima. Hay una profunda economía en forma de puntos de experiencia para invertir en artes, técnicas o puntos de presión para fortalecernos.
Un sueño de artes marciales muy divertido
Wandering Sword es un RPG muy interesante y dinámico. Su narración tiene muchísima energía, y los encuentros que parece que ocurren por casualidad cuando viajamos por las ciudades son estupendos. Honestamente, aunque sea una producción más humilde que Octopath Traveler, creo que hay muchas cosas que hace mejor que él, y eso es mucho decir. Puede que los combates no me hayan enamorado, y tampoco su interfaz, pero sí su relato de guerras y artes marciales.
Wandering Sword es un RPG refrescante. Aunque tenga problemillas en su combate o interfaz, lo compensa con una narración llena de vigor y de divertidos clichés propios de las pelis chinas de artes marciales. Lo he disfrutado mucho. Su curva de dificultad a veces hace cosas extrañas, pero me resulta imposible no recomendarlo. Es un título precioso y que te sorprenderá.
Comprar Wandering Sword- Puedes reclutar a casi cualquier persona que te encuentres.
- El ritmo de la narración es mucho más ágil que en cualquier otro JRPG.
- Sus ciudades y su mundo tienen muchos secretos por descubrir.
- Al combate le falta un pelín más de pulido.
- Su apartado artístico es precioso.
