ACE Team y Atlus traen el extraño Zeno Clash a Xbox Live con una edición definitiva repleta de añadidos. Ahora bien, ¿qué se esconde tras la máscara de este juego: una propuesta aleatoria o una más tradicional de lo que parecía?
¡Encuesta sorpresa! ¿Qué es más peculiar: una vaca haciendo autostop o Zeno Clash? Los lectores ajenos al debut "videojueguil" de ACE Team escogerán la primera opción, mientras que aquellos que visitaron en su día el mundo insano de Zenozoik responderán al encuestador cogiéndole de la nuca y lanzándolo por los aires.
Sí, Zeno Clash es un juego raro y es perfectamente consciente de ello. Sabe que, durante los primeros minutos de la partida, el jugador se sentirá como si Salvador Dalí acabase de darle un beso apasionado. Y aún así, su ambiente bizarro y aparentemente aleatorio esconde un orden y una estructura conservadores, contradicción que hace del título una experiencia todavía más especial si cabe.
Radical/conservador
Un simple vistazo a los últimos añadidos del catálogo de Xbox Live revela algunas perlas extrañas a tener en cuenta -sin ir más lejos Las desaventuras de P.B. Winterbottom gira alrededor de un villano que crea paradojas temporales para robar pasteles- pero Zeno Clash se lleva la palma. Su premisa narrativa así lo demuestra: Ghat, el protagonista, acaba de enfrentarse y asesinar a un ser hermafrodita y diabólico llamado Padre/Madre, y ahora todos sus "hermanos" quieren matarle. Posiblemente. En todo caso, el jugador deberá huir de sus perseguidores en un mundo habitado por gente que se da cabezazos contra los sitios y por gallinas con ganas de ser pateadas.
Una amalgama aparentemente alocada que acaba teniendo sentido porque el título es en realidad una propuesta familiar disfrazada con un traje cuanto menos esquizoide. Una vez se le han quitado las plumas de la cabeza, la máscara manchada de sangre ¿humana? y los cuernos de toro, Zeno Clash revela un mecanismo interior que funciona gracias a engranajes tradicionales.
De acuerdo, un beat´em up en primera persona no es precisamente un sub-género tradicionalista, pero Zeno Clash consigue que parezca algo natural. Los golpes se controlan con los gatillos laterales del mando, y la brutal sensación de impacto logrará que el jugador sienta que son sus nudillos los que acaban de mutilar carne ajena; lástima que el sistema de detección no esté todo lo calibrado que debería -resulta sumamente difícil patear a un enemigo que está agonizando en el suelo.
Beat´em up táctico
Perspectivas inusuales a parte, Zeno Clash es un beat´em up completo. Y conservador, ya que el juego se divide en zonas cerradas repletas de enemigos -con algunas excepciones honrosas. Lejos de convertir la experiencia en una rutina soporífera, el ritmo incentiva al usuario a acabar la aventura prácticamente de golpe.
Siguiendo con la tendencia clasista, los controles son fáciles y rápidos de aprender porque no se basan en combinaciones eternas de botones. Con un gatillo, Ghat realizará una tanda de golpes flojos, mientras que con el otro el enemigo recibirá un embiste de los fuertes; bloqueos, fintas y una suerte de movimiento ejecutorio completan el repertorio. Básico, cierto, pero con un potencial estratégico que entretiene en lugar de irritar.
Zeno Clash se comporta como el mentor de las películas asiáticas de artes marciales, es decir, le enseña todas las lecciones básicas a su pupilo -el jugador- pero le esconde la más importante de todas, a la espera de que éste se dé cuenta de su existencia en el momento de mayor necesidad. Y es que los usuarios tercos morirán una y otra vez a manos de aquellos enemigos que han logrado situarse a sus espaldas para darles una paliza. Es muy importante aprender a separar a los contrincantes, no parar de moverse en todo momento; la clave radica en convertirse en el "administrador" de la lucha para evitar aglomeraciones indeseadas. Si el título tuviese barba larga y caduca, se la mesaría en señal de satisfacción por los progresos de su alumno.
Las armas no son el mejor amigo de Ghat, y la mayoría del armamento acabará en el suelo a los pocos minutos de su estreno. ¿Cuál es el problema? Las armas blancas son demasiado lentas, mientras que las de larga distancia incluyen un sistema de apuntado errático que nada tiene que hacer con los movimientos rápidos de las bestias más diminutas -por no olvidar del proceso "burocrático" de recarga. De este modo, los objetos que se van encontrando por el escenario no son una ayuda, sino un obstáculo que debe ser domado para hacer frente a la adversidad.
Hieronymus Bosch desatado
La estructura, los controles, la "gestión" del combate, las armas... aspectos tradicionales que consolidan a Zeno Clash como un beat´em up de los buenos. Por lo tanto, la tarea de su ambiente e historia consiste en alejar al título de la competencia directa. Con una combinación de colorido y opresión, el mundo de Zenozoik no se distancia de sus congéneres sino que son éstos los que huyen despavoridos.
La ciudad central parece una indigestión regurgitada por algún animal con más estómagos de lo habitual. Las armas podrían empezar a cantar en cualquier momento. Los escenarios exteriores son una versión cruenta y brutal de El jardín de las delicias del pintor flamenco Hieronymus Bosch: colinas imposibles y lagos sacados de algún dibujo infantil contrapuestos a caníbales gordísimos y cosas que en algún momento tuvieron que ser bebés.
Referencias artísticas oscuras sazonadas con un toque "barriosesámico"; y aun así lo que realmente sorprende es que lo único que pide Zeno Clash es que el jugador le parta la cara al personal. ACE Team podría haber unido ambas partes, pero por suerte ha tomado la decisión correcta: por un lado, la historia narra una fábula abstracta sobre el exilio, y por otro lado la jugabilidad estable y conservadora evita que el usuario acabe necesitando sesiones de psicoterapia.
Ultimate Edition
Otro dato que reafirma la esencia contradictoria del juego es su nombre, ya que lo que menos se espera de la reedición de un título tan críptico como Zeno Clash es que se apostille "Ultimate Edition". Muy corriente, ¿verdad? La esperada adaptación para Xbox Live incluye un par de armas nuevas -como una escopeta "viviente" o un garrote más vil de lo necesario, ataques adicionales y opciones cooperativas tanto en modo local como en online.
Lo mejor de los añadidos es la posibilidad de jugar con un amigo a los retos, ya que el factor humano convierte el ascenso por la torre de los desafíos en una hilaridad constante. Asimismo, Ultimate Edition contiene un modo nuevo que invita a los usuarios a superar los niveles de la campaña principal con un límite de tiempo.
No obstante, la duración final de Zeno Clash dependerá en última estancia de las preferencias de los usuarios: aquellos que acudan a él por su premisa extravagante se irán a las cinco-seis horas satisfechos y perturbados a partes iguales; mientras que los que sepan apreciar el encanto y atractivo de su sistema de combate decidirán alargar su estancia en Zenozoik.
El puñetazo del debut de ACE Team deja atontados a otros títulos de Xbox Live que quizás son más complejos en jugabilidad, pero que fracasan en plasmar la filosofía de partidas rápidas y sencillas que necesita un servicio digital como éste -nadie ha dicho que la historia no pueda ser un esperpento. El sector de los videojuegos debería permanecer muy atento a la segunda parte de Zeno Clash y a los nuevos proyectos de la desarrolladora. Y los encuestadores deberían aprender a no realizar preguntas estúpidas.
