José A. Mateo Albuerne
Jefe de ActualidadYa os he comentado por aquí que mi expectación por Digimon Story: Time Stranger es enorme. La espera por el nuevo JRPG de la franquicia, que mezcla mecánicas reconocibles como la digievolución y una licencia a la que toda una generación le guarda gran cariño, con un enfoque más propio de los representantes actuales del género como Persona, es algo que me llama muchísimo. Y como queda algo menos de dos meses para poder jugarlo, y no he podido conseguir invitación para Digimon Alysion, pues no me quedó otra que acudir a Crunchyroll para quemar mis ganas de Digimon.
Volver a ver una de las series de mi infancia unos 25 años después de su estreno en España, es un arma de doble filo. La nostalgia puede tapar alguna que otra carencia visual o narrativa, pero también ser muy dura cuando algo no es tan bueno como lo recordabas. Lo primero que os quiero decir es que todos podéis estar tranquilo, con su entendible bajón visual desde mis recuerdos al metraje original, Digimon Adventure sigue siendo una serie increíble tanto en concepto como en ejecución; de esas que sorprende aún más cuando le pones el contexto temporal al lado.
Sin embargo, a medida que pasaban los capítulos, una idea se iba apoderando de mi cabeza y creciendo en tamaño según los minutos se acumulaban. Empezó con una sensación, la de que Tai es un protagonista tirando a flojo y que será la personificación del emblema del valor, pero de líder tiene bien poco. No toma decisiones razonadas, tiene ese momento terrible que acaba con Skullgreymon destrozando todo a su paso, y su "poder" se basa en que la línea evolutiva de Agumon es la más poderosa.
El líder en la sombra
A decir verdad, esta sensación la he tenido con casi todos los personajes. Algunos son poco menos que una caricatura, como Mimi o Joe, se entiende la inocencia de un niño como TK por su tierna edad, mientras Matt tiene buenas intenciones pero no siempre toma buenas decisiones. Y para más inri, el arco de personaje de Tai apenas pasa de equivocarse a no hacerlo, no necesariamente a madurar de una forma concreta.
Izzy es vital para entender dónde están y cuál es la naturaleza del lugar.
Esto nos deja con Sora, que sí que tiene un protagonismo muy interesante durante el arco de DemiDevimon, salvando el pellejo a la totalidad de los niños elegidos de los engaños de este Digimon... Todos menos a Izzy. Y es que no puedo dejar de pensar en que Izzy es el verdadero protagonista de la serie. Vale que su Digimon no es el más potente, o que no es quien sale primero al final del opening, pero su papel es más vital en el desarrollo de la trama, su personaje tiene mayor evolución, y esto es algo que además se replica en las diversas series y subproductos.
Ya en el primer arco, el de la isla inicial y Devimon, Izzy tiene momentos muy especiales como los de los episodios de Centarumon y Andromon, donde descubre el mapa del lugar y cómo funcionan sistemas como la electricidad, respectivamente; así como es quien primero desentraña la naturaleza del lugar en el que se encuentran.
Es mucho mejor personaje
Eso les permite lograr escapar de Etemon posteriormente, con Izzy interpretando los símbolos de la caverna donde encuentran el primer emblema y encontrando una salida, así como su rol es vital para seguir la pista a Myotismon al mundo real. De hecho, es Tai quien rechaza resolver el acertijo de las cartas, cosa que hace Izzy con la ayuda de su analizador Digimon instalado en su portátil. Tai solo decide la última de las cartas y por un pálpito, de nuevo, nada de mérito.
El puzle que resuelve Izzy a mitad de la serie.
La importancia de Izzy va más allá de Adventure, y es vital para tanto Tri como Last Evolution Kizuna (e incluso la primera película Our War Game!), ofreciendo respuestas, protegiendo tanto el mundo real como el digital, y siendo alguien que explica las razones de porqué suceden las cosas. Con Tai y Matt, o mejor dicho, con Agumon y Gabumon tendríamos buenas peleas, pero sin Izzy no habría historia que las sostuviera.
Esto es mucho más directo cuando intentamos entender de qué va realmente Digimon. Si nos quedamos en su aspecto visual y sus peleas, sería un shonen más de los que se adaptan al anime japonés. Lo que ha hecho perdurar a Digimon es haber sido la serie que capitalizó la digitalización de la sociedad, así como interpelar de forma directa a toda una generación. Empezábamos a tener internet, a usar las nuevas tecnologías y relacionarnos con ellas. Este anime hablaba de eso, no era un simple camino del héroe más.
Descubrimos relativamente pronto que Izzy es un niño adoptado, y que la tecnología ha sido su refugio desde muy joven. Además, como espectadores, es mucho más fácil verse apelado por alguien que quiere conocer más sobre el mundo digital, sus criaturas, o su relación con los humanos, porque esa es justo la principal pulsión que siente el espectador; este personaje actúa como nuestro avatar, haciéndose y respondiéndose preguntas que hacen avanzar la trama y el conocimiento que tenemos sobre Digimon. Izzy habría sido el protagonista si Digimon Adventure fuera actual, mientras Tai es el que los animes de los 90 demandaban.
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