Dentro de la Saga Star Wars, tanto en su canon actual como en el viejo Universo Expandido, tenemos todo tipo de elementos oscuros, misteriosos y, por qué no decirlo, bastante extraños. Sin embargo, pocos son tan extravagantes como el enfrentamiento protagonizado por Luke Skywalker y Darth Vader en el juego de Namco para NES de 1987, que transformaba al icónico villano de la saga en un escorpión. ¡Y también en un tiburón! Incluso llevaba al joven Skywalker a visitar el antiguo Egipto. Esta locura tiene su explicación.
Según explica Yoshihiro Kishimoto, uno de los responsables del juego, en una entrevista para Time Extensión, la versión japonesa del videojuego de Star Wars para NES de 1987, desarrollada por Namco bajo su sello Namcot, presentaba singularidades únicas que lo diferenciaban considerablemente de lo que cualquier podría esperar de un juego de La Guerra de las Galaxias. En este juego de plataformas de scroll lateral, el jugador asume el control de Luke Skywalker en su lucha contra el Imperio Galáctico.
Hasta aquí todo bien, sin embargo, la trama se alejaba de los acontecimientos del Episodio IV, con Luke rescatando a personajes clave de la película como la Princesa Leia, Obi-Wan o Han Solo, quienes se encontraban atrapados en diversos planetas. A bordo del Halcón Milenario, Luke emprendía un viaje para encontrarlos, enfrentándose a todo tipos de peligros, incluido un duelo contra Darth Vader en que el villano se transforma en escorpión, tiburón, pterosaurio y Wampa del Planeta Hoth. En los 80 las cosas eran diferentes.
Un par de ejemplos de las licencias creativas del Star Wars japonés de NES de 1987
Una galaxia grande, un cartucho pequeño
Kishimoto explicó en la entrevista que las transformaciones de Darth Vader fueron introducidas debido a las limitaciones técnicas del hardware de la época. El equipo se enfrentaba al desafío de adaptar la épica de Star Wars a un formato de 8 bits, lo que resultaba imposible de lograr con la fidelidad deseada. Esta situación llevó a decisiones creativas inusuales, como las transformaciones del temido Lord Sith, que Kishimoto describió como "ilusiones que representan los miedos de Luke, al igual que la escena de la mística Cueva del Mal en El Imperio Contraataca". No fue la única libertad que los desarrolladores se tomaron: si se podíán reutilizar elemtos gráficos creados para otros juegos, mejor que mejor. De ahí que algunos escenarios del juego cuentan con elementos tan inusuales en Star Wars como la efigie de un faraón del Antiguo Egipto que más de uno rconocerá de Alex Kidd. Desconcertante, ¿verdad?
A pesar de estas peculiaridades, el juego presentaba elementos de juego interesantes, como el uso del sable de luz y la Fuerza, habilidades que Luke no dominaba completamente hasta El Imperio Contraataca. Además, el diseño de niveles y la galería de enemigos extravagantes ofrecían una experiencia de juego atractiva para todos los fans de la franquicia de la época, deseosos de novedades de Star Wars de cualquier tipo. Aunque hay que insistir en que las transformaciones de Vader no eran canónicas, aportan cierto toque único a la experiencia del juego con estas licencias creativas que seguro que los jugadores más veteranos recuerdan con humor. Por cierto, al parecer Respawn recanonizó esta curiosa transformación de Vader como escorpión en Star Wars Jedi: Fallen Order con la forma del Skriton dorado. El Universo Star Wars es maravilloso.
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