Ese precio había sido criticado por algunos equipos independientes habitualmente.
Según ha podido saber el portal británico Eurogamer, Microsoft dejaría de cobrar a los estudios por la aplicación de parches a sus productos, una política que deparaba a los de Redmond decenas de miles de dólares por cada actualización desde hace siete años.
Microsoft, en primera instancia, cobra una cantidad a los desarrolladores cuando sus videojuegos pasan el proceso de certificación para que puedan ser aprobados para su lanzamiento, y la compañía generalmente garantiza una actualización gratuita.
A partir de ahora los equipos no tendrán que pagar por el resto de actualizaciones tampoco, ni para los videojuegos de Xbox Live Arcade ni tampoco para los juegos retail. Eso sí, la compañía se reserva la posibilidad de acabar cargando con una cifra no determinada en caso de que el estudio lleve a cabo un excesivo número de reenvíos de un parche por algún tipo de fallo en la certificación del mencionado parche.
Recordemos que los estudios más pequeños se habían quejado habitualmente de esta tasa, y habían protestado airadamente por el hecho de tener que pagar por cada actualización.