Hacemos un repaso a las enormes criaturas del juego de Team ICO y elegimos a nuestros preferidos.
La sombra del Shadow of the Colossus original es alargada. Pero el excelente trabajo de Bluepoint Games por mejorar y actualizar todos los aspectos de este título logra convencernos de que, prácticamente, nos encontramos ante un juego completamente nuevo, excelente y colosal. Y lo hace siendo fiel al espíritu original de la obra del equipo liderado por Fumito Ueda, que tiene su mejor, y mayor, exponente en los gigantescos colosos.
Este remake permite disfrutar de este clásico lanzado por primera vez en 2006 para PS2 tanto aquellos que ya lo pudieron disfrutar como a aquellos que lo descubren por primera vez. Motivados por su lanzamiento el pasado 6 de febrero, repasamos a sus icónicos colosos y elegimos nuestros preferidos.
Argus (Coloso 15) - Reconozcámoslo: Argus es aburrido y su diseño poco inspirado. Que la mecánica necesaria para derrotarlo te obligue más de una vez a repetir la escalada por su cuerpo, en busca de los puntos débiles del coloso, tampoco ayuda.
Barba (Coloso 6) - Aun teniendo en cuenta que para acabar con este coloso hay que explorar un espacio interior, y eso resulta algo muy interesante en este juego, no termina de enamorarnos. La solución al problema que plantea es muy sencilla: trepar por la barba. Si lo hubieran complicado un poquito más...
Phaedra (Coloso 4) - El diseño de esta criatura es genial, pero el proceso para derrotarlo resulta complicado y frustrante, especialmente por culpa de la propia IA de este coloso. Algunas veces, el aspecto no lo es todo.
Pelagia (Coloso 12) - De nuevo, un coloso que podría haber resultado genial, pero que se ve afectado por una IA bastante torpe. El jugador debe atraer a la criatura a uno de los pilares de piedra en el agua, nadar alrededor del cuerpo de Pelagia, trepar por su espalda... Un proceso largo que termina siendo muy predecible.
Quadratus (Coloso 2) - No te dejes amedrentar por su aterradora presentación, el truco para terminar con el segundo coloso es sencillo. Comprendemos que se trata tan solo de la segunda criatura, pero comparado con otros titanes del juego, tampoco resulta especialmente memorable.
Basaran (Coloso 9) - Dado lo fácil que llega a ser perder la orientación mientras se trepa por Basaran, terminar con él puede llegar a resultar algo bastante complicado. A pensar de que no es uno de nuestros colosos preferidos, lo bonito del escenario en el que le hacemos frente, con sus fuentes de agua, le hace ganar posiciones.
Malus (Coloso 16) - Al imponente coloso final, Malus, tal vez le falte algo que otros colosos que nos gustan más sí que tienen. Es original y es difícil, pero en resumen, no resulta todo lo divertido que un jefe final debería llegar a ser.
Celosia (Coloso 11) - Celosía resulta uno de los mejores colosos del juego, a pesar de ser uno de los de menor tamaño. Para derrotar a este coloso es indispensable tener buenos reflejos, pero una vez que se consigue alejar a esta bestia del acantilado, ya no supondrá un gran reto.
Gaius (Coloso 3) - Gaius es el primer coloso realmente exigente del juego. Y también uno de los más icónicos. Gaius obliga al jugador a pensar por primera vez en estrategias para vencerle, y tomar decisiones inteligentes en lugar de apresurarse a la cima de su cuerpo.
Kuromori (Coloso 8) - Kuromori es, sin duda, uno de los colosos que más fácilmente puede atragantarse. Y es que, de primeras, la estrategia para hacerle caer no es demasiado obvia. Además tiende a recuperarse bastante rápido de su caída, por lo que requerirá de múltiples intentos, lo que puede hacer la partida un poco repetitiva si no eres rápido.
Hydrus (Coloso 7) - Uno de los colosos más ágiles y tortuosos de la primera mitad del juego. Incluso llegar a él puede resultar complicado. De nuevo, la interacción con el escenario hace que este duelo se convierta en uno de nuestros preferidos.
Valus (Coloso 1) - No es el más interesante, ni el más ingenioso. De hecho, en este juego es básicamente el tutorial. Pero al ser nuestro primer coloso nos deja deslumbrados durante los compases iniciales del juego.
Cenobia (Coloso 14) - Cenobia es seguramente el enfrentamiento más intimidante de shadow of the Colossus. Estando atento y con buenos reflejos no es tan difícil, simplemente requiere que el jugador suba en varias plataformas y provoque que Cenobia ataque furioso.
Dirge (Coloso 10) - Una serpiente de arena gigante y difícil. Tambien es una de las etapas más memorables de Shadow of the Colossus. El nivel de intensidad de la persecución a caballo es algo fuera de lo normal y tremendamente divertido.
Avion (Coloso 5) - Uno de los preferidos por todos los jugadores, Avion, al que solo se puede llegar después nadar y saltar. A pesar de lo fastidioso que resulta repetir el proceso de acercamiento cada vez que perdemos el equilibrio, una vez que estamos estamos sobre él, nos encanta su espíritu “plataformero” clásico.
Phalanx (Coloso 13) - No diremos que sea una elección indiscutible, pero sí que es la batalla colosal mejor diseñada y más entretenida del juego. La emoción de llevar a Argo hasta las alas de la criatura y realizar un salto que desafía a la muerte, es algo que solo Shadow of the Colossus puede ofrecer.
