Estudiamos las primeras características oficiales de la nueva consola de Sony, PlayStation 5.
Ayer se presentaron los primeros detalles y especificaciones de PlayStation 5. Mark Cerny, arquitecto jefe de PlayStation 4 y la nueva consola, concedió una entrevista al portal Wired en la que ha comunicado qué podemos esperar del nuevo hardware de Sony, y por lo visto el salto tecnológico va a ser potente. Venimos de una generación de consolas diseñadas con la eterna AMD Jaguar como unidad de procesamiento, combinada con GPU Radeon. Esto, que siempre se ha considerado como un beneficio, por acortar la distancia entre los desarrollos entre consolas y entre consolas y PC, podría no haber sido ideal, dado que Jaguar no es el procesador más idóneo para juegos… Pero de eso hablaremos más abajo. Empecemos por lo que se nos viene encima.
La nueva PlayStation 5 funcionará gracias a una nueva APU Ryzen+Radeon de AMD. Recordemos que una APU es, por siglas, una “unidad de procesamiento acelerado”; es decir, un chip que aúna unidades de procesamiento y gráficas. La roja tiene preparada una tecnología que todavía no se ha visto ni en ordenadores, dado que la consola se servirá de la tercera generación de procesadores Ryzen que llegarán en verano a PC.
Va a suponer una revolución gráfica a nivel arquitectural
Las dos primeras generaciones de esta arquitectura fueron toda una revolución, y la nueva inclusión a la familia será la primera x86 en fabricarse a 7 nm, un proceso de fabricación que trae mejoras en todos los sentidos, tanto de rendimiento y eficiencia energética como ventajas en la propia fabricación y el aprovechamiento del silicio. Por otra parte, al “quedarse” con AMD y la arquitectura x86, Sony puede permitirse que su consola nueva sea retrocompatible.
Para su PlayStation 4 Pro, Sony decidió mantener los AMD Jaguar por una cuestión de tiempo (para adelantarse a Xbox One X), a pesar de provocar cuellos de botella en el rendimiento. No queremos entrar en detalles técnicos muy obtusos, pero el problema de estos procesadores es que la “comunicación” entre los módulos del chip es más lento de lo que debería, llegando a un número de ciclos poco apto para una consola de juegos. Ryzen hereda el mismo problema que el AMD Jaguar al no tener una cache universal compartida entre los dos módulos, pero gracias a ajustes de AMD el rendimiento del chip depende de la velocidad de reloj del controlador de memoria, y por ello la latencia de los ciclos de acceso no afecta tanto.
Podéis leer sobre ello en el blog de Disruptive Ludens, en el que habla de los problemas de Jaguar con mucho detalle. Otro artículo que analizó hasta qué punto suponía un escollo la herencia del chip de AMD es este de Digital Foundry, en el que comparan el rendimiento de PS4 y PS4 Pro y cómo incide ese cuello de botella del que hablamos.
Todo lo que respecta a gráficos será cosa de la arquitectura Radeon Navi, que también debería llegar al mercado este mismo año. Lo interesante de esta GPU es que incluso con una GPU de potencia media la PlayStation 5 superaría con creces todo lo que podía ofrecer su predecesora. Sin ir más lejos, según Cerny, la consola será capaz de ofrecer gráficos a 8K, y esa es una tarea descomunal. Además, ha confirmado que será la primera consolas en traer el trazado de rayos, o raytracing. A día de hoy solo las tarjetas gráficas de Nvidia, las RTX que llegaron el año pasado, son capaces de hacer realidad esta tecnología, por lo que PS5 no solo va a sumar potencia, sino que también va a suponer una revolución gráfica a nivel arquitectural.
Emparejar Ryzen con Radeon Navi es la mejor opción a día de hoy
Las mejoras técnicas de la nueva consola de Sony también tocan apartados como el audio 3D o la realidad virtual. Cerny ha confirmado que la consola será perfectamente compatible con PSVR, por lo que cabría esperar una nueva versión del casco de realidad virtual que mejorara las especificaciones del original. Además, cada PlayStation 5 mejorará los tiempos de carga gracias a la inclusión de una SSD. PlayStation 4 ya permitía la instalación de unidades de almacenamiento de alta velocidad, pero el sistema no aprovechaba bien su potencial. Es verdad que podíamos restarles varios segundos a los tiempos de carga, pero lo que se nos presenta con PS5 es harina de otro costal: en las pruebas de viaje rápido de Spider-Man se habla de una diferencia descomunal de 15 segundos frente a 0,8 segundos.
Por desgracia, eso es todo lo que podemos comentar según las declaraciones oficiales de Cerny para Wired. Posiblemente, lo más llamativo de todo —aparte de esos 8K— sea la inclusión de raytracing. Se ve que las compañías han decidido que sea la tecnología visual del futuro, y podemos esperar una presencia mucho más contundente de “rayitos” en futuros desarrollos. Emparejar Ryzen con Radeon Navi y una veloz SSD es la mejor opción a día de hoy, por precio y por potencial técnico. Además, ya era hora de desprenderse de esos procesadores Jaguar. Ahora toca ser paciente, porque PlayStation 5 no llegará hasta 2020. Nos preguntamos a qué se referirá Mark Cerny con lo de que PS5 tendrá un precio atractivo…