¡Optimiza tu configuración gráfica para Control en PC!

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Repasamos las opciones que ofrece el último videojuego de Remedy.


Control es lo último de Remedy, una desarrolladora acostumbrada a expandir los límites de lo visual dejándose llevar por su narrativa. Esta vez nos enfrentamos a un intrincado mundo en el que lo físico y lo etéreo se dan la mano en el ámbito de un… edificio de oficinas. El estudio finlandés ha echado el resto con un apartado estético que no escatima en gráficos para dar forma a su visión de ciencia ficción, y para ello ha pasado incluso por varias de las técnicas de última generación que ofrece Nvidia con su tecnología RTX. Ya os adelantamos que no hace falta casarse con la verde para que el juego se vea increíble, pero sí que es cierto que es un título exigente para cualquier ordenador que se le enfrente. ¡Veamos cómo sacarle el mayor partido a sus configuraciones gráficas!

Teniendo como referencia publicaciones como la guía de rendimiento de Nvidia y el clásico análisis de Digital Foundry, queda clara una cosa: Control pide mucho porque da mucho. Jugado en una tarjeta gráfica RTX consigue ofrecer lo mejor del trazado de rayos con iluminación difusa, sombras y reflejos por doquier combinados con técnicas tradicionales de renderizado. Eso sí, incluso si jugamos a 1080p, el juego pone de rodillas hasta la RTX 2080 Ti, que las pasa canutas para llegar a los 60 fps si jugamos con todo al máximo. Es verdad que en este caso el DLSS puede ayudar, pero ya sabéis que al usarlo la imagen puede quedar algo borrosa. Por suerte, las opciones gráficas son flexibles y permiten exprimir algunos fotogramas extra si sabemos qué tocar.

Imagen de Control

Hay 12 opciones básicas que podemos toquetear para lograr ese equilibrio ideal entre calidad y fluidez visual, y aunque existen tres niveles de calidad predeterminados, es recomendable entrar en detalle y definir la experiencia al máximo. Para que tengáis una referencia, usando una GTX 1080 y jugando a 1440p, si ponemos todo en “Alta” sacamos unos 45-50 fps; si pasamos a “Media” nos movemos por los 50-60 fps, pero si bajamos a “Baja” ya llegamos a 75 fps.

No obstante, es mejor realizar ajustes ligeros, dado que los ajustes prestablecidos se comen opciones que no suponen un recorte de rendimiento muy beneficioso y aun así ofrecen un buen resultado visual. En este caso se incluyen opciones como “Detalle de objetos lejanos”, “Resolución de texturas” (la única con nivel “Ultra”), “Resolución de sombras”, “Filtrado de sombras” y “Granulado” (aunque esta última opción es a gusto del consumidor, porque puede ensuciar un poco la imagen). En esta misma línea bien podemos incluir el “SSAO” y el “Filtrado de texturas”: dos configuraciones que mejoran ampliamente la fidelidad visual sin incidir en el rendimiento.

Imagen de Control

Y ahora llega lo bueno, las cuatro opciones que debemos ajustar si queremos sacar buenos resultados de fps tanto si tenemos una RTX como si no. La primera es la “Iluminación volumétrica”, que puede ofrecer hasta un 20 % más de rendimiento sin estropear la atmósfera del juego. La segunda opción es la de “Reflejos globales”, que bien podemos dejar en “Media” para obtener un ligero aumento de rendimiento sin perder calidad visual. La tercera, “MSAA”, es razonable desactivarla para dedicar más recursos a otras opciones más interesantes. Si jugáis a bajas resoluciones y os molestan los dientes de sierra, subid al 2x sin pudor, porque solo perderéis un 5 % de rendimiento o menos.

La cuarta opción depende de vuestra gráfica. Con una convencional, “Calidad de los reflejos del espacio en pantalla” puede quedarse en “Media” sin problema, dado que llega a ofrecer mejoras de rendimiento de cerca del 10 % si bajamos del “Alta”. En el caso de que la vuestra sea una RTX, “Trazado de rayos de reflejos” puede quedarse activado, pero quizá bajando también los reflejos del espacio en “Media”. Siguiendo en esta línea, cualquier reflejo por raytracing supone una mejora visual evidente, pero a costa de bajar el rendimiento más de un 25 % cada una.

Imagen de Control

Antes de irnos, no podemos dejarnos en el tintero la elección de API. Control puede usar DirectX 11 o 12. Evidentemente, si tenéis una gráfica RTX y queréis jugar con las opciones exclusivas, no os queda otra que habilitar el DirectX 12 al empezar a jugar. No obstante, viendo las comparativas que se encuentran en internet, es fácil ver mejores resultados para la versión DirectX 11 del título, y nosotros mismos lo hemos comprobado.

Control es un juego impresionante se mire como se mire, con un “Diseño visual y ambientación impecables y muy imaginativas”, como ya comentamos en nuestro análisis de Control. De la misma forma, también se ha visto aquejado por algunos fallos técnicos que ya se están solucionando. Uno de los detalles que más nos llama la atención es que a tenor del lanzamiento del juego de Remedy, Nvidia ha anunciado que está trabajando para mejorar su tecnología DLSS; más específicamente la definición que ofrece. Con este lanzamiento, parece que todas las técnicas relacionadas con el trazado de rayos y la familia RTX de Nvidia empiezan a coger mejor forma. Por otra parte, esperamos que nuestra pequeña guía os haya servido para conocer mejor el juego y configurarlo como mejor os convenga.

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