Hemos visto al actor en múltiples registros, entre ellos como protagonista del reciente 12 Minutes.
A todos nos ha pasado el tener un juego que nos absorbe durante semanas o meses. Incluso aunque sigamos comprando las novedades del mercado, a veces seguimos jugando a lo de siempre, dejando al resto cogiendo polvo en la estantería física o digital. Eso le ha pasado también al actor James McAvoy, conocido por sus papeles en la saga X-Men o en Múltiple. Lo sorprendente es que, en unas declaraciones concedidas a Forbes, confiesa que tuvo un periodo de adicción a los videojuegos con los que tuvo que alejarse del sector durante un tiempo.
Según cuenta McAvoy, estuvo mucho tiempo absorbido por The Elder Scrolls IV: Oblivion, un título que le recordaba a algunos de sus juegos favoritos de su infancia como Zelda o Secret of Maná. El RPG de Bethesda se convirtió casi en una segunda vida para él. “Tenía que irme a la cama a las 22:00 porque al día siguiente tenía rodaje y me tenía que levantar a las 6:00 de la mañana, pero me quedaba jugando hasta las 4:00”, confiesa.
McAvoy llegó al límite y quemó el disco de Oblivion en la cocina
Así, llegó un momento en el que tras una maratoniana sesión de juego que tuvo lugar desde las 20:00 horas a las 5:35 vio que tenía que tomar una decisión. “Sonó la bocina de mi coche y cogí el disco de la consola, encendí la encimera del gas y puse el disco para que se quemara. Ahí me dije nunca más”. Aunque en la misma charla indica que se alejó durante casi una década del ocio digital, últimamente sí dedica su tiempo a echar partidas a FIFA o Warzone. “Hablamos sobre la vida o el amor con amigos mientras nos aniquilan niños de 12 años de otros países”.
James McAvoy es noticia porque es el protagonista de uno de los estrenos de videojuegos más importantes de las últimas semanas en 12 Minutes, del que os contamos todo en nuestro análisis.