Te contamos los procesos que ocurren al suspender el sistema, cómo hacerlo fácilmente y qué ventajas ofrece.
Si alguna vez te habías planteado para qué sirve la suspensión del sistema en Windows 10 y 11 y qué hace exactamente, estás de enhorabuena, porque hoy nos hemos levantado con ganas de educarte, igual que hizo hace poco la propia Microsoft con varios vídeos sobre Windows 11. Aquí abajo repasaremos las funciones tras estos modos para apagar el sistema y qué ventajas ofrece uno frente a otro.
¿Qué ocurre al suspender la sesión?
Cuando suspendes la sesión, Windows preserva todo lo que estás haciendo y en lo que estás trabajando, sea aplicaciones en ejecución, archivos abiertos, pestañas en tu navegador, etc., y pasa a un modo de ahorro de energía. El objetivo es, por consiguiente, poder reanudar la sesión rápidamente con todo listo para continuar lo que estuvieras haciendo. Esto, en el caso de ordenadores portátiles o tablets, es particularmente útil para ahorrar batería.
Al hacerlo, el ordenador mantiene la alimentación de ciertos puertos USB (sobre todo los dedicados a ello desde la placa base) y de la memoria RAM, pero en este caso la alimentación es mínima, lo justo para reservar la información de los procesos y archivos en funcionamiento. Es decir, no vayas a creerte que puedes dejar, por ejemplo, una descarga de Steam corriendo para luego encontrártela terminada al reanudar la sesión.
Componentes como el procesador bajan su rendimiento a un nivel nimio, mientras que las tarjetas gráficas o los discos duros o unidades de estado sólido se apagan por completo. Esto se traduce en un consumo de aproximadamente 1 W frente a los 20 o 30 W de un portátil, o de 10 W frente a los 600 W (o muchísimos más vatios cuando tengas una RTX 40).
¿Apagar o suspender Windows? Diferencias y preferencias
Para empezar, reanudar la sesión después de una suspensión es mucho más rápido que encender el ordenador de cero. Aparte, no hace falta que vuelvas a ejecutar las aplicaciones o abrir los archivos. Por otra parte, el propio acto de apagar Windows es sutilmente más lento, porque siempre querrás asegurarte de que todo está bien guardado y bien cerrado para no perder información.
A partir de aquí, tienes que elegir tú qué proceso te conviene y, sobre todo, cuándo. Es decir, si vas a hacer una pausa para comer o para estirarte en plena jornada laboral, lo más cómodo será que suspendas la sesión para seguir donde lo dejaste en cuanto te sientes. Quizá incluso quieras dejarlo así durante la noche porque quieras seguir por la mañana rápido.
Ahora bien, con las SSD que tenemos desde hace años, encender un PC lleva poquísimo tiempo. Nos ha llevado 38 segundos encender el ordenador y abrir el par de ventanas de trabajo. Evidentemente, estábamos preparados, pero de normal no tardaríamos mucho más. Con esto, si quieres ahorrarte ese gasto energético innecesario durante largos periodos de tiempo, apaga el sistema, pero si vas a volver al poco o quieres priorizar la celeridad más absoluta a la hora de retomar el curro, suspéndelo sin problemas.
Cuatro métodos sencillos para suspender Windows
- Cierra la tapa de tu portátil.
- Pulsa el botón de encendido de tu torre. Revisa primero el comportamiento configurado entrando en "Panel de controlHardware y sonidoOpciones de energíaConfiguración del sistema".
- Haz clic en el logotipo de Windows para desplegar el panel de Inicio, haz clic en el icono de apagado para que se desplieguen las opciones y clica en "Suspender".
- Pulsa tecla de Windows+D para minimizar todas las ventanas e ir al escritorio, y luego pulsa Alt+F4. Aparecerá la ventana de opciones para cerrar Windows. Dale una vez a la flecha arriba para subir a "Suspender" y pulsa Enter.
Imagen | Sunrise King