Recientemente, la distribuidora ha sido acusada de solicitar una subvención que nunca se usó para uno de sus proyectos.
PQube se ha hecho un nombre como distribuidora de videojuegos tras traernos títulos como Tormented Souls, Cat Quest o Guilty Gear 20th Anniversary, pero recientemente ha copado la actualidad informativa por una serie de acusaciones vertidas por algunas de las desarrolladoras con las que trabaja. En este caso, ha sido el estudio Corecell, autores de AeternoBlade II, quienes han señalado públicamente a la editora.
PQube solo pagó una pequeña parte de la garantía mínima prometida
En un comunicado publicado en Twitter, la desarrolladora explica las razones por las que decidieron romper el acuerdo de colaboración con la distribuidora en 2020: "PQube ha publicado AeternoBlade II en Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One en Europa desde octubre de 2019 bajo un acuerdo de publicación con nosotros y acordó pagarnos una garantía mínima. Sin embargo, PQube solo pagó una pequeña parte de la garantía mínima del hito de firma cuando les enviamos el juego y nunca pagaron los hitos restantes", explica el equipo de Corecell.
We have important news to share with you.#indiedevmatter #aeternobladeii #gamedev #indiedev #indiegame @xboxuk @PlayStationEU @NintendoEurope pic.twitter.com/AXwphGQYnL
— CORECELL OFFICIAL (@AETERNOBLADE1) September 1, 2022
"Hemos intentado resolver este problema con PQube, pero no pudimos alcanzar una solución, lo que nos condujo a rescindir el acuerdo de publicación en septiembre de 2020", continúa el mensaje del estudio. "Sin embargo, PQube se ha negado a devolvernos el control de publicación en las plataformas de consolas y sigue vendiendo y quedándose con todos los ingresos de AeternaBlade II".
PQube ofreció devolvernos el control de publicación solo si aceptábamos mantener el tema en secreto
"PQube ofreció devolvernos el control de publicación solo si aceptábamos mantener este tema en secreto, pero no queríamos seguir envueltos en más acuerdos con PQube", desvela la desarrolladora. "Sabíamos que algo no iba bien, pero como desarrolladora pequeña e independiente, no podíamos permitirnos pagar los honorarios legales para pelear el caso en otro país". Tras esto, Corecell explica que las tiendas europeas de Nintendo y Sony ya han retirado el juego a petición del estudio, aunque no han visto ni un dólar de los ingresos.
La respuesta de PQube
Estas correcciones nunca se materializaron y Corecell no respondió
Si bien esto pone a PQube en el centro de la polémica, la compañía no ha tardado en emitir un comunicado que refleja su propia versión de la situación: "En nuestra reunión post-lanzamiento en enero de 2020, Corecell admitió problemas de calidad significativos en el producto y acordó ofrecer correcciones críticas para hacer que el juego sea comercialmente viable", explica la editora a través de unas declaraciones enviadas a VG247. "Por desgracia, estas correcciones nunca se materializaron y Corecell no respondió".
"PQube se mantuvo preparada para pagar toda la garantía del juego, pese a las pobres reviews y ventas, y publicar la versión de PC de acuerdo con la opción de PQube en el acuerdo", continúa la distribuidora. "Corecell accedió en marzo de 2020 a ofrecer una versión de PC a PQube, pero entonces procedieron a registrar y lanzar la versión de PC por sí mismos sin ninguna discusión con PQube".
"Durante los siguientes 2 años, PQube propuso y envió numerosas propuestas y acuerdos de respaldo para revertir los derechos a Corecell de acuerdo con su solicitud, pero estos no fueron reconocidos por Corecell", prosigue la editora en su mensaje. "Sin embargo, a pesar de todos los desafíos y la falta de comunicación, PQube liberó los derechos de las versiones de consola a Corecell mucho antes del final del plazo del acuerdo".
Desde luego, cada parte ha ofrecido su propia versión de los acontecimientos, así que estaremos atentos a la evolución de esta problemática por si se termina de aclarar la situación. Más allá de esto, cabe recordar que PQube protagonizó una noticia en la que era acusada de manipular uno de sus estudios colaboradores, aprovechando sus características para hacerse con una subvención que nunca usó para el proyecto original de la desarrolladora.