Lo que le han hecho a Henry Cavill con Superman y The Witcher es una guarrada

Lo que le han hecho a Henry Cavill con Superman y The Witcher es una guarrada. Ya está. Había que decirlo. Ha sido una jugarreta digna de Lex Luthor. Y no seré yo quien venga a decir que quedando Cavill fuera de las pelis de Superman y la serie The Witcher nos privamos de un gran talento interpretativo. Qué va, Cavill es un actor justito, más presencia en pantalla que interpretación. Pero es un tipo que me cae bien: pinta figuritas de Warhammer y se preocupa por tener su PC a punto para disfrutar BIEN de los videojuegos. Pero lo más importante, es un actor que se ha preocupado porque el legado de Superman en la pantalla esté vivo, y sobre todo, sea algo positivo para la chavalería.

Yo ya tengo canas en sitios que no son la cabeza, y para mí el Superman cinematográfico siempre será Christopher Reeve, con su pijama de colores brillantes y, sobre todo, la sonrisa de un amigo. Porque para mí Superman siempre ha ido de eso, aquella frase de la primera peli de Donner, cuando Lois le pregunta "quién eres" y Reeves responde con un brillante: "un amigo". Síntoma de los tiempos es que 40 años después la réplica cinematográfica del Universo DC sea el "soy la venganza" de The Batman (cierto es que el argumento de Matt Reeves sabe darle la vuelta a eso). Pueden parecer dos temas diferentes, pero en realidad hablamos de lo mismo, de que en general Warner no ha sabido pillarle el pulso a sus personajes comiqueros más famosos. Y es una pena, porque ese "Snyderverso" empezaba a cuajar y ha sido borrado de un plumazo desde los despachos, que es ese sitio que como Barad-dûr es la fuente de todo lo que es malo en el mundo.

Lo de colocar a James Gunn y Peter Safran al frente de la planificación cinematográfica de DC no es más que otro aspecto de ese problema. Gunn hace pelis muy divertidas, es verdad, ¿pero hay espacio para que nos calce ahora una peli de un nuevo y joven Superman aprendiendo a utilizar sus poderes? No sé cuántas veces van ya con ese tema… Marvel lo vio claro a la hora de volver a presentar a Spider-Man con la cara de Tom Holland, no hacía falta volver a contar lo de la picadura de la araña porque lo sabe todo el mundo. ¿De verdad DC va a volver a hacer saltar por los aires a Krypton y a terminar una película con el joven de Smallville llegando a la siempre ajetreada Metrópolis? Bueno, espero que sorprendan con algo, pero dudo que haya mucho margen para la sorpresa, me gustaría. De verdad. Buena suerte, muchachos.

El caso es el Universo DC en el cine en una locura. Pero Warner, en lugar de abrazar esa rica y sugerente multiplicidad de ideas le ha prendido fuego a todo, se ha echado las manos a la cabeza y se ha puesto a gritar. Yo creo que hay espacio para un Batman de Ben Affleck, que ponga en pantalla aventuras superheroicas espectaculares, con ninjas, enormes criminales con forma de lagarto y un Batmóvil que es un tanque alucinante. Igual que veo espacio para una serie de películas de Batman con Pattison aprendiendo a ser el mejor detective del mundo en la ciudad más chunga del mundo. Y me hubiera encantado ver esa película que hubiera servido de despedida del Batman de Michal Keaton que olía a Sin Perdón con capa. Y no hubiera pasado nada, unas pelis hubieran molado más que otras, y otras hubieran funcionado mejor que otras, pero tal vez sea una idea muy inocente e ingenua. En cualquier caso, es mi opinión y es una opinión sincera.

Ahora se habla mucho del agotamiento del espectador y de que nos hemos quemado, por saturación, de pelis de machotes y machotas en pijama. Yo no me siento cansado, la verdad, todas me parecen pocas. En cualquier caso, a lo mejor no es tanto eso como que Black Adam no es precisamente una gran película, y no es precisamente el personaje más atractivo para el público generalista, que, sinceramente, llena las salas de cine del mundo y que todas las noches se va a la cama tan ricamente sin saber quién es el personaje que interpreta Dwayne Johonson. 

Volviendo a lo de Cavill, creo que era sobre sus hombros donde recaía la responsabilidad pública de cargar con el peso del futuro de DC en el cine. Esa imagen de Atlas cargando con el mundo que tantas veces ha sido representada dentro de la iconografía de Superman, por otra parte. A día de hoy tengo recelos todavía con El Hombre de Acero, no termina de gustarme. Con todo, Cavill creo que lo entendió: hizo suya esa interceptación de que lo que luce en el pecho de su pijama azul no es una "S", es un símbolo de esperanza. Algo que veo muy necesario socialmente en estos momentos, especialmente para el público más joven, que hoy, igual que en 1978, necesita una amigo.

Cavill ha salido por su propio pie de The Witcher, una producción que a todas luces no le satisfacía, pero que le pagaba la comida y la pintura de las miniaturas, justo cuando se anunció que pese a los rumores, volvería a ser Superman. ¿Coincidencia? Pues eso. Y carajo, se le veía emocionado. Y maldita sea, Superman necesita un actor emocionado con ser Superman por muy limitado que sea actoralmente. De ahí que el hecho de que le metieran en un despacho (recordad, el mal) con James Gunn y de allí saliera con la confirmación de que le tocaba colgar la capa, y una presumible lagrimilla colgado en el filo el ojo, sea una guarrada. Una guarrada para Cavill, pero también para los espectadores y los fans de DC. Que a mí ahora mismo se me ponen los pelos de punta tanto con el tema de John Williams clásico de Superman como con el de Hans Zimmer, porque he aprendido a leer en Superman algo que creo que los que están a cargo de su futuro cinematográfico se niegan a ver. Algo que vio Cavill. Sé que no estoy solo, que son muchos los fans que piden más tiempo, desarrollo y cariño antes que mirar por el negocio y el beneficio económico cortoplacista. Pero claro: el negocio. Es que esto es un negocio. "El mercado, amigo". Ahí soy yo el que está a por uvas y no se niega a verlo.

Tengo esperanza: Superman volverá a hacerme creer que un hombre puede volar en el cine. No tengo dudas. Seguramente lo disfrutaré mucho, porque Superman es eterno. Que sea porque pongo yo de mi parte más que lo que me ofrecen desde los despachos para emocionarme, también lo doy por hecho. De momento, le quiero mandar un abrazo a Henry Cavill, que si bien no es mi Superman, creo que ha entendido a Superman, y sí que lo es para toda una generación de chavales. Y eso no tiene precio, porque es una "S" en el pecho que vale por toda la esperanza del mundo.

Por cierto, yo si fuera Kevin Feige, esta misma tarde le mandaba a Cavill un ramo de flores, un buen jamón y una buena botella de vino.