HyperX ya tiene en el mercado su línea de monitores de PC, y los dos primeros, los Armada 25 y 27, vienen con sendos brazos, en lugar de soportes clásicos. Este movimiento no es más que un reflejo de la visión aventurera de la compañía, que tiende a añadir componentes más o menos atractivos a sus periféricos. En ocasiones acierta y en otras, no; pero está claro que intentarlo, lo intenta.
Pero antes de hablar de los brazos, primero hay que mencionar que ambas pantallas están planteadas para un público de jugadores/as. El Armada 25 cuenta con una pantalla de 25 pulgadas a 1920x1080 y 240 Hz de refresco. El segundo, por su parte, se presenta con una diagonal de 27 pulgadas a 2560x1440 con 165 Hz.
Las ventajas de los brazos de monitor
Como decíamos más arriba, estos monitores de HyperX aprovechan esa compatibilidad con el estándar VESA incluyendo de serie brazos, en lugar de venir con soportes o peanas de mesa. Esta decisión es ciertamente atrevida, dado que la inmensa mayoría de los usuarios/as se conforman con los métodos tradicionales y "a tirar millas".
Los brazos para monitores tienen múltiples ventajas y pocos —pero muy importantes— inconvenientes:
- Ahorra espacio en el escritorio: según el modelo de tu monitor, puedes encontrarte con soportes descomunales que no hacen más que ocupar espacio y reducir la profundidad de tu mesa de trabajo (o juego, picaruelo/a), pero un brazo te lo ahorra porque se engancha en el borde del tablero y "flota" sobre la superficie.
- La ergonomía: tu salud postural se alimenta directamente de una buena colocación de los elementos que usas y cómo los colocas en el escritorio, por lo que si tienes un monitor que puede moverse a placer, podrás colocarlo exactamente como lo nencesitas y mejor te conviene. Aparte, puedes desplazarlo porque tengas visita, vas a ver una película o, simplemente, porque puedes.
- La estética: no podemos despreciar que un monitor que "flota" sobre la mesa y carece de esa peana resulta mucho más minimalista y elegante. Esta consideración es muchísimo más superfial y subjetiva, pero es relevante mencionarla, claro.
Evidentemente, el principal problema de los brazos siempre ha sido el precio. Para hacerse con uno decente, que no se balancee mucho con cada tecla que pulsas, que soporte bien el peso de tu monitor, que aguante con el tiempo, en ocasiones hay que desembolsar entre 100 y 200 euros. Si tenemos en cuenta que la inversión inicial en un monitor nuevo ya es bastante "bofetada", la idea de sumar cientos de euros adicionales a cualquiera se le antoja innecesaria y caprichosa.
En el caso de HyperX, obviamente, el precio final siempre resultará más de la resta de calidades o funcionalidades que de la suma, por lo que habría que verlos en persona para ver si, por un lado, los paneles son de por sí buenas compras, y por el otro, si los brazos articulados están a la altura.
De cualquier manera, la idea de incluirlos de serie nos resulta muy buena. Lejos de hacer una valoración al vuelo de los dos periféricos, lo que nos interesa es el potencial de que se genere una tendencia, un punto de partida para que otros fabricantes tomen nota y se animen a dejar de invertir en diseños estrambóticos de peanas como la del Inzone M9, y más en soluciones ergonómicas de verdad.