Su diseño fue encargado a Hock Wah Yeo, uno de los diseñadores más extravagantes de los 90.
En la actualidad estamos acostumbrados a que las cajas de nuestros videojuegos sigan un estándar, ya son pocas las compañías que optan por diseños fuera de la norma para sus cajas de juegos, de ahí que cuando se trata de una edición limitada o coleccionista, se ponga un esfuerzo adicional para que la caja sea especial y mucho más vistosa. Pero esto no fue así siempre, en los noventa las cajas de videojuegos eran fácilmente reconocibles, cada plataforma intentaba tener algo que las hiciese especiales y aunque seguían existiendo compañías que empleaban estándares como el de la caja de CD, tuvimos a otras que lucharon por ser mucho más especiales.
En los noventa las cajas de videojuegos eran fácilmente reconocibles
Dentro de este último grupo, hubo un diseñador que destacó por encima del resto, se trata de Hock Wah Yeo, un artista al que The Obscuritory le dedicó un interesante artículo mostrando su interesante trabajo y cómo convertía algo tan sencillo como la caja de un videojuego en auténticas piezas de arte. Os dejaremos una serie de imagénes de algunos de sus diseños para que podáis ver lo que llegaba a conseguir con materiales sencillos para productos que podíamos encontrar en cualquier tienda de la época. Pero hubo un diseño de cajas especialmente sorprendente por aquellos que se lo encargaron, y es que Sony le pidió una prueba a finales de los noventa para las que debían ser sus futuras cajas de Playstation 2.
Como podéis ver, el estuche no tiene nada que ver con la versión final, pero es realmente sorprendente. Como se puede apreciar en la imagen, la carátula del juego es significativamente más pequeña que la de cualquier otra consola de sobremesa de la época, en comparación con el tamaño del CD, la carátula podría tener un tamaño similar a las de los juegos de PSVITA. El disco queda encerrado en la parte superior con un diseño retro futurista digno de una película de ciencia ficción.
Los laterales de la caja tienen una forma que recuerda a la de las bisagras de las cajas de la primera Playstation en formato NTSC. También encaja con el diseño de líneas grabadas en el chasis de la primera PS2. Sin duda es un diseño extravagante aunque poco práctico para apilarlos o distribuirlos, de ahí que Sony decidiera finalmente adoptar como estándar el formato del DVD, que por otro lado unificaría juegos y películas en una consola que supo aprovechar mejor que ninguna el furor por el nuevo formato de vídeo doméstico.