Mucho antes de la llegada de las consolas a las casas, los más jugones se reunían en salones recreativos para disfrutar de las máquinas arcade. En estos lugares, cientos de usuarios compartían su amor por los videojuegos y disfrutaban de partidas en sus títulos favoritos, una situación que ha permitido que el amor por las máquinas arcade siga vivo varias décadas después. Sin embargo, lo que no esperaba un aficionado a la franquicia Tron es que, a raíz de un golpe de fortuna, se iba a topar con una situación que nunca llegó a imaginar.
Tim Lapetino es un escritor de Chicago aficionado a la cultura pop. Según él mismo relata, esta afición se debe a su interés en Tron, el clásico de 1982 que devoraba constantemente durante su juventud. Por ello, como recoge el portal Techspot, Lapetino se encuentra trabajando en un libro que recopila la historia de la saga de ciencia ficción. Y, sorprendentemente, durante un reciente paseo se topó con una vieja máquina arcade de Tron que, aunque cueste creerlo, estaba en medio de la calle a punto de ser llevada al desguace.
El hombre restauró la máquina y ahora funciona perfectamente
En concreto, Lapetino se topó con una muestra de Discs of Tron, una máquina recreativa clásica con más de cuatro décadas de antigüedad a sus espaldas. Según señala, ni siquiera buscaba este arcade para completar su investigación; por sorprendente que parezca, se topó con la máquina mientras paseaba por la calle en la que vive, razón por la que la historia es aún más increíble de creer. Como relata, esta contaba con una nota que indicaba a los basureros que debían despiezar la máquina antes de recogerla, pero Lapetino utilizó dicha nota para contactar con el antiguo propietario para preguntar si podía quedarse con el Discs of Tron que se había encontrado.
Para su fortuna, este no tuvo reparos con la idea y aceptó que el escritor se hiciera cargo de la máquina. Según relata Lapetino, el antiguo dueño se deshizo de la máquina una vez esta dejó de funcionar. Sin embargo, el escritor y su colega James Zespy (propietario de un bar arcade) consiguieron restaurarla y, en la actualidad, funciona perfectamente. Como curiosidad, hay que destacar que se trata de un modelo ambiental, ya que en esencia cuenta con una estructura cerrada que permitía a los jugadores aislarse del ruido de la sala. Sea como fuere, Lapetino ya ha asegurado que no venderá la máquina arcade, un dispositivo cuyo valor se estima por encima de los 10.000 dólares.
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