Una vez consigues tu primer trabajo, difícilmente quieras dejar de formar parte del mundo laboral. Por desgracia, los contratos temporales o los recortes juegan en contra de esta condición, y estos últimos han afectado especialmente al sector tecnológico a lo largo del ya pasado 2023. Sin embargo, ¿cómo de ingenioso es sabotear a tu propia empresa para asegurarte tener un empleo de por vida? Para un informático de Pensilvania, ahora condenado a 6 meses de prisión, no solo era ingenioso, sino que también era lógico.
Como recoge Mein-MMO en una reciente publicación, el caso de este empleado comenzó en 2014. Por aquel entonces, el condenado trabajaba para Siemens (la firma de telefonía móvil y servicio de internet) en su sede de Monroeville, Pensilvania. Allí, para asegurar su trabajo, pensó que lo más productivo era crear una "bomba lógica", una estratagema que, cada pocos meses, corrompería el software de su empresa para que él mismo fuese el que lo solucionase. Y, para su fortuna, su plan funcionó durante dos años, pero no tardó en destaparse por un error muy tonto.
Sus compañeros le pillaron durante unas vacaciones
Gracias a su creación, el informático se había asegurado un contrato de diez años para distintas labores dentro de la empresa. Sin embargo, durante unas vacaciones, sus compañeros descubrieron su "plan de creación de empleo" (como él mismo lo llamaba) al solicitarle una contraseña para subsanar un error. Tras esto, tuvieron acceso a todas sus hojas de cálculo, sus documentos y similares y, al revisar estas, comprobaron que había saboteado a la empresa a propósito durante dos años.
Como consecuencia, el informático no solo fue despedido, sino que también fue sancionado y condenado a prisión. Por lo primero, tuvo que pagar una multa de 7.500 dólares, una cifra que muchos consideraron ínfima a tenor de los daños que había ocasionado; por lo segundo, fue condenado a 6 meses de prisión y a 2 años de libertad vigilada. Y así, por un despiste, su plan de contar con trabajo prácticamente vitalicio se fue al traste dos años después de idearlo.
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