¿Qué está pasando con el CEO de Telegram? Hace unos días, Pavel Durov fue acusado de varios delitos en Francia y se le impuso una fianza de 5 millones de euros. Además, también se le prohibió abandonar el país, ya que se enfrenta a una pena máxima de 10 años de prisión por cargos como, por ejemplo, “gestión de una plataforma en línea para habilitar transacciones ilegales en grupos organizados”. Y, por desgracia para Durov, su situación está muy lejos de ver la luz al final del túnel.
Como señala el portal Ars Technica en una reciente publicación, Durov pagó una multa de 500.000 euros, pero dicha cifra podría seguir escalando a medida que pasen los días. Para su desgracia, Telegram ha sido acusada de negarse a cooperar con las autoridades en investigaciones criminales, un aspecto que incluye casos contra menores, tráfico de drogas y odio en línea. Además, Durov también enfrenta cargos por complicidad en distribución de pornografía infantil y el ya citado tráfico de drogas. Por ello, tendrá que vérselas con la legislación francesa.
Telegram defiende a su CEO
A todo lo mencionado hasta el momento también hay que añadir la acusación de haber proporcionado servicios de criptología sin hacer las declaraciones requeridas. Según la ley francesa, los proveedores de estos servicios deben declarar ciertos aspectos técnicos a la agencia de ciberseguridad ANSSI, un aspecto que Telegram no hizo. Aún así, la plataforma defendió al CEO al asegurar que siguen las leyes y estándar de la industria. Además, calificaron como “absurda” la intención de responsabilizar tanto a ellos como a su propietario de las actividades ilícitas de los usuarios.
Aún así, las acusaciones podrían tener serias implicaciones legales para Telegram, especialmente en aspectos relacionados con la seguridad y la privacidad de los usuarios. Por el momento, Durov debe presentarse hasta dos veces por semana ante la policía mientras continúe el caso. Y, a su vez, esta situación también salpicará a Nikolai Durov, hermano del protagonista de esta historia y cofundador de Telegram. Por ello, parece que el caso entre la plataforma, los Durov y Francia no ha hecho más que empezar.
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